Melania Trump firma una biografía en la que se compara con Lady Godiva (y con David de Miguel Ángel)
Antes de que sus memorias lleguen a las librerías, la esposa de Donald Trump ha empezado ya a acumular polémicas como oponerse a su marido y defender el aborto.
BarcelonaDesgraciadamente para el colectivo femenino, que podría tener con ella una gran aliada, Melania Trump cumple con todos los tópicos más rancios y tradicionales de la modelo que, una vez retirada de las pasarelas, ejerce de esposa decorativa de un millonario. Desgraciadamente para ella, sin embargo, las ambiciones políticas de su marido, Donald Trump, le han obligado a ir más allá de ese papel circunscrito a la intimidad del matrimonio, en el que parecía cómodamente instalada desde que había dejado en un segundo plano su carrera. Es por eso que resulta bastante creíble imaginársela llorando en silencio sola en una habitación de su ático de la Trump Tower cuando su marido anunció en junio del 2015 que se presentaba a las elecciones de Estados Unidos por el Partido Republicano, algo que le arrastraba a ella a una faceta pública que no deseaba (y que ha reducido a la mínima expresión, ya que cada vez se ha dejado ver menos veces a su lado y, cuando lo ha hecho, ha estado con cara de manzanas agrios).
La mala fortuna para ella –y para el resto del mundo...– hizo que ese anuncio que Politico calificó de "show estrambótico" terminara en enero del 2017 con Trump convertido en el líder del mundo libre y con ella, por tanto, en primera dama de un país que no era el suyo. El resto es toda historia. Aquella mujer que había nacido en un pueblo de Eslovenia cuando este país no se llamaba siquiera así –en 1970 cuando ella nació era parte de la República Federal Socialista de Yugoslavia– había acabado compartiendo rol histórico con Jackie Kennedy, Nancy Reagan , Barbara Bush o Michelle Obama. La gran diferencia entre ella y el resto es que su pasión por hacer campaña, exponerse a los medios, hacer escuchar su voz o utilizar su posición para hacer cambios sociales son nulas, como quedó claro durante los años que durmió en la Casa Blanca. Años que, por cierto, fueron menos de los que ostentó el cargo su marido porque ella tardó meses en ir a pesar de que Trump ya vivía allí.
Pese a ese currículum público, la necesidad obliga –o la codicia incita– y Melania Trump ha firmado una autobiografía que saldrá publicada el martes. Evidentemente, coincidiendo con el último tramo de la campaña presidencial de su marido. ¡Ve qué coincidencia! No había tenido tiempo de hacerlo durante los últimos cuatro años, en los que ya no estaban en la Casa Blanca, como solía ocurrir con sus predecesoras. Del libro, llamado Melania gracias a la poca creatividad que la caracteriza, se sabe poco a estas alturas. Sin embargo, las breves filtraciones que han trascendido ya ha bastado para que empiece a hervir la olla cibernética y aumente la expectación para el martes, el día en que empezará la carrera oficial de ella contra Michelle Obama, que marcó un hito histórico con la venta de sus memorias, que llevaban por título Becoming y de las que se vendió más de 10 millones de copias en todo el mundo. Por ahora, Melania ya triunfa con la preventa y eso que la modalidad premium de su libro cuesta 250 dólares.
De Lady Godiva a David
A través de su cuenta de Instagram, Melania ha ido publicando algunas píldoras de lo que se podrá encontrar en el libro. De todas, quizás la perla más preciada sea un vídeo en el que hace referencia a la polémica que generó cuando llegó al cargo de primera dama el hecho de que en el pasado hubiera puesto desnuda para una revista británica dedicada al público masculino, cuatro años antes de casarse con Trump. Sobre esa pose, de la que se entiende que hablará en el libro, se pregunta si "ya no somos capaces de apreciar la belleza del cuerpo humano" y si ya no sabemos "honrar nuestros cuerpos y abrazar la tradición atemporal de utilizar el arte como un poderoso medio de autoexpresión". Mientras dice esto, de fondo aparecen imágenes de grandes piezas de la historia del arte como Lady Godiva, de John Collier, o la estatua de David, de Michellangelo. Está bien amar el propio cuerpo, sobre todo cuando el machismo ataca, como le ocurrió a ella cuando todo el mundo se interesaba por aquel reportaje. Sin embargo, intentar equiparar la obra más célebre de Michelangelo con ese reportaje quizá sea hacer algo de trampa. Decir sobre aquellas fotos que eran "usar el arte como una forma poderosa de expresión personal" en vez de reconocer que eran un encargo muy bien pagado hecho por buenos profesionales, es intentar cambiar la historia forzando la máquina argumental.
Melania, que por ahora sólo ha acudido a promocionar el libro en Fox News –oh, ¡sorpresa!–, aprovechó aquella entrevista –la primera en dos años, porque como decíamos ella sólo existe públicamente cuando hay un interés, nunca por gusto– para magnificar el atentado que sufrió en julio Trump, en el que le hirieron la oreja. Melania dice que "algo velaba por él". "Es casi como si el país lo necesitara", afirma como explicación de que se hubiera salvado. Veremos qué dice sobre esta cuestión en el libro. Lo que se sabe por ahora es que ella no estaba allí ni tampoco seguía el acto por la televisión.
Partidaria del aborto
En las memorias también hablará del aborto. Según un extracto que ha publicado The Guardian, que ha recibido una filtración del libro, la ex primera dama estaría a favor de este derecho de las mujeres que el partido de su marido lucha cada día por extinguir y que, también por culpa de su marido y de sus aliados, se ha convertido en muy difícil de llevar a la práctica en EEUU tras una sentencia del Tribunal Supremo ultraconservador que propició Trump. "Resulta imperativo garantizar que las mujeres tengan autonomía para decidir su preferencia sobre tener hijos, basándose en las propias convicciones, libres de cualquier intervención o presión por parte del gobierno", opina la modelo. "¿Por qué alguien que no sea la propia mujer debería tener el poder de determinar qué hace con su propio cuerpo?", reflexiona en la obra.
A la espera de ver si estas afirmaciones de Melania son sólo una apuesta táctica discreta por intentar atraer a alguna mujer extra en las urnas el 5 de noviembre para votar a Trump o si se atreverá a levantar la voz y defenderlas en algún medio antes de que acabe la campaña, Melania está aprovechando toda la atención mediática de la campaña de su marido y de su libro también para vender joyas. Una de ellas es un collar de plata bañada en oro que cuesta nada menos que 600 dólares. Pase lo que ocurra el 5 de noviembre, ella el negocio ya lo habrá hecho. Muchas ganas de recuperar el título de primera dama no parece tener. Tanto es así que el último acto conjunto de campaña –¡y Trump tiene actos cada día– fue hace dos meses!