El impacto económico del Mobile asciende hasta los 561 millones de euros
El salón tecnológico ha dejado 6.900 millones en la ciudad desde su primera edición en Barcelona
BarcelonaLa llegada cada año de los miles de congresistas que visitan el Mobile World Congress (MWC) se nota en la ciudad con la aparición de acreditaciones en hoteles y restaurantes, pero también con colas de furgonetas negras y taxis que les llevan de un sitio a otro. A pesar de su evidente presencia durante cuatro días a principios de año, el gasto que genera este evento cuesta más de contabilizar y los cálculos no se hacen públicos hasta meses después.
En la edición que el Mobile logró dejar definitivamente atrás la pandemia, igualando la cifra de asistentes que había alcanzado en el 2019, el salón tecnológico también aumentó su impacto económico. Con 109.000 congresistas de más de 200 países, la contribución económica del evento se encaramó hasta los 561 millones de euros en 2025, un 12% más que en la edición anterior, cuando se superó por primera vez la barrera de los 500 millones de euros.
A partir de un informe de la GSMA, la entidad que se encarga de organizar la feria, se analiza el gasto extra que genera en la economía durante los días de salón, así como los impuestos que cobran las administraciones por celebrarlo. También se incluyen los puestos de trabajo temporales que se necesitan para poner en marcha los expositores de Feria de Hospitalet de Llobregat y todos los servicios auxiliares para apoyar a los congresistas, especialmente conductores. Este 2025 se calcula que se contrataron a 13.000 empleados.
"El MWC y Barcelona son una asociación perfecta, unidos por la innovación, la colaboración y una ambición compartida. La solidez de nuestra asociación sigue generando éxitos mutuos y estamos orgullosos de seguir contribuyendo a la prosperidad y las oportunidades de la ciudad", expone el consejero delegado de la GS. Desde la primera edición del Mobile en Barcelona, en 2006, ha generado 6.900 millones de euros y 173.000 puestos de trabajo.
A la espera del Hall Zero
Después de haber superado todas las dudas sobre su continuidad en Barcelona y la parálisis que provocó la pandemia en el sector de las ferias, ahora la mirada está puesta en su 20ª edición en Barcelona y la ampliación de Fira de Barcelona. Lleno hasta los topes con más de 2.900 expositores este año, el salón volvió a instalarse en el recinto ferial de Montjuïc. Allí estrenó el Talent Arena, una nueva apuesta del MWC por fomentar las profesiones tecnológicas. Busca replicar así el éxito que ha logrado con el 4 Years From Now (4YFN), evento paralelo que nació dentro del MWC y ha acabado impulsando el sector emprendedor de la ciudad.
Hoffman, la cara más visible del salón, no se cansa de repetir que la huella del MWC en Barcelona va más allá del impacto económico. Prueba de ello es la exposición que acaba de inaugurar en el Palau Robert donde se presentan al gran público algunas de las tecnologías que pudieron verse en el salón de este año, marcado por la inteligencia artificial pero también por la robótica o la supercomputación. Los asistentes podrán probar las propuestas que expusieron Barcelona Computing Center (BSC), EIT Urban Mobility y Vueling. Con entrada gratuita, podrá visitarse hasta finales de agosto.