Fuga de ejecutivos en Open AI después de que el consejero delegado quiera darle ánimo de lucro

Una de las caras visibles de la empresa de inteligencia artificial y creadora del ChatGPT, OpenAI, ha anunciado esta semana que dejará a la empresa después de trabajar durante seis años. Se trata de la directora de tecnología de la compañía, Mira Murati, quien explicó a través de la red social X que se marchaba para "crear el tiempo y el espacio" para hacer su propia "exploración", aunque no explicó cuáles serían los siguientes pasos. "De momento, mi enfoque principal es hacer todo lo que esté a mi alcance para garantizar una suave transición, manteniendo el impulso que hemos creado", dijo.

Horas más tarde, el director de investigación de OpenAI, Bob McGrew, y un vicepresidente de investigación, Barret Zoph, anunciaron también sus planes de marcharse. Zoph dijo en una publicación en X que estaba "explorando nuevas oportunidades", mientras que McGrew dijo en una publicación aparte de que era "hora de tomarse un descanso". Según explica el The New York Times, los ejecutivos de OpenAI salen de la start-up justo cuando su director ejecutivo, Sam Altman, y otros directivos trabajan por transformarla en una empresa tradicional con ánimo de lucro. OpenAI ahora está controlada por el consejo de una organización sin ánimo de lucro que Altman y sus cofundadores crearon a finales de 2015.

Objetivo 2025

Aunque no se espera que se convierta en una empresa con ánimo de lucro hasta el próximo año, OpenAI está en conversaciones para una nueva ronda de inversión que podría aumentar la valoración de la empresa hasta los 150.000 millones de dólares, un gran salto con respecto a su valoración actual, de unos 80.000 millones de dólares. La empresa de inversión tecnológica de Emiratos Árabes Unidos MGX se encuentra entre los inversores potenciales, que también incluyen Microsoft, Nvidia, Apple y Tiger Global.

OpenAI busca dinero en efectivo porque sus costes superan con creces sus ingresos, asegura el NYT. Recauda anualmente más de 3.000 millones de dólares en ventas, pero gasta unos 7.000 millones de dólares. Después de años de conflicto público entre la dirección y algunos de sus principales investigadores, OpenAI intenta ahora parecer una empresa tecnológica tradicional en el campo de la inteligencia artificial.

Pero las dimisiones de esta semana son la continuación de meses de salidas similares de otros directivos de OpenAI, y cierran un año convulso para la empresa, que incluye la salida sorpresa de Altman como consejero delegado y su reincorporación cinco días después.

En los últimos meses, OpenAI ha añadido una serie de ejecutivos experimentados, incluidos nuevos jefes de producto, un nuevo director financiero y un jefe de política global para gestionar las relaciones en Washington y en todo el mundo. Durante los últimos nueve meses, OpenAI ha más que duplicado su plantilla, con más de 1.700 empleados. Por el contrario, de las 13 personas que ayudaron a fundar OpenAI en el 2015, hoy sólo quedan tres.