Birmania

Aung San Suu Kyi, condenada a 4 años más de prisión

El nuevo veredicto, en un proceso militar totalmente opaco, se suma a los dos años de prisión de diciembre

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Aung San Suu Kyi, en una imagen de archivo

BarcelonaLa junta militar birmana, que gobierna el país desde el golpe de estado de febrero del 2021, ha condenado este lunes a cuatro años de prisión a Aung San Suu Kyi, ex líder civil y premio Nobel de la paz. Una condena que se suma a los dos años de prisión a los que ya fue sentenciada en diciembre.

En un juicio totalmente secreto, del que no se conoce ningún detalle, Aung San Suu Kyi, que sigue detenida en paradero desconocido desde el día del golpe de estado, habría sido condenada a cuatro años de prisión por posesión de seis walkie-talkies que habrían sido importados ilegalmente y utilizados sin permiso, según la declaración policial. Los aparatos se encontraron durante el registro de su domicilio el día de la detención, el 1 de febrero del año pasado.

La sentencia de diciembre fue bajo los cargos de incitación a disturbios e incumplimiento de los protocolos de covid-19. En esa ocasión, la condena inicial era también de cuatro años, pero horas más tarde la televisión estatal anunció un indulto parcial del jefe la junta militar golpista, que la redujo a dos años entre rejas. Aquella condena ya provocó la indignación de la ciudadanía birmana, que organizó una fuerte cacerolada.

10 cargos para sumar décadas

De hecho, este segundo veredicto probablemente no será el último, puesto que el nuevo gobierno militar ha impuesto hasta 10 cargos diferentes a la premio Nobel, por los que podría sumar hasta un centenar de años en la prisión. Cuatro de las acusaciones son por corrupción, con penas de 15 años para cada una de ellas. Las organizaciones de derechos humanos tienen claro que las acusaciones no tienen base y responden solo a un intento de alejarla del poder político de forma permanente. Aung San Suu Kyi, de 76 años, ya pasó 21 años en arresto domiciliario durante la dictadura militar, entre el 1989 y el 2010.

"Una vez más, Aung San Suu Kyi se ha convertido en un símbolo de lo que está pasando en su país y ha recuperado el papel de rehén político del infierno militar, que está decidido a controlar el poder a través de la intimidación y la violencia. Afortunadamente para ella y el futuro de Birmania, el movimiento popular del país ha crecido mucho más allá del liderazgo de una mujer y un partido político", afirmaba este lunes Phil Robertson, sub jefe para Asia de Human Rights Watch (HRW).

En la primera sentencia de diciembre, la junta explicó que los dos años impuestos se podrían cumplir en arresto domiciliario, pero por ahora todavía se desconoce dónde se encuentra exactamente. Las principales figuras de su partido, la Liga Nacional por la Democracia, han sido también detenidas, incluido el que era el presidente electo del país hasta el golpe de estado, Win Myint.

La nueva condena tensa todavía más la situación en el país, donde la brutal represión militar y policial de las protestas ciudadanas contra el golpe de estado ha forzado a buena parte de la ciudadanía a escoger entre huir del país o coger las armas. Las movilizaciones contra el golpe militar fueron las más multitudinarias desde la dictadura militar, lideradas sobre todo por las generaciones más jóvenes, que confiaban en poder derribar a la junta militar, pero la brutal respuesta del ejército y la policía ha acabado ahogando las esperanzas de aquella revolución.

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