Un parque eólico en las comarcas centrales de Catalunya.
03/06/2025
2 min

Un déficit eléctrico cada vez más preocupante y la caducidad de las centrales nucleares –el pasado año produjeron más del 50% de la energía consumida en Catalunya– nos han situado en una posición de alerta. Y sólo faltaba el reciente gran apagón. Cataluña consume más electricidad de la que genera. En 2024, el consumo eléctrico en el Principado fue de 44,1 TWh, mientras que la producción se situó en 37,4 TWh, con lo que el déficit fue de un 15,19%.

Ante esta realidad, o nos ponemos las pilas o seremos cada vez más dependientes. Es en este sentido que es necesario leer la decisión del Gobierno de aprobar un decreto ley que declara de interés público superior elalmacenamiento eléctrico con baterías.Es la primera administración del Estado que da este paso, clave para agilizar la tramitación de estas instalaciones y dar seguridad y estabilidad a las empresas que generan energía renovable.

Al margen de si uno piensa que necesitamos soberanía eléctrica o que no es necesaria, lo que resulta relevante es que un país con sol y viento no aproveche estos recursos naturales gratuitos y no contaminantes para dotarse de ventaja competitiva con la producción de energía verde propia. terreno.

Por un lado, tenemos una población afortunadamente sensibilizada con la crisis medioambiental;

Cataluña debe querer situarse al frente de la producción de energía verde. De momento, estamos en la cola de España y de Europa. ecológicos, pero son energías verdes y, por tanto, con efectos colaterales infinitamente inferiores a los que produce el uso de combustibles fósiles, de energía nuclear o de infraestructuras hidroeléctricas.

Al margen del citado decreto, el Gobierno también ha autorizado la ampliación de personal de la compañía pública catalana La Energética, que se ha marcado el objetivo de disponer en 2040 del potencial de energía renovable necesario para abastecer a todos los servicios públicos de la Generalitat. Se trata de ponerse delante y dar ejemplo. También algunos ayuntamientos están yendo en la misma dirección. E igualmente será necesario que el sector empresarial privado y los ciudadanos individuales se sumen a la apuesta de la energía verde. Porque, en efecto, necesitamos grandes parques eólicos y solares, por incómodos que a veces sean, y hay que repartirlos equilibradamente por el territorio. Pero también necesitamos un minifundismo de autoconsumo. Todo suma. El futuro energético debe ser verde.

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