19 migrantes mueren congelados en Turquía, que acusa a Grecia de haberlos expulsado sin ropa ni zapatos

Atenas lo califica de "falsa propaganda" y niega las expulsiones en caliente

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Refugiados y migrantes van en coche de caballos por una carretera hacia el paso fronterizo de Pazarkule entre Turquía y Grecia en Edirne

BarcelonaAl menos 19 migrantes han muerto congelados en la frontera turca después de que supuestamente fueran expulsados desde Grecia, según las autoridades turcas, que aseguran que los agentes fronterizos griegos les quitaron los zapatos y la ropa antes de echarlos del país. Inicialmente, Turquía había denunciado la muerte de 12 personas, pero este jueves ha elevado la cifra. "Por desgracia asciende a 19 el número de cuerpos de inmigrantes encontrados durante las actividades de búsqueda y rescate en la región en la que fueron expulsados por los griegos, donde murieron congelados", señala un comunicado de la gobernación de la provincia turca de Edirne.

Según las autoridades turcas, un grupo de 22 migrantes fueron expulsados en caliente por la policía griega al río Evros, a la altura de Ipsala, un lugar de paso habitual para los migrantes y refugiados que intentan acceder a Europa desde África y el Próximo Oriente.

El ministro del Interior turco, Süleyman Soylu, publicó el miércoles en su cuenta de Twitter varias fotos de los migrantes muertos, acompañadas de un texto en inglés en el que aseguraba que las autoridades fronterizas de Grecia les habían quitado los zapatos y la ropa antes de expulsarlos. "La UE no tiene remedio, es débil y no tiene sentimientos humanos", añadía.

Acusaciones cruzadas

Grecia respondió a las acusaciones asegurando que se trata de "falsa propaganda". El ministro de Migración griego, Notis Mitarachi, lo consideró una "tragedia" pero afirmó que estos migrantes "nunca llegaron a la frontera". "Cualquier sugerencia de que sí lo hicieron, o de que fueron expulsados hacia Turquía, es una absurdidad total", recalcó en un comunicado. "En vez de acusar a los demás, Turquía tendría que asumir su responsabilidad si quiere evitar que vuelvan a pasar tragedias como esta", sostuvo, y acusó a Ankara de no hacer lo suficiente para evitar estos "viajes peligrosos".

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, lo ha aprovechado para criticar la postura de las autoridades del país vecino y de la Unión Europea en la cuestión de la inmigración, uno de los principales motivos de fricción. "Ver cómo la gente muere congelada no se puede aceptar ni tolerar", dijo el miércoles. "Da igual con qué líder nos reunamos, les enseñaremos las imágenes que hemos grabado", añadió. Erdogan subrayó que "no es la primera vez" que descubren expulsiones en caliente desde Grecia, y denunció que la UE se mantenga en silencio. En concreto, criticó la inacción de Frontex, la agencia comunitaria de gestión fronteriza: "No sirve de nada. Aparte de apoyar a Grecia no tiene ningún papel", dijo.

Turquía hace tiempo que denuncia que Grecia expulsa a los migrantes que llegan a sus fronteras, a menudo en la ruta entre Anatolia y las islas griegas, y asegura que las autoridades griegas hacen hundir los barcos con los que viajan. Por su parte, Atenas lo niega y acusa a Ankara de no hacer nada para acabar con los contrabandistas que envían a migrantes en barcos desde sus costas, incumpliendo el acuerdo de 2016 con la UE, según el cual Turquía se comprometía a reducir el flujo de migrantes hacia países comunitarios a cambio de una millonaria ayuda financiera. Desde entonces Erdogan ha usado esta carta para amenazar continuamente a la Unión con abrir la frontera para dejar pasar los migrantes hacia Grecia.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), una agencia de la ONU, ha asegurado que está haciendo "un seguimiento con las autoridades relevantes sobre las circunstancias de esta tragedia", según dijo este miércoles su portavoz, Safa Msehli, en respuesta a una consulta de la Agencia Anadolu. "Los informes crecientes de expulsiones de personas que se desplazan en algunas fronteras europeas son extremadamente preocupantes", dijo, y recordó que estas prácticas están prohibidas por el derecho internacional "y no tendrían que pasar bajo ninguna circunstancia".

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