5 trucos de las redes que te pueden ayudar (o no) a ordenar tu casa
La organizadora profesional Clara Massons analiza los pros y contras de algunos de los retos de orden más populares de internet

BarcelonaPor suerte o por desgracia, parece que a Instagram le encanta la ordenación. Las redes están llenas de trucos de orden, sistemas de organización y retos motivadores que prometen cambiar la casa y la vida. Muchos de estos retos de orden tienen 3 puntos en común. Lo primero es que duran poco tiempo: entre 21 y 40 días como máximo, dedicando sólo unos minutos cada día. Es la manera de no perder la motivación nada más empezar. El segundo punto en común es que te animan a despejar. El reto consiste en sacar de casa un número determinado de cosas, para que los resultados sean cuantificables y no te frustres el primer día si no ves resultados drásticos. El tercer punto común es que no funcionan y todos tienen una recaída. Estos instagramers de buena fe que te animan a hacer los retos de orden sólo te explican cómo les ha transformado la vida y lo felices que son ahora. De modo que cuando tú lo pruebas en casa y no te funciona, te quedas con la sensación de que no lo has sabido hacer bien, o que el sistema que proponen no es para ti.
Sin embargo, como persona experimentada al probar nuevos métodos, debo decir que estos sistemas pueden tener sus ventajas. Estos retos pueden servir para animarte a empezar a vaciar y simplificar tu casa, y para ir paulatinamente cambiando la mentalidad y vivir con menos acumulación. Pueden ayudarte a encontrar el método y estilo de vida que más se ajusta a tu talante y acercarte a una casa más organizada y relajante. Analizamos los pros y contras de los cinco retos más populares de internet.
El reto de los 30 días
Consiste en dedicar 15 minutos al día a lanzar todo lo que no nos sirve en casa durante un mes. Ropa que no nos ponemos, cosméticos caducados, juguetes olvidados… Al final de este reto de velocidad (en 15 minutos no hay ni un segundo que perder) consigues que la casa se vea un poco más vacía, si es que lo que tiras estaba a la vista. Si tiras cosas que estaban guardadas en armarios y cajones, la casa sigue viéndose igual de apretada. Este reto es para las personas "sin tiempo". Que repiten el mantra que van de bólido, y que no se comprometerían a probar un reto que les requiriera más rato de orden y limpieza.
El peligro de este reto, además de la frustración de ordenar durante más de treinta días y ver tu casa igual o peor, es que cuando empiezas a vaciar, los objetos se multiplican. Es decir, cuantas más cosas sacas, más cosas te encuentras que no recordabas ni que tenías y acabas abrumado. Mi consejo, si queremos probar el reto, es que nos centramos en una categoría concreta de objetos y no empezamos otra hasta que terminamos, como por ejemplo revisar medicamentos. No hace falta que intentemos hacer una elección exhaustiva y orden de nuestro armario en 15 minutos. No es realista ni duradero.
El reto del 1, 2, 3
Popularizado por Joshua Fields y Ryan Nicodemus, de The Minimalists, consiste en lanzar algo el día 1 del mes. Al día siguiente, 2 cosas. El siguiente, 3 cosas. Hasta terminar el mes y tirar 31. Está indicado para motivarse y empezar el camino de suprimir cosas y simplificarse la casa. En realidad es más bien un juego, y cómo todos los juegos tiene sus trampas. La más común es "guardarse" cosas para tirar el día que no sepamos qué suprimir: quizás el día 6 queremos tirar 8 calcetines viejos, pero nos guardaremos un par "por si acaso" no sabemos qué suprimir hacia el final del reto.
El peligro es pasarse todo un mes recorriendo la casa con neurosis, como un perro a la caza de la rampoina, pero no acabar viendo un efecto "uave" en casa. El segundo peligro es enfadarse con la familia. Cuando tenemos ganas de tirar, es más fácil querer suprimir las cosas de los demás, porque no las utilizamos, o porque no estamos apegados emocionalmente. De modo que podemos caer en la trampa de enfadarnos con el resto de la familia porque "guarda demasiado" y "nunca tira nada", cuando de hecho debemos centrar la atención en nosotros mismos y en nuestros objetos primero. Y sí, nuestras fotos del móvil y los documentos del ordenador también hay que revisarlos y limpiarlos antes de agobiar a los demás.
12-12-12
Consiste en reunir 12 elementos para tirar, 12 para dar y 12 para guardar. Lo ha inventado el estadounidense Joshua Becker, de la web Becoming Minimalist. Está indicado para ir vaciando tu casa sin arriesgar demasiado. Se trata de ir habitación por habitación sin detenerte hasta que hayas encontrado todos los objetos. Evidentemente, si encuentras 25 objetos para tirar o dar, no es necesario que renuncies a favor de la norma. Yo entiendo que el número es una orientación de mínimos. El reto está muy de moda en las redes, pero yo personalmente no le encuentro la gracia. El gran peligro es almacenar y acumular a diestro y siniestro lo que no utilizamos para sacarlo de la vista porque en realidad no nos atrevemos a deshacernos de él.
El otro peligro recae en dar. Esta acción puede hacernos creer que este objeto que damos está haciendo un bien a alguien, como una especie de caridad. De modo que mucha gente continúa con su hábito de comprar de más, con la "tranquilidad" que realizan una acción solidaria. De esto nos habla el gran organizador australiano Peter Walsh, especialista en acumuladores extremos. En su experiencia de más de veinte años, Walsh ha trabajado cada día con personas que compran desmesuradamente, pero con la sensación de que están haciendo un bien social porque cuando se cansen de ese objeto se lo darán a los pobres. Esta rueda enfermiza termina con la economía del consumidor compulsivo y crea toneladas de residuos en cualquier parte que el planeta no puede asumir.
40 bolsas en 40 días
Cada día de la Cuaresma debes llenar una bolsa con objetos que no quieres para darlos a los demás. Ann Marie, de White House Black Shutters, lo presenta como un sacrificio de generosidad y renuncia, y se hace una vez al año, aunque no celebres la Cuaresma.
Personalmente, creo que de ese reto todo está mal. Dar desde la renuncia es doloroso e inútil. Creo que es más práctico dar dinero a quien lo necesita y que compre lo que necesite. En este sentido, Marie Kondo recomienda vaciar la casa prestando atención a lo que queremos conservar, con lo que queremos vivir, en lugar de que queremos tirar. Este cambio de perspectiva es esencial para no recaer en la acumulación y hacer que nuestros esfuerzos por simplificar la casa perduren para siempre.
Por otra parte, el reto de las 40 bolsas se realiza cada año, por la Cuaresma. Esto significa que durante el proceso de vaciar no hemos aprendido nada, porque después hemos acumulado de nuevo. El verdadero sentido de hacer un reto de limpieza es aprender de nuestro derroche para adoptar unos hábitos más responsables de consumo y acostumbrarnos a no acumular. Hacemos limpia una vez en la vida y después mantenemos la casa a raya, porque hemos cambiado nuestra mentalidad.
La youtuber Marissa de A to en Zen Life explica que no queremos darnos cuenta de que en realidad nadie quiere nuestras cosas usadas. Que las cosas que damos o que guardamos para nuestros hijos no se aprovechan tanto como creemos. Vivimos aferrados, dándole un valor que en realidad no tienen (aunque quizá eso era caro cuando lo compramos) y estos objetos son basura, o lo serán un día. Marissa hizo un camino personal del maximalismo al minimalismo y dice que el gran error de intentar asear la casa con trucos y retos es que no se hace un cambio de mentalidad real. Que en cuanto hemos dado una bolsa llena de trastos, salimos a comprar en busca de tesoros vintage, gangas y gadgets "que no podemos dejarnos escapar". Sin ese cambio de perspectiva tan necesario, dice, nos pasamos la vida vaciando sin estar nunca a gusto en nuestra casa.
One Touch
Éstos son sólo algunos ejemplos de los retos de Instagram, pero hay muchos más. Un sistema que se diferencia del resto es el One Touch, o toque único, podríamos decir. Imaginemos que entramos en casa y dejamos el abrigo sobre el sillón, las llaves sobre la mesa del comedor, y los zapatos delante del sofá. Si queremos tener la casa aseada, después tendremos que coger cada cosa y guardarla en su sitio. El sistema del toque único te dice que dejes las cosas en su sitio en la primera. Déjalo donde toca de entrada, y así no tendrás que recogerlo después. Esta premisa, que es sentido común, es la clave de las personas aseadas que, contrariamente a lo que piensa mucha gente, no se pasan el día aseando, porque simplemente no desordenan. Quizás podemos adaptar el dicho y afirmar que no es más aseado quien más ordena, sino quien menos desordena.