Cuerpo y Mente

Quizás ha llegado la hora de dejar de decir "tu puedes"

En la era del pensamiento positivo y los mensajes motivacionales, dos psicólogos alertan de los peligros de dejarse influir por una tendencia que nos pone sobre ella una presión excesiva

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Pensamiento positivo

Barcelona"Tú puedes". "Si te esfuerzas lo suficiente, lo conseguirás". "Está en tus manos llegar". "De ti depende que sea hoy un gran día". Estas y otras muchas frases motivacionales responden a la idea de que el pensamiento positivo lo puede todo, y que, si nos lo proponemos, podemos cambiar nuestra vida y ser felices. Sobre el papel, muy bonito, aunque si lo llevamos a la práctica, podemos ver que detrás de este discurso hay cierta perversidad que esconde otra interpretación. Nos vende la idea de que si deseas con bastante fuerza algo, éste acabará sucediendo, por lo que, si no lo consigues, probablemente será porque no te has esforzado lo suficiente.

Para tratar de poner en contexto esta tendencia, el doctor en psicología y psicoterapeuta Buenaventura Del Charco –que en Instagram es Ventura Psicólogo–, publicó el libro Hasta los cojones del pensamiento positivo (MR Ediciones), donde denuncia que desde hace demasiados años se nos ha transmitido la idea de que la receta mágica para ser feliz consiste en ver el lado bueno de las cosas, al tiempo que pone en duda las fórmulas de superación y "crecimiento personal que, a su juicio, no soportan ni un asalto al mundo real. El psicólogo explica que el libro es el resultado de su trabajo como "psicólogo de trinchera. Me di cuenta de que cada vez más pacientes llegaban a mi consulta con un gran sentimiento de culpa por no saber afrontar los problemas que tenían. Estaban convencidos de que ellos eran los responsables de sentirse mal porque no sabían ver la esquina buena de las cosas y porque no se esforzaban lo suficiente en ser felices". Una idea que le parece «perversa, porque niega a la gente el derecho a sentir dolor, que es una reacción normal y sana cuando te ocurren cosas malas».

Del Charco cuestiona que este paraguas multicolor del pensamiento positivo nos remite a una premisa según la cual "el malestar es algo negativo que hay que evitar, cuando, realmente, es inherente a la vida". Una idea que refleja lo que él denomina tristofobia, "un miedo a pasarlo mal, como si no tuviéramos la capacidad de soportar ninguna vez. Creo que este falso pensamiento positivo denota poca fe en el ser humano, porque yo estoy convencido de que podemos pasarlo mal y salirnos- en". En pocas palabras, defiende huir de la sobreprotección, ya que, "cada vez tenemos menos tolerancia al dolor. Nos sobreprotegen desde pequeños, alejándonos del malestar, por eso cuando la vida te hume la primera vez no somos capaces de afrontar -lo, porque no hemos sido entrenados para la adversidad". Del Charco defiende que necesitamos entender por qué estamos mal, ya que el dolor emocional, que suele tener forma de ansiedad, miedo, tristeza o rabia, aunque desagradable, nos da una información muy útil de lo que estamos viviendo y por qué nos afecta así.

Una realidad que enlaza con los signos de los tiempos; vivimos en la era de las redes sociales, donde se impone otra idea perversa, según el psicólogo, y que tiene que ver "con el deseo de agradar. Si siempre estoy alegre y sonriendo, si siempre soy productivo, le gustaré más a la gente". Y para muestra un botón, que sólo hay que curiosear por Instagram para darse cuenta de que todos nos esforzamos por mostrar a los demás que nuestra vida merecería ser protagonista en alguno de los elementos de merchandising de Mr. Wonderful. El psicólogo alerta de que hemos convertido "el ser humano en nuevo producto de consumo. Antes la felicidad era el resultado de alcanzar un objetivo, pero no era la meta. Hoy, en cambio, la felicidad se ha convertido en un indicador de éxito , si eres feliz es porque lo estás haciendo bien". En este sentido, Del Charco se muestra especialmente preocupado por las generaciones más jóvenes, que han crecido ya bajo ese paradigma. "Los mayores tenemos herramientas adquiridas en nuestra infancia para afrontar esta presión social, pero a mí me preocupa la denominada generación de vidrio, que no tienen otros marcos de referencia que lo que ven en la pantalla". Por todo ello, el psicólogo, que acaba de publicar Te estás jodiendo la vida (MR Ediciones) insiste en que no necesitamos ser optimistas y felices, que lo que necesitamos es ser honestos con quienes somos y lo que necesitamos, por lo que propone olvidarse de ser nuestra mejor versión para ser únicamente nosotros mismos.

Autoestima y pensamiento positivo

En una línea de pensamiento con bastantes coincidencias con la de Ventura Del Charco, el psicólogo y psicoterapeuta Victor Amat (@victoramat01) acaba de publicar Autoestima Punk (Ed. Vergara), donde se propone desmontar lo que denomina la autoestima happy flower. Si Buenaventura del Charco apunta que la felicidad es una cuestión de tomar decisiones y tratarnos bien a nosotros mismos, Amat defiende que debemos aprender a autoestimarnos bien. "Lo que quiero es denunciar que nos están introduciendo un concepto de autoestima que no nos ayuda y que nos obliga a realizar cambios que muchas veces no podemos hacer y eso nos frustra más", explica, a la vez que añade que su objetivo es que los lectores entiendan que la autoestima "pasa por dejar de querer ser otra persona, aceptando que tenemos luces y sombras, y por aprender a lucir estas sombras".

Amat alerta de que hemos crecido en una cultura donde siempre se nos ha comparado para perder, ya desde pequeños, y aboga por entender que "ser humano comporta una herida infinita y que la verdadera autoestima es saberlo y plantearlo" sí que podemos ser una persona mejor, pero no perfecta, porque es imposible". El psicólogo denuncia que "nos han hecho pensar que muchas cosas que nos pasan tienen que ver con no autoestimarse y eso no es verdad. No siempre debemos amarnos más, sino que debemos amarnos mejor. Generar la idea de que hay una mejor versión de ti mismo aumenta tu insatisfacción y eso te obliga compulsivamente a hacer cosas por mejorar, y ésta es una idea perversa, porque a veces aquella versión mejor es imposible”. Y es que obligarte a pensar que todo depende de ti puede hacer sucumbir a tu autoestima si no salen las cosas como esperas. Como asegura Amat en el libro, la clave es saber que eres imperfecto y la verdadera autoestima es saber qué hacer con tus imperfecciones, comprender "cómo puedo convertir mis carencias en algo positivo para mi entorno sin dejar de ser quien soy".

Las grandes mentiras del pensamiento positivo

Fomenta que niegues el problema y huyas.

Te culpabiliza por experimentar emociones sanas, como la tristeza o la rabia, y te quita el derecho a estar mal.

Te dice que no eres lo suficientemente válido tal y como eres.

Te trata como un ser débil y frágil, incapaz de asumir el malestar inherente a la vida.

Da una visión reduccionista de la vida, basada en fórmulas y recetas iguales para todos y extremadamente simplistas.

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