"Con lo que me he gastado en compresas podría haber dado la vuelta al mundo"
El primer día de distribución gratuita de los productos menstruales provoca colas virtuales para entrar en Mi Salud
BarcelonaLas colas virtuales de hasta cinco minutos para acceder al código QR que permiten recoger los productos reciclables gratuitos para la regla reflejan la buena respuesta social a la iniciativa de la conselleria de Igualdad y Feminismos. Bragas y copas menstruales y compresas reciclables se han empezado a repartir este lunes en las farmacias catalanas para combatir la llamada pobreza menstrual. Aunque no hay datos de cuántas mujeres, de entre 10 y 60 años, han retirado uno de los tres productos en oferta, desde el departamento de Tània Verge han comentado que ha habido una muy buena respuesta. La recogida se podrá realizar durante todo este año, y sólo se podrá realizar una retirada por mujer.
En una farmacia del Eixample de Barcelona, una madre y una hija adolescente se descargan el código QR en el aplique Mi Salud para enseñarlo en el mostrador de la farmacia, y coinciden en decir que "por fin" existe una "medida que beneficia a todas las mujeres". Judith Pérez, de 50 años, dice que no quiere ni calcular cuánto dinero se habría ahorrado a lo largo de su vida menstruando si las compresas y los tampones hubieran sido, no ya gratuitos, "solo más baratos". Por la cabeza, afirma riendo, pudo hacer un rinconcito para "dar la vuelta al mundo", y asegura que, aunque ella ya está entrando en la menopausia, está satisfecha que la generación de su hija tengan tantos productos "ecológicos y gratis". Un reciente estudio cifraba que, en 40 años de ciclos, las mujeres gastan unos 8.000 euros en compresas y tampones, y se calcula que el uso de copas o bragas que se pueden reutilizar durante años supone menos de 150 euros.
Àngela Casas ha aprovechado la campaña de la Generalitat para pasar por la farmacia y recoger una copa menstrual, y así aprovechar para probar si le gusta. Es usuaria de tampones y, aunque las amigas le han recomendado pasarse a la copa, hasta ahora no se ha atrevido a ello. "Es una gran idea. Las mujeres siempre hemos pagado más por todo, y debemos sufrir por el dolor de la regla, las molestias del embarazo y el parto", exclama. Aparte de la cuestión económica, Casas, de 28 años, dice que entre los beneficios de la iniciativa destaca "la apuesta por la sostenibilidad y la ecología", ya que permitirá reducir las 9.000 toneladas de residuos que se generan anualmente.
Un derecho de las mujeres
En otra farmacia, Ànnia Calvo sale con unas bragas menstruales que confía en que le gusten para poder compaginarlas con la copa. También tiene 28 años y, si bien aplaude que se fomenten estos productos reciclables, pide que "se pongan las pilas" para que en los lavabos públicos haya fregaderos para poder lavar las copas "en la intimidad" para acabar de cerrar el círculo. "Así sí que quizás más mujeres se animarían a dejar la comprendida de un solo uso", vaticina.
En una atención a medios, Virgen ha enmarcado la distribución gratuita de productos menstruales en el proyecto de transformación feminista del país para conquistar unos derechos y adquirir nuevos, como el de la equidad menstrual. "Para que menstruar no comporte un gasto extra a las mujeres, por acabar con la pobreza menstrual, por cuidarnos mejor en todas las etapas de la vida y por cuidar el planeta", ha dicho. La consejera ha asegurado que la iniciativa Mi regla, mis reglas no es ninguna prestación ni bonificación, sino que "es un derecho que ha venido para quedarse".