Cuerpo y Mente

“La verdadera amistad es cuidar a los demás sin calcular cuánto has dado y recibido”

Hablamos con el neurocientífico Mariano Sigman y el escritor Jacobo Bergareche sobre su ensayo 'Amistad'

Amistad
27/04/2025
3 min

Barcelona¿Por qué nos hacemos amigos de unas personas y no de otras? ¿Puede sobrevivir una amistad al tiempo y la distancia? ¿Podemos vivir sin amigos? Desde tiempos antiguos, el concepto de amistad ha ocupado un lugar central en la vida de las personas. En elEpopeya de Gilgamesh ya es el tema principal, mientras que, en elÉtica en Nicómaco, Aristóteles dedica dos libros enteros a definir las diferentes formas de la amistad. Y antes que él, Platón y Jenofonte, en sus banquetes, retratan muchos de los sentimientos que nos evoca la amistad.

Precisamente estos banquetes son los que han inspirado al neurocientífico Mariano Sigman y al escritor Jacobo Bergareche para escribir Amistad (Debate, 2025). Se trata de un ensayo compartido con el que estos dos amigos y vecinos han superado una de las muchas pruebas que, como decía Aristóteles, va construyendo una amistad a lo largo de la vida. "Cuando nos pusimos, decíamos irónicamente que a ver si acabaríamos discutiendo mientras escribíamos un libro sobre la amistad", dicen riendo. Lejos de esto, el ensayo ha fortalecido su vínculo.

En sus páginas, emulando uno de los banquetes de la antigüedad, se juntan con todo tipo de personas, desde médicos, militares, cómics o actores, hasta adolescentes u octogenarios para reflexionar sobre su idea de la amistad, además de investigar lo que decían pensadores como Montaigne, Pluta. "Cada uno tenía un concepto muy diferente sobre cómo es y cómo se construye una amistad", asegura Bergareche. No son pocas las personas que les han explicado cómo la amistad nace como un amor a primera vista, mientras que algunos aseguran que, en un principio, la otra persona les caía mal. "No hay una forma de definir cómo se hace un buen amigo", continúa. Lo que está claro es que la química tiene un factor importante. "No debemos olvidar que, en el fondo, somos mamíferos", añade Sigman.

Hay amistades que sólo tienen su espacio en determinados entornos y momentos, como los compañeros de trabajo o los amigos con los que sólo se queda por realizar una actividad, como sería ir en bicicleta. Son amistades que, más allá del vínculo y entorno que les une, no tienen mayor recorrido cuando se interacciona en otros espacios y momentos. Esto no significa que sean menos válidas. "Casi todas las amistades requieren actividades en común, aunque sea sentarse en un bar a hablar", matiza Bergareche.

Amistades variadas

Una de las preguntas que se hace en el banquete del libro es si puede ser amigo de un familiar. ¿Es el mismo tipo de relación? "Los vínculos familiares conllevan una serie de obligaciones y jerarquías que no pasan con sus amigos", reflexiona el autor. Sin embargo, no son pocas las personas que aseguran ser amigos de sus padres, hijos o, incluso, de la pareja. Otros, en cambio, creen que, precisamente por esta responsabilidad de fondo, no se puede considerar una amistad per se.

"Hay un ideal de pureza en la amistad, pero la realidad es que está cargada de interferencias, y aprender a gestionarlas es uno de los principales aprendizajes", explica Sigman.

Hay amistades que duran segundos, algunas son asimétricas, o que salvan vidas. "Hemos oído historias de mujeres que se han conocido en un lavabo de la discoteca y que, durante unos minutos, se han dado refugio y compañía, aunque después no se hayan vuelto a ver nunca más", explica Sigman. Son personas que, con el paso del tiempo, todavía recuerdas con ternura y agradeces que en ese momento te dieran la mano para superar un mal momento. Y, a veces, incluso es necesario que no las conocieras antes, para evitar el exceso de confianza y prejuicios. "De la misma forma que comemos frutas, verduras y legumbres, también necesitamos amistades largas que te conozcan muy bien, pero también amistades cortas que tienen su razón de ser", continúa.

Todas las amistades son igual de necesarias y no hay ninguna que se parezca a otra. cuidar a los demás sin tener que sacar la calculadora para ver cuánto he dado y cuánto he recibido. Queremos cuidar al otro por el simple hecho de hacerlo sentir bien", continúa Sigman.

Aristóteles decía que sin amigos nadie querría vivir, aunque tuviera todos los bienes del mundo. Hay momentos, como durante la adolescencia o en la tercera edad, que la compañía de los demás es más vital que nunca. Pero lo que queda claro es que una vida que vale la pena vivir es una en la que nunca falten los amigos.

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