La ex primera ministra de Bangladesh, condenada a muerte por la represión de las protestas estudiantiles
El gobierno ha pedido a la India la extradición de Sheikh Hasina, exiliada desde agosto del 2024, cuando dimitió y huyó por los disturbios
BarcelonaUn tribunal de Bangladesh ha condenado a muerte a la ex primera ministra Sheikh Hasina al considerarla culpable de haber ordenado una represión brutal –que causó más de un millar largo de muertos– contra los manifestantes que el pasado año participaron en una ola de protestas contra el gobierno encabezada por estudiantes. Hasina ha sido juzgada en ausencia, ya que está exiliada en India desde agosto de 2024, cuando dimitió y huyó del país por los disturbios.
El Tribunal Internacional de Crímenes, que juzga los crímenes de guerra en el país, ha considerado que tanto la dirigente como su antiguo ministro del Interior y jefe de policía son culpables de haber permitido el uso de la fuerza letal contra los manifestantes y de no haber impedido que se cometieran atrocidades contra ellos. Ante el exjefe de policía Abdullah al Mamun, el único procesado que ha estado presente para la sentencia, los jueces han leído los cargos detallando la magnitud de la violencia en la acción policial y haciendo referencia a pruebas de cómo la ex primera ministra y su círculo de mando utilizaron la fuerza letal para reprimir la revuelta. Hasta 1.400 personas habrían fallecido entre el 15 de julio y el 5 de agosto del 2024, la mayoría víctimas de los disparos de las fuerzas de seguridad del país, según un informe de Naciones Unidas.
Después de que se hiciera público el veredicto, que ha arrancado aplausos y gritos de alegría en la sala de la audiencia, el ministro de Exteriores del país ha pedido a la India la extradición de Hasina y la del exministro del fallecido también ha sido sentenciado a Interior Asaduzzaman Khan Kam. Nueva Delhi, con la que la dirigente bengalina ha tenido tradicionalmente muy buena sintonía, se ha limitado a afirmar que tiene conocimiento del veredicto y que "participaría de forma constructiva", sin especificar si ordenará o no la extradición de la ex primera ministra.
En cualquier caso, Hasina, que también ha sido condenada a cadena perpetua por cargos de crímenes contra la humanidad, tiene abierta la vía de apelación al Tribunal Supremo, pero no está claro qué recorrido podría tener este recurso.
Dhaka, y especialmente la zona que rodeaba el tribunal y los edificios gubernamentales, estaba blindada por un fuerte dispositivo de seguridad, ya que las autoridades preveían que se producirían disturbios cuando se hiciera pública la sentencia. Y así fue. Un grupo de manifestantes se ha concentrado ante lo que queda de la casa del padre de Hasina -el expresidente y primer ministro Sheikh Mujibur Rahman- para exigir su demolición, en una protesta que ha derivado en enfrentamientos con la policía.
"Una farsa con motivación política"
La sentencia, que pone fin a un juicio que ha durado meses, es la acción legal más drástica que se ha dictado contra un ex líder político en Bangladesh en décadas. Además, llega tan sólo un par de meses antes de las elecciones parlamentarias, previstas para principios de febrero, ya las que el partido Awami League –que encabeza Hasina– tiene prohibido presentarse.
Antes del veredicto, la dirigente acusó al tribunal de parcial y reconoció que una sentencia en la que se la considerase culpable era "una conclusión inevitable". "Estos procedimientos son una farsa con motivación política", afirmaba en una entrevista en Reuters el pasado mes, y criticaba que el tribunal estuviera presidido por un gobierno no electo formado por sus "oponentes políticos". También criticó que se le hubiera negado cualquier oportunidad real de defenderse.
Los estudiantes empezaron a protestar en el campus de la Universidad de Dhaka, la capital, para denunciar una ley que consideraban discriminatoria porque reservaba más de la mitad de los puestos de trabajo de la administración pública a unos colectivos determinados –entre ellos los familiares de los veteranos que lucharon en la guerra de independencia–. Cuando las protestas fueron brutalmente reprimidas, enseguida cristalizaron en un desafío al ejecutivo de la entonces primera ministra Sheikh Hasina, y aglutinaron a todos los sectores de la población en una muestra del descontento acumulado por un sistema de abuso de poder y por la severidad con que trataba la disidencia política.
Desde que Hasina huyó, el país ha sido dirigido por un ejecutivo interino provisional encabezado por el premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus con el objetivo de convocar unas elecciones democráticas lo antes posible.