Romper el círculo de la pobreza: la historia de Rita y Ayomide

Según el último informe El Estado de la Pobreza, elaborado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN), la tasa de pobreza infantil en España es especialmente alarmante: 2,3 millones de niños y adolescentes –casi un 29%– viven en situación de vulnerabilidad. Es la cifra más alta de la UE.

Ante esta realidad, la Fundación "la Caixa" se suma al Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza con el compromiso de seguir ofreciendo oportunidades a los colectivos más vulnerables en todas las etapas de la vida. A través de sus programas, y con un presupuesto de 655 millones de euros para 2025, la Fundación impulsa iniciativas sociales y educativas orientadas a construir una sociedad más justa e inclusiva.

Visitamos El Faro Social, una entidad de Santa Coloma de Gramanet que forma parte del programa CaixaProinfancia, para conocer de cerca cómo el acompañamiento puede impulsar el futuro de los niños y niñas y el de sus familias.

Una nueva oportunidad para Rita y su hijo

Rita, de origen nigeriano, tiene 42 años y es madre de Ayomide, un niño de siete. Entró en España con patera y llegó a Cataluña en el 2011. Rita no sabe leer ni escribir y habla el castellano con dificultades. Sin trabajo, empezó de cero, sola y con un hijo pequeño.

"Cuando llegué a Catalunya fue muy difícil. El padre de Ayo se marchó cuando yo estaba embarazada. Cuando mi hijo me pedía ayuda con los deberes no podía ayudarle. […] Me sentía muy sola", recuerda emocionada.

Hace año y medio que Rita y Ayomide forman parte de El Far Social, una entidad que les proporciona acompañamiento a ambos. Desde entonces, su vida ha cambiado de forma significativa: Ayomide tiene un espacio donde jugar y aprender, recibe apoyo educativo y participa en actividades de ocio. Asimismo, Rita recibe orientación y apoyo para afrontar los retos diarios, mejorar su formación y prepararse para insertarse en el mercado laboral.

"Aquí me ayudan mucho ya Ayo le encanta venir. Juega con otros niños, le ayudan con los deberes… Antes era muy difícil para mí, pero ahora él está contento y yo estoy tranquila. Cuando vengo aquí, Débora me ayuda a leer y me acompaña a todas partes."

El poder del acompañamiento

Desde el centro, Débora Rodríguez, directora de El Far Social, destaca que historias como la de Rita no son excepcionales. "La mayoría de las familias que atendemos tienen una precariedad económica muy grande. Muchas están preocupadas por cosas tan básicas como qué comerán ese día o si podrán pagar una actividad para sus hijos", explica.

Rodríguez apunta que la pobreza infantil es una realidad invisible para gran parte de la sociedad y defiende que invertir en infancia es garantizar el futuro: "Hay que poner el foco en la infancia. Invertir ahora es asegurar la igualdad de oportunidades mañana. Si mejorara la situación de la familia, el niño mejora significativamente".

Rita asegura que lo que más desea para su futuro es encontrar trabajo y, para el del Ayomide, que pueda ejercer la profesión que él quiera. "Mi futuro… primero me gustaría tener trabajo… Ayo quiere ser bombero. A mí me gustaría que fuera enfermero, pero él quiere ser bombero", sonríe.

Con el apoyo de CaixaProinfancia, entidades como El Faro Social no sólo ayudan a cubrir necesidades esenciales –como la alimentación o las gafas de los niños–, sino que también ofrecen espacios de aprendizaje, casales de verano, atención psicológica y talleres familiares que devuelven la confianza y refuerzan los lazos dentro de la comunidad.

"La pobreza infantil es invisible hasta que la ves de cerca, pero es posible revertirla si actuamos con recursos, sensibilidad y compromiso", asegura la directora del centro.