Europa

14 años de prisión para el opositor bielorruso Víktor Babariko

Fue detenido después de intentar presentarse a las elecciones presidenciales y lo han condenado por corrupción

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Víktor Babariko, este martes, escuchando la lectura de la sentencia contra él desde la jaula de los acusados del Tribunal Supremo de Bielorrusia, en Minsk

SabadellEl opositor bielorruso Víktor Babariko, que el año pasado intentó presentarse a las elecciones presidenciales para apartar del poder al dictador Aleksandr Lukashenko, ha sido condenado este martes a 14 años de prisión por cargos de corrupción, en un juicio que la embajada norteamericana en Bielorrusia ha calificado de "farsa".

Babariko fue detenido el 18 de junio del año pasado mientras recogía las 100.000 firmas necesarias para poder presentarse a las elecciones presidenciales de agosto. En ese momento las encuestas lo presentaban como el candidato mejor situado para derrotar a Lukashenko y, de hecho, su equipo llegó a recoger más de 400.000 firmas, que se presentaron en la Comisión Electoral dos días después de su arresto y fueron rechazadas. Desde entonces este ex banquero y filántropo de 57 años ha estado en prisión preventiva. En febrero se abrió el juicio, que se ha celebrado a puerta cerrada. Organizaciones de defensa de los derechos humanos como Amnistía Internacional lo consideran un preso de conciencia.

Finalmente, el Tribunal Supremo lo ha condenado por blanqueo de dinero, soborno y evasión fiscal, unos cargos que siempre ha negado. "No me puedo declarar culpable de unos delitos que no he cometido. No siento vergüenza con mi familia porque no he cometido ninguna ilegalidad", dijo Babariko la semana pasada en la vista en la que el juicio quedó visto para sentencia. Además de los 14 años de prisión, se le ha impuesto una multa de 145.000 rublos bielorussos (unos 48.000 euros). La Fiscalía pedía una condena de 15 años.

Inmediatamente después de que se hiciese pública la sentencia, que no se puede recurrir, la oposición y la comunidad internacional la han criticado duramente. "La farsa cruel del sistema de justicia de Bielorrusia se hace visible hoy con la sentencia contra Víktor Babariko, que demuestra que el régimen de Lukashenko no se parará de ninguna forma para mantener el poder", ha tuiteado la embajada norteamericana en Minsk. "La sentencia de 14 años es otro momento triste para la legalidad en Bielorrusia. El Reino Unido seguirá defendiendo los derechos de Víktor Babariko y otros encarcelados por cargos políticos falseados", ha añadido la embajada británica.

A través de su canal de Telegram, la líder opositora Svetlana Tijanóvskaya ha calificado de "demencial" la sentencia contra Babariko, "un hombre que decidió entrar en la política y convertirse en uno de los líderes que despertaron al país de un largo letargo". Tijanóvskaya, que vive exiliada en Lituania, se convirtió, de la noche a la mañana, en la principal candidata opositora a Lukashenko el verano pasado porque su marido, Serguei Tijanovsky, fue arrestado al cabo de pocos días de haber anunciado que se quería presentar a las elecciones. Tijanóvskaya unió fuerzas con Maria Kolesnikova (una de las principales aliadas de Babariko, en prisión preventiva desde septiembre) y con Veronika Tsepkalo (también en el exilio), el marido de la cual, Valeri Tsepkalo, había intentado presentarse pero huyó del país antes de ser detenido.

35.000 detenciones arbitrarias

Este lunes la relatora de la ONU para Bielorrusia, Anaïs Marin, denunció que a lo largo del último año más de 35.000 personas habían sido detenidas arbitrariamente en el país, y que decenas de miles de ciudadanos habían huido por miedo a la represión. Marin también exigió la liberación inmediata de los 530 presos políticos bielorrusos. Entre ellos está el periodista Roman Protasévich y su pareja, Sofia Sapega, que en mayo fueron detenidos cuando el avión en el que volaban fue obligado a aterrizar de emergencia en Minsk por una supuesta amenaza de bomba. El caso generó una oleada de indignación y llevó a la Unión Europea y los Estados Unidos a imponer nuevas sanciones al régimen de Lukashenko.

El presidente bielorruso, que llegó al poder en 1994, es considerado el último dictador de Europa. Según los resultados oficiales, en las elecciones de agosto pasado superó el 80% de los votos (Tijanóvskaya un 10%), a pesar de que la comunidad internacional no los da por buenos. Después de los comicios miles de ciudadanos salieron a las calles del país durante muchas semanas, en unas protestes pro democracia duramente reprimidas por el régimen.

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