Siete itinerarios llenos de cultura e historia cerca de casa
Granollers, Vinebre o Cassà de la Selva son algunas de las villas que ofrecen propuestas alejadas de las habituales rutas turísticas
BarcelonaViajamos miles de kilómetros para descubrir la historia, la cultura o los atractivos de ciudades de todo el mundo, pero a menudo no nos paramos a pensar que junto a casa hay pueblos y ciudades que merecen una visita. Aunque no figuran en las guías o webs más convencionales que recogen los atractivos turísticos del país, son rutas a menudo impulsadas desde las mismas localidades y siguen propuestas singulares pensadas para descubrir rincones que quizás todavía no son conocidos, pero que cuentan con dos ingredientes que los hacen únicos: cultura e historia.
Para facilitar este trabajo de divulgación del patrimonio local de todo el mundo, en 2011 un equipo de holandeses, con el apoyo de un inversor suizo, impulsaron la plataforma Izi.travel, con el objetivo de conectar las ciudades, los museos y sus historias con los viajeros que quieren explorar el mundo de una forma diferente e innovadora. Actualmente, reúnen cientos de rutas de todo el mundo y lo que hace especialmente atractiva la plataforma es que hay propuestas de ciudades y pueblos alejados de las habituales rutas turísticas. Éstas son algunas de las propuestas en pueblos y ciudades catalanes.
Granollers, ciudad bombardeada
La Guerra Civil transformó profundamente la vida de los habitantes de Granollers desde sus inicios. El estallido revolucionario, las movilizaciones, las colectivizaciones o la llegada de refugiados sacudieron el día a día del pueblo, pero si hubo un episodio que marcaría a varias generaciones fueron los bombardeos que tuvieron lugar el 31 de mayo de 1938, en la que murieron más de 200 personas. Es posible seguir las huellas de ese periodo con una ruta que recorre los espacios más representativos de este conflicto a través de edificios, paneles informativos y baldosas que llevan inscritas las fechas de los bombardeos en homenaje y recuerdo a las víctimas.
El recorrido comienza en la plaza del Cuartel, que debe su nombre al cuartel militar que había donde ahora está el mercado municipal. Existe un panel informativo con el plano del centro de Granollers que indica los espacios afectados por los bombardeos y los refugios antiaéreos. A partir de aquí, la ruta pasa por espacios como la iglesia de Sant Esteve, la Porxada, las calles de Santa Esperança y Anselm Clavé o la plaza de Josep Maluquer i Salvador. Un recorrido por el centro histórico de la ciudad que muestra cómo se vivió la guerra en Granollers.
Manresa universal, el municipio de san Ignacio
Esta ruta por la Manresa ignaciana sigue los lugares y edificios de la ciudad relacionados con la figura de san Ignacio de Loyola. Un itinerario que recorre la Manresa medieval que acogió al santo y la que vivió su legado, la Manresa barroca. El recorrido permite descubrir las interioridades de la ciudad en una ruta que comienza siguiendo el camino a la Cueva de San Ignacio, que fue el lugar privilegiado de oración del santo.
Se trata de una cueva sobre el río Cardener en torno a la cual se levanta el actual Centro de Espiritualidad. La experiencia que allí vivió fue el origen de su libro Ejercicios espirituales. Tras conocer a fondo la cueva, la ruta prosigue por la vía de San Ignacio, la capilla del Rapto, el claustro del antiguo Colegio San Ignacio y otros espacios como la plaza Mayor, el Espacio Manresa 1522, el Pozo de Luz o la torre de Santa Caterina.
Vinebre, riqueza arqueológica
Es posible conocer los puntos más significativos de este municipio de la Ribera de Ebro a través de una ruta con diez paradas que tiene su inicio en Ca Don Joan, un palacio renacentista del siglo XVI que es el resultado de diversas intervenciones en épocas históricas diferentes. El segundo punto de interés es el yacimiento arqueológico de Sant Miquel de Vinebre, máximo exponente de la riqueza arqueológica del municipio, donde se cuentan hasta 17 yacimientos. En este caso, hablamos de un poblado iberorromano situado en una pequeña colina.
Otros puntos de paro obligatorio son la Viladins, la zona que reúne las viviendas más antiguas y características de la vía, con edificios originarios del siglo XIII; la Casa-Museo del santo Enrique de Ossó y Cervelló, que en 1876 fundó la compañía de Santa Teresa de Jesús; el colegio de las Teresianas, fundado por Enric d'Ossó; la plaza del Rei, uno de los puntos clave de Vinebre y su historia; o el embarcadero, un espacio natural privilegiado donde nidifican diferentes especies de aves y que es punto de partida de rutas de senderismo y BTT.
Los puentes del Pont de Suert
Una ruta llana que sigue las dos riberas del río y que permite contemplar los cuatro puentes que hoy permiten atravesar el Noguera Ribagorçana en el Pont de Suert. Antiguamente, el río era salvado únicamente por un puente colgante, conocido como el de la Palanca. De este, sólo se conserva el pilar de piedra cercano a la Casa del Pont, ya que el puente original fue destruido por una riada en 1963 y reconstruido posteriormente. Se puede empezar la ruta en la Oficina de Turismo ya partir de aquí seguir un recorrido que cuenta con cinco paneles explicativos a lo largo del trazado y que pasa por el puente del barrio del Roser, el puente de la Palanca, el puente de la central hidroeléctrica y el puente Nuevo. Esta ruta forma parte del conocido como Camino del Agua, que une el Pont de Suert y Caldes de Boí a través de una ruta que sigue el curso de los ríos de la Alta Ribagorça.
Ruta del corcho en Cassà de la Selva
La historia de Cassà de la Selva está estrechamente unida a la industria del corcho iniciada en el municipio en el siglo XVIII. Este recorrido urbano permite descubrir elementos patrimoniales relacionados con el mundo obrero, pero también las magníficas casas modernistas que hicieron construir a los propietarios de las fábricas de tapones de corcho oa los grandes propietarios forestales. La ruta comienza en la estación de ferrocarril, construida en 1892, para posteriormente pasar por Can Nadal, edificio modernista de 1906 construido por la familia Nadal, fabricantes y comerciantes de tapones de corcho, que actualmente es la sede del Ayuntamiento.
La ruta también pasa por otras edificaciones notables, como la Fábrica del Gas, en cuyo exterior destaca el rótulo de la empresa, la cerámica vidriada, los restos de esgrafiado y la reja de entrada para carruajes, de forja con decoración floral, la Casa de los Canónigos, Can Trinchería o Can Serra. También sigue las calles Ample o Major, la plaza Petita, la bóveda de las Medidas –el único porche que existe en Cassà–, o el conjunto de Can Frigola y la Torre Salvana, el complejo arquitectónico civil más antiguo e importante de Cassà, construido en el siglo XVI y formado por una casa y una torre adosada.
Ruta modernista por Igualada
Seguir la huella modernista en Igualada significa hablar de la arquitectura y de la historia de la ciudad, pero también de artistas catalanes, de Juventud, de Víctor Catalán, de Pelo y Pluma... El recorrido propone pasar por edificios tan emblemáticos como Cal Monets, que fue construido en 1913 promovido por el curtidor Ramon Vives Maixenchs, o Cal Ratés, de 1909 y con una interesante fachada que presenta en la banda derecha una tribuna poligonal que hace a la vez de tosta, coronada con una cúpula de cerámica. La ruta sigue por la Pastelería Targarona, que tiene sus orígenes en los bajos de un edificio de viviendas del número 17 de la calle del Roser en 1929, y por Ca la Mamita, edificio de 1905 que también se conoce como "Cal Franqueza", por el negocio que ocupaba los bajos.
Ruta de la Transición Democrática en Hospitalet de Llobregat
Esta ruta por diferentes barrios de L'Hospitalet recoge algunos de los hechos históricos relevantes de la ciudad en el período 1960-1980, un tiempo marcado por los movimientos vecinal, obrero, religioso, cultural y político que lucharon por la consecución de los derechos políticos, sociales , económicos y culturales. El recorrido comienza en el barrio de Collblanc - la Torrassa, en el antiguo Club Pimpinela (1945-1972), un espacio ubicado en el número 8-9 de la plaza Española, que supo adaptarse a las necesidades sociales de una juventud que no encontraba un espacio para desarrollar sus actividades.
La segunda parada está en el Parc de la Marquesa, símbolo de la lucha vecinal por la mejora del barrio contra la especulación urbanística. Otros lugares de interés son la parroquia de San Ramón Nonato, donde se llevaron a cabo reuniones clandestinas; el espacio que ocupaban las torres eléctricas de las avenidas Primavera y Cataluña, que no fueron enterradas definitivamente hasta el año 1993, después de muchas reivindicaciones vecinales; los “Bloques Onésimo Redondo”, 816 viviendas inauguradas en 1958, promovidas por la Obra Sindical de la Hogar (OHS) hoy llamados Blocs Florida; la plaza de la Carpa de Can Serra, un barrio creado prácticamente de la nada; la zona entre la rambla de Just Oliveras y Enric Prat de la Riba, que popularmente se conoce como la “Illa dels Sindicats”; o la zona del Polígono Gornal, que empezó a construirse en 1972 y que derivó en un barrio aislado del resto de la ciudad, sin los servicios mínimos, lo que complicó mucho la vida cotidiana de los vecinos.