La UE intenta superar las divisiones para vetar el petróleo ruso
Bruselas ultima las nuevas sanciones, que ya tienen el apoyo de Alemania, pero Hungría mantiene el 'no'
no Bruselas"Es una carga dura, pero estamos a punto". Con esta contundencia, el gobierno alemán allana el camino para que la Unión Europea deje de comprar petróleo a Rusia, una medida que tiene que encabezar el sexto paquete de sanciones que la Unión hace semanas que negocia no sin dificultades. Son palabras del ministro de Energía germánico, Robert Habeck, a la llegada a la reunión extraordinaria con sus veintiséis homólogos europeos en Bruselas, convocada después de que Rusia cortara unilateralmente el suministro de gas en Polonia y Bulgaria. En la capital belga toda la maquinaria está en funcionamiento desde entonces para intentar endurecer así el castigo contra Putin, pero cada vez es más complicado mantener la unidad.
¿Si el motor económico de la Unión, Alemania, ya no es el problema, entonces qué pasa? Pues que no solo es el país germánico quien es altamente dependiente de los combustibles fósiles rusos. Hungría, Eslovaquia e Italia, entre otros, mantienen fuertes vínculos energéticos con la ex república soviética. "La posición de Hungría sobre las sanciones al petróleo y al gas ruso continúa sin cambios. No las apoyamos", ha piado el portavoz del gobierno de Viktor Orbán. Incluso más allá ha ido el secretario de Estado húngaro, Gergely Gulyas, que ha asegurado que "nunca" apoyarán a estas medidas y que, por lo tanto, no tiene sentido que la Comisión Europea avance en la propuesta.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, se han mostrado varias veces convencidos de que estas sanciones llegarían tarde o temprano porque mientras la Unión intenta ahogar la economía rusa con sanciones millonarias continúa financiando el Kremlin a través de las todavía más millonarias facturas por los combustibles fósiles que compra. Se empezó por el carbón en el quinto paquete, pero ni a la práctica ni de manera simbólica está siendo suficiente.
Reservas de gas
Rusia contraatacó con la exigencia que los pagos de gas se hicieran en rublos para intentar fortalecer de nuevo su moneda, debilitada por las sanciones. Ante la negativa de la UE, el Kremlin cortó unilateralmente el suministro de gas a Polonia y Bulgaria, y este es el motivo por el cual se han reunido este lunes los ministros de Energía. De hecho, que Rusia haya cerrado el grifo no ha atemorizado a Polonia, que ha sido una de las voces que han reclamado con más contundencia que se paren las compras de petróleo y gas ruso en toda la UE: "Es el próximo paso, urgente y absolutamente necesario, y tiene que ser tenido en cuenta en las sanciones", ha dicho la ministra de Clima y Medio Ambiente polaca, Anna Moskwa, que ha pedido "solidaridad" a los países que no están de acuerdo con la medida.
La interrupción de suministro a Polonia y Bulgaria, sin embargo, sí que se interpreta como un "señal" de que Rusia puede hacer lo mismo con otros países, en palabras de la comisaria europea de Energía, Kadri Simson. Por eso, Bruselas reitera que el país liderado por Vladímir Putin no es un socio fiable y presiona para activar planes de contingencia y, sobre todo, llenar las reservas por encima del 80%, como exigirá la Comisión a partir de septiembre que viene. De estas cuestiones y de cómo buscar proveedores alternativos también han hablado los ministros de Energía este lunes a la espera de concretar las regulaciones sobre las reservas energéticas y las compras conjuntas.
Los veintisiete comisarios europeos debatirán sobre las nuevas sanciones este martes, según ha confirmado Simson, que, como la ministra francesa del ramo, Barbara Pompili, ha confirmado que se están terminando nuevas sanciones después de un fin de semana intenso de conversaciones con los representantes de cada socio europeo ante la UE, pero todavía no han llegado a buen puerto. Las opciones que hay sobre la mesa implican un embargo gradual y la rebaja progresiva del consumo de petróleo, como ha pedido Alemania, que todavía tiene una refinería totalmente dependiente de este recurso. También, según Reuters, se estudia la opción de eximir a Hungría y Eslovaquia de la medida, cosa que permitiría sortear su veto, pero que a la práctica implica romper la unidad del bloque europeo en contra de Rusia por primera vez desde que empezó la guerra.