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La Comisión Europea registra Glovo y Delivery Hero por posibles irregularidades

Las inspecciones se produjeron el martes en las sedes de Barcelona y Berlín, en el marco de las investigaciones por prácticas anticompetitivas

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Las oficinas de la compañía catalana Glovo en Barcelona.

Glovo y Delivery Hero siguen en el punto de mira de la justicia europea. La Comisión Europea comunicó ayer que técnicos del organismo y de la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC) cachearon sin previo aviso el martes por la tarde las sedes de Glovo en Barcelona y de su matriz, Delivery Hero, en Berlín.

Fuentes de Glovo han confirmado al ARA el registro, que es ya el segundo de este tipo en el marco de una investigación de la Comisión Europea sobre prácticas anticompetitivas en el sector de la entrega de comida a domicilio.

Según el comunicado de la Comisión Europea, el organismo está preocupado por que las empresas afectadas "puedan haber infringido las normas antimonopolio de la Unión Europea que prohíben los cárteles y las prácticas comerciales restrictivas" comprendidas en el artículo 101 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea.

De hecho, la propia CE asegura que estos registros "se llevan a cabo en el contexto de una investigación para la que la Comisión hizo inspecciones en 2022" y que "los funcionarios de la Comisión iban acompañados de sus homólogos de las autoridades nacionales de competencia competentes", en el caso español, la CNMC. El alcance de la investigación –dice el organismo–, que inicialmente incluía supuestas asignaciones de mercado, "ahora se ha ampliado para cubrir conductas adicionales en forma de supuestos acuerdos de no competencia e intercambios de información comercialmente sensible", asegura.

Con todo, tanto desde la Comisión como desde Glovo aseguran que "el hecho de que la Comisión esté llevando a cabo esta investigación no significa que haya concluido que hay infracción ni que prejuzgue el resultado, y Glovo está comprometido a col colaborar", aseguran fuentes de la compañía fundada por Oscar Pierre y Sacha Michaud.

Glovo y la justicia, una relación tormentosa

La relación de la empresa de delivery con la justicia no es anecdótica. Ya hace años que Glovo está en el punto de mira por su modelo de negocio y por su relación con sus trabajadores. De hecho, en 2020 el Tribunal Supremo declaró por primera vez que sí existe una relación laboral entre los riders y la empresa, por lo que consideraba que son falsos autónomos. A partir de ahí, las derrotas judiciales de la empresa de Pierre en este sentido han sido un goteo constante, y las sentencias de los tribunales autonómicos que obligan a la empresa a contratar formalmente a los suyos riders han sido un continuo.

De hecho, Glovo, junto con otras plataformas como Uber Eats, decidió desde el principio rebelarse contra la ley rider que se aprobó hace dos años; una rebelión que ya ha llegado a la justicia penal y que está pendiente de una posible denuncia por parte del departamento de Treball, tal y como ya amenazó a la ministra Yolanda Díaz hace unos meses. Más allá de las dudas sobre su modelo laboral, Glovo también fue denunciada en la CNMC hace un año por competencia desleal y por "ejercer como cártel".

Glovo fue adquirida por la alemana Delivery Hero en diciembre del 2021, valorada en ese momento en más de 2.300 millones de euros. Desde entonces, las acciones y el valor de la catalana no han parado de caer, en lo que se conoce como una de las inversiones más ruinosas del sector. La caída de Glovo arrastró a los números de Delivery Hero, que llegó a perder hasta 620 millones en el 2022.

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