Violaciones de criaturas de un año: la cara más cruda de la guerra en Sudán
La ONU alerta de al menos 221 agresiones sexuales de niños y niñas en el conflicto civil en el país


BarcelonaCuando se cumplen casi dos años del estallido de la violencia en Sudán, inmerso desde abril del 2023 en un conflicto civil entre el ejército y los paramilitares de las Fuerzas Rápidas de Apoyo (RSF), la ONU alerta del uso de las violaciones de criaturas como arma de guerra. Unicef, la agencia para la infancia de las Naciones Unidas, denuncia en un informe difundido este martes más de 200 agresiones sexuales de niños y niñas, entre ellas menores de tan sólo un año. "Hombres armados violan y agreden sexualmente a criaturas, incluidos niños de un año", afirma la organización.
Según datos recopilados sobre el terreno, desde principios de 2024 se han registrado 221 violaciones de menores. Sin embargo, Unicef ya avanza que se trata de una pequeña parte del total de casos. El motivo es que los supervivientes y sus familias a menudo rechazan denunciar por miedo al estigma y rechazo social, las represalias de los grupos armados o las dificultades para acceder a los servicios de asistencia a las víctimas. Los datos difundidos este martes indican que hasta 147 de los niños violados son niñas (66%), dieciséis tienen menos de 5 años y cuatro tienen sólo un año de vida.
"Después de las nueve de la noche, alguien abre la puerta, lleva un látigo en la mano. Selecciona una de las niñas y la lleva a otra habitación. Podía oír a la niña llorando y gritando. La estaban violando. Y cada vez que la violaban, volvía cubierta de sangre. Todavía era una criatura", relata uno de los niños. Se trata de una mujer que pasó 19 días encerrada en una habitación con otras víctimas. "Solo liberaban a las niñas al amanecer, y volvían casi inconscientes", explica.
Para la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, "el hecho de que haya niños tan pequeños que son violados por hombres armados debería sorprender a cualquiera y obligar a actuar de inmediato". "Millones de niños en Sudán corren el riesgo de ser violados y sufrir otras formas de violencia sexual, que se está utilizando como táctica de guerra. Esta es una violación abominable del derecho internacional y podría constituir un crimen de guerra. Hay que detener", añade.
Aunque el informe no concreta quiénes son los responsables de las violaciones, un informe del pasado octubre de las Naciones Unidas señalaba a los paramilitares de las Fuerzas Rápidas de Apoyo (RSF). "Forma parte de un patrón dirigido a aterrorizar y castigar a los civiles [...] y suprimir cualquier oposición a sus avances", establecía, incluyendo entre las prácticas de los paramilitares violaciones en grupo y secuestros y detención de víctimas "en condiciones que equivalen a esclavitud sexual". Las RSF, una milicia que cuenta con unos 100.000 varones, niegan las acusaciones.
El miedo ante esta situación está llevando a muchas mujeres y niñas a abandonar su casa para huir a otras ciudades donde a menudo terminan en puntos de desplazados informales o comunidades con pocos recursos. Y eso, según la ONU, tampoco las libera del riesgo de violencia sexual. Las consecuencias pasan por el trauma psicológico infantil, el aislamiento o, como ya se ha comentado, el rechazo familiar, que se ve agravado cuando existen casos de embarazo, infecciones de transmisión sexual o lesiones graves.
"Me obligaron a subir a un coche grande. Me llevaron a un lugar junto a un ferrocarril y tres personas me violaron. No pude confrontar a mi familia por lo que me pasó [...] Ahora estoy embarazada de nueve meses. Me estuve a punto de suicidar", explica otra de las víctimas.
El impacto de los recortes de Trump
"La violencia sexual generalizada en Sudán ha inculcado terror a la gente, especialmente a los niños", alerta Russell. "Las partes en conflicto, y las que influyen, deben hacer todo lo posible para poner fin a estas graves violaciones contra los niños. Estas cicatrices de guerra son inconmensurables y de larga duración", concluye. La agencia trabaja para establecer "espacios seguros" y servicios de atención a las víctimas de la violencia machista, pero hace un llamamiento tanto al gobierno sudanés como a la comunidad internacional para proteger a las criaturas de la parte más cruda de la guerra civil en el país africano.
Se da el caso de que Sudán, donde la guerra ya ha provocado la muerte de decenas de miles de personas y ha desplazado a más de 12 millones, era uno de los principales destinos de los programas de ayuda humanitaria de EEUU, cancelados poco después de la llegada de Donald Trump al poder. Las organizaciones locales dedicadas a la protección de mujeres y niñas son claves para ofrecer apoyo a las supervivientes de violencia sexual en el país, pero carecen de recursos y su financiación exterior es escasa. Según informa la BBC, al menos uno de estos grupos se vio obligado a detener su actividad cuando el gobierno de EE.UU. cerró el grifo de la agencia de cooperación internacional USAID.