Cabaret Pop

¿Por qué se les han escapado 100 millones de dólares de sus manos a Enric y Meghan Markle?

Aparte de nuevos fracasos para los duques de Sussex, la familia Windsor también ha sido noticia por la rivalidad entre el príncipe Guillermo y su tía Ana para ver quién trabaja menos

Enric y Meghan
27/07/2025
5 min

BarcelonaEnric y Meghan de Sussex se parecen cada vez más a un perro manzano mojado. Al principio tenían un pelaje erizado y reluciente, pero después de mojarse en la piscina de la realidad parecen una ratita escueta que solo tiene ojos y huesos. El matrimonio, que cuando abandonó la monarquía británica en marzo del 2020 parecía tener por delante un futuro prometedor en lo privado gracias a un supuesto talento profesional ya un supuesto magnetismo social, se ha ido quedando con el tiempo como uno de esos perritos cuando los mojan y muestran la cruda realidad tras la pomposidad de su manto pelo. A la pareja, que se sentía frustrada por las servidumbres y limitaciones inherentes de la monarquía, el tiempo les ha demostrado lo que las personas de clase obrera sabemos de toda la vida y que los privilegiados muchas veces olvidan: limitaciones sufrimos todos, pero siempre son peores las de quien tiene menos recursos para hacerle frente. Por eso, mal por mal, era preferible quedarse en palacio.

Esta reflexión viene a tono de la última bofetada de realidad que han sufrido los Sussex: la no renovación de su contrato con Netflix, que firmaron hace cinco años justo al dejar atrás a la Corona. Tras no haber sido capaces de poner en marcha ningún proyecto realmente exitoso, este nuevo obstáculo les deja ya en la carcanada en el terreno profesional y les cierra la puerta a reeditar el acuerdo que tenían con la plataforma audiovisual, que les reportó nada menos que 100 millones de dólares.

Según los medios que lo han confirmado, People y The Sun, la no renovación del contrato con Netflix se debe a que "ya no hay apetito por mayor contenido". Lo cierto es que esta tesis resulta algo pobre, ya que es evidente que el apetito por el trabajo no es lo que les mueve ni a unos ni a otros. Lo que les mueve a todos es el dinero que ganan con los proyectos y el hecho de que no quieran firmar de nuevo un compromiso así se debe a que el rendimiento ha sido bajo para los primeros –un proyecto demasiado caro para las cifras de audiencia generadas– y también para los segundos –que no están dispuestos a hacer nada más de lo que han hecho ni tampoco a hacerlo.

Esta filtración contractual, que parece bastante intencionada después de que en el pasado reciente la plataforma dijera que no había intención de cancelar ningún acuerdo, busca sellar el desenlace Sussex-Netflix como amistoso, pero es un revés en toda regla: Enric y Meghan no han tenido éxito comercial por sí mismos. De hecho, desde que abandonaron la casa de audiencia han sido los momentos en los que han criticado a los familiares de él. Es decir, para que les renovaran el contrato era necesario que estuvieran dispuestos a criticarlos más veces y más duramente. saber...– poder volver algún día al abrigo de la monarquía, la cual quizás ya no les parece un oficio tan desagradecido.

El contrato con Netflix, firmado en el 2020 y gestionado a través de Archewell Productions, la empresa de los duques de Sussex, empezó bien, con un documental sobre el matrimonio que batió récords de audiencia en su lanzamiento, el resto de proyectos no tuvieron la misma suerte. With love, Meghan, estrenada a principios de este año, se convirtió en una risa internacional, mucho más criticada que vista, con sólo 5,3 millones de visualizaciones, una cifra mínima para alguien con una fama mundial como la de la pareja. Aparte de este contrato, los Sussex han demostrado ser el bluf de la década después de firmar un contrato también millonario con Spotify que tampoco se reeditó porque los podcasts que grababan en ellos les escuchaba prácticamente nadie.

La princesa 'explotada'

Y si los que se marcharon de la monarquía parecen perros manzanos mojados, los que se quedaron parecen más bien dobermanes enojados. La protagonista del último numerito interno de los Windsor habría sido la princesa Anna, que se habría quejado amargamente de su agenda tan desbordada. El motivo de esta sobredosis de trabajo es que su sobrino Guillermo de Gales, futuro rey de los británicos, no ha cogido nada extra durante todo el tiempo que su padre ha estado fuera de juego tratándose el cáncer que sufre.

Según ha publicado Tatler, la princesa Anna no puede más con el trabajo que le toca hacer. A punto de cumplir 75 años, la única hija esposa de la reina Isabel II acudió en el 2024 a 474 compromisos reales, lo que significa que son casi dos actos diarios si se tiene en cuenta que hay días en los que no trabaja. El problema se ha agravado porque hay un tipo de eventos que se conocen como investiduras –en las que se entregan distinciones reales como medallas y otros reconocimientos– en las que sólo los reyes y los príncipes pueden presidir el acto. Como el rey no puede hacerlo y su hijo no quiere –Kate Middleton no entra en el juego porque también ha estado enferma–, todos estos actos han recaído directamente sobre Ana, que ya ha dicho bastante. Si Guillermo tiene la vista clara procurará pronto restituir el humor de su tía Anna, a la que el pueblo británico adora casi más que a él, que –a diferencia de ella...– es destinatario de todos los esfuerzos propagandísticos de palacio. De hecho, es muy comprensible el cariño popular por Ana, ya que en el último ejercicio llevó a cabo 100 actos públicos más que su hermano, el rey Carlos III.

Según un estudio del año pasado de la firma YouGov, Anna es la tercera miembro de la familia Windsor más querida por los británicos, de los que un 71% tienen una opinión positiva sobre ella. Solo la superan Kate Middleton (con un 76%) y Guillermo (con un 73%). De hecho, Middleton ha superado a su marido recientemente en el ranking royal, ya que antes era tercera. En ese mismo ranking también destaca la cuarta posición del rey Carlos, 8 puntos por debajo de su hermana Ana. Algunos se apoyan mucho en el privilegio que supone que la persona que reina no lo escoge el pueblo...

Vacaciones alargadas (y manchadas)

Tampoco parecen preocupados por la imagen que proyectan los reyes de los Países Bajos. Máxima y Guillermo de Holanda se han ido ocho semanas de vacaciones a Grecia, donde tienen un chalet valorado en más de cinco millones de euros que se compraron al venderse lo que tenían en Mozambique. Los planes de los monarcas holandeses carecían de matices: querían estar dos meses desaparecidos de su país y de las obligaciones reales, algo que solo estaban dispuestos a romper en una ocasión, el día 15 de agosto, cuando Guillermo tenía previsto asistir a La Haya en la conmemoración de la rendición de Japón, en 1945.

Evidentemente, la prensa del país ha puesto el grito en el cielo al ver que Guillermo, Máxima y sus tres hijas no le hacen ningún aprecio en todo el verano al país que les paga el chalet, ya que no se han guardado ni una triste semana para demostrar que los Países Bajos son un lugar hermoso antes de pasar el lugar donde pasar el huir allá donde más les plazca. Es decir, los monarcas holandeses no querían hacer lo que hacen el resto de sus colegas europeos, que siempre simulan que veranean dentro de su país antes de desaparecer no se sabe dónde. Es decir, porque el cargo les obliga siempre hacen un ratito de verano real hasta que pasan a realizar su verano real. Pero bien, ¿qué es preferible? ¿Que no hagan el esfuerzo de disimular pero que sean completamente transparentes como los holandeses o que hagan el esfuerzo de disimular un ratito y después llegue el apagón informativo como los de aquí?

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