"La niña más guapa del mundo" reaparece en Cannes (20 años después)
La cara de Thylane Blondeau fue viral y muy polémica en todo el mundo después de trabajar para Jean Paul Gaultier con sólo 4 años y poner hipersexualizada para 'Vogue' con sólo 10
BarcelonaLa alfombra roja de Cannes se ha convertido desde hace ya tiempo en una de las mejores del año. Completamente alejada de las extravagancias que tanto nos hacen reír cuando las vemos en las escaleras del Met, el escaparate de Cannes se ha convertido en un espacio seguro y feliz para disfrutar de la moda en mayúsculas, la que corre riesgos pero sin caer en los charonismos típicos de EE.UU. Moda que practica la aventura con el criterio de Carlota Casiraghi y no con Nicki Minaj, para entendernos. Sin embargo, aparte de las delicias estilísticas que se han paseado por la Croissette, este año Cannes también ha dado un paso adelante en cuanto a servirnos material de lavadero más allá de los outfits de las invitadas, que –desgraciadamente, como siempre– son las únicas relevantes en cuestiones estilísticas por culpa de la mediocridad masculina habitual.
Una de las noticias que más han sobresaltado el corazón de los melancólicos ha sido la reaparición en Cannes de Thylane Blondeau, una mujer de 23 años que algunos casi habíamos olvidado pese al impacto que tuvo su preciosa cara en todos nosotros cuando tenía sólo 4 años. Y es que hace casi 20 años que esta chica que este año pisaba con fuerza el festival francés de cine fue bautizada como "la niña más guapa del mundo" a raíz de una foto que corrió por internet como la pólvora, algo especialmente relevante si tenemos en cuenta que sólo había algo viral cada día y no 25 como por ejemplo...
Blondeau, hija del futbolista retirado Patrick Blondeau y de la diseñadora y presentadora Veronika Loubry, aún no había cumplido cinco años cuando el mundo se enamoró de ella al verla desfilar sobre la pasarela de la Semana de la Moda de París después de que Jean Paul Gaultier la fichara para presentar piezas infantiles de su colección estival del 2005. El desfile y una foto en la que se la veía mirando a cámara con una melena larga, rubia y despeinada y una mirada penetrante propia de una modelo profesional fueron los ingredientes para que todo el mundo se pusiera a hablar de ella. Aunque a partir de entonces su fama fue positiva, cuando cumplió diez años todo se torció a raíz de una sesión fotográfica que protagonizó para el suplemento de Vogue Cadeaux, de la edición francesa de la biblia de la moda.
En las imágenes, Blondeau aparecía vistiendo prendas propias de mujeres adultas que proyectaban una imagen hipersexualizada de ella, algo que no pasó inadvertido ni quedó impune. Completamente maquillada, con stilettos dorados, sobre una cama y rodeada deanimal print, la imagen fue objeto de debate incluso fuera de las fronteras francesas. "La sexualización de los niños es uno de los males más perniciosos de nuestra época. No deberían haberlo hecho", dijo –por poner solo un ejemplo– la parlamentaria británica Hellen Goodman sobre la polémica.
Las aguas se calmaron y la pequeña Blondeau siguió su carrera como personaje público del mundo de la moda sin caer en ningún otro escándalo. Tanto es así que hasta que no ha reaparecido en Cannes, fuera de Francia muchos no habían oído hablar más. Ahora, sin embargo, con su vuelta hemos descubierto que Blondeau no se ha convertido en un juguete roto, como les ocurre a tantas estrellas infantiles, sino que, por el contrario, es toda una mujer de éxito que ha capitalizado como nadie los trocitos de infancia que perdió trabajando con tanta proyección. Seguida por más de 7 millones de personas en Instagram, durante estos años ha trabajado como modelo pero también en el cine. En el campo publicitario destacan campañas tan codiciadas como ser imagen del perfume Lolita Lempicka y trabajar con L'Oréal. Además, tiene un novio también muy seguido y con marca de ropa propia, ella también tiene su firma y, por si no fueran credenciales suficientes, está representada por la misma agencia de modelos que trabaja con Ester Expósito, Gigi y Bella Hadid, Hailey Bieber e Iris Law. Pero lo mejor de todo –sobre todo para ella y sus negocios– es que no ha perdido un ángel y sigue cautivando los objetivos con sus facciones y su mirada magnéticas, que no han desaparecido a pesar del cambio de imagen que ha intentado llevar a cabo para romper con su icónica imagen infantil tiñiéndose de morena.
Lluvia de 'hijos de'
Del resto del material para el susurro que nos ha regalado Cannes destaca este año la gran afluencia de estrellas que han utilizado el festival para exhibir a sus criaturas. Para el famoso en cuestión es una buena fórmula para garantizarse algo más de cuota mediática cuando ya han gastado la carta de presentar a la pareja, ya sus descendientes les sirve para poner los cimientos de una futura carrera, ya que exposición de hoy empezarán a gestar la fama de mañana: las marcas empezarán a fijarse en ella para convertirlos pronto en sus embajadores dentro del circo voraz del show-business.
Una de las que han apostado por pasear a su hija por Croisette ha sido Sienna Miller, que ha ido a Cannes con su hija Marlowe, de sólo once años. Las fotos de su aparición conjunta en la première deHorizonte, una saga americana demuestran que esta niña frente a las cámaras está tan cómoda como cualquiera de las descendientes de María Teresa Campos. Le viene de raza, puesto que aparte de ser hija de Miller también lo es del actor Tom Sturridge. Miller, recién madre con su nuevo novio, Oli Green –de 27 años–, se mostró encantada de compartir aquellos momentos con su hija, que debutaba en un acto así, ya que hasta ahora siempre había sido muy apartada de los flashes.
También realizó una exhibición paternofilial Kevin Costner, que a sus 69 años goza más que muchos jóvenes que transitaban por allí. En la misma première que Miller –porque él es protagonista, director y productor del filme–, él apareció con su hijo Hayes Costner, de 15 años y fruto del matrimonio con la diseñadora Christine Baumgartner. De sus siete hijos –con 3 mujeres– que tiene el protagonista de Bailando con lobos, Hayes ha sido el escogido para interpretar a su padre de joven en el filme en cuestión. Doble exposición para el adolescente. Negocio redondo.
También ha sido singular la aparición de uno de los hijos de Richard Gere. Homer Gere, de 24 años, salió del querido anonimato en el que ha vivido siempre para acompañar a su padre en la presentación de su último filme, Oh Canada. Su inesperada aparición eclipsó mediáticamente a la de Alejandra Silva –y el Oscar de la Renta que se había puesto ad hoc–, la coruñez con la que Gere comparte su vida desde hace seis años. Homer es hijo de Gere y de la actriz y exmodelo Carey Lowell, que se separaron en el 2016 después de 14 años juntos. Por último, una de las apariciones estelares de estirpes cinematográficas la han encarnado los Coppola. En la presentación del esperado filme Megalópolis, Francis Ford Coppola no acudió con sus hijos –a los que ya hace años que conocemos– sino con su nieta Romy Mars, hija de Sofia Coppola. Con 17 años, era su debut en la alfombra roja. La pequeña Cosima Mars, de 14 años, también estuvo.
Por último, si alguien pensaba que estas exposiciones mediáticas para personas tan jóvenes podrían ser demasiado precoces y quizás algo azarosas, hay que dejar constancia de que la modelo Bruna Biancardi paseó por los photocalls de Cannes su hija en común con el futbolista Neymar, con el que ya no son pareja. Por respeto –nuestro– en la infancia, casi mejor no decir nada más al respecto. Mavie tiene siete meses.