Rusia-China

Xi Jinping y Vladímir Putin refuerzan su alianza mientras el mundo mira hacia Oriente Próximo

El líder ruso sale por primera vez de Rusia desde la orden de arresto del TPI con este viaje a Pekín

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El presidente ruso, Vladimir Putin, y el chino Xi Jinping, este martes en Pekín, antes del inicio del III Foro de la Ruta de la Seda.

PekínLa guerra entre Israel y Palestina eclipsa, en parte, el esperado encuentro entre Vladimir Putin y Xi Jinping, que se reúnen en Pekín este miércoles para mostrar su sintonía y escenificar la existencia de un bloque alternativo en Occidente. La capital china se ha puesto de largo para celebrar el III Foro de la Franja y la Ruta, el gran proyecto de Xi Jinping para expandir el peso de China en el mundo. La iniciativa celebra su décimo aniversario con Putin como invitado especial, los países del Sur Global cada vez más atraídos por la inversión china y Occidente distanciándose del proyecto. Es el primera vez que Putin sale de Rusia desde que el Tribunal Penal Internacional (TPI) emitió una orden de arresto contra él. Pero esta vez –al contrario que ocurría con la cumbre de los BRICS en Suráfrica, donde Putin no viajó para evitar una potencial detención– no corre ningún peligro porque China no forma parte del TPI.

La situación en Oriente Próximo reduce la atención sobre Ucrania y la posible presión que Pekín pueda ejercer sobre Moscú, como insistentemente le han pedido la UE y Estados Unidos. China y Rusia coinciden en que la única vía para frenar el conflicto entre Israel y Palestina es respetar la "solución de dos estados". Los ministros de Exteriores de ambos países lo acordaron en una reunión previa a principios de semana. Pekín ha condenado los ataques a la población civil de ambas partes, pero no ha condenado directamente a Hamás.

China mantiene excelentes relaciones con Irán, patrocinador de Hamás, y siempre ha defendido la causa palestina, pero en los últimos años también ha incrementado el comercio y las conexiones con Israel. Está previsto que el enviado de China para Oriente Medio, Zhai Jun, viaje a la región para promover un alto el fuego. La posición china cuenta con el beneplácito de los países del Sur Global, que rechazan la posición de Estados Unidos como aliado inquebrantable de Israel.

El III Foro de la Franja y la Ruta es el primer gran evento que China celebra después de dar por finalizada la pandemia. Las calles de la capital se han adornado con farolas rojas y conjuntos florales alegóricos de los proyectos que se realizan a lo largo de lo que también se conoce como Nueva Ruta de la Seda: puentes, trenes de alta velocidad, presas, 5G, comercio... Hasta 130 países y 30 organizaciones internacionales participan en el Fòrum, que ha arrancado el martes por la noche con una cena de gala y durará hasta el jueves.

Putin quiere cerrar el acuerdo para un gasoducto

Xi y Putin se reunirán este miércoles por la mañana después del discurso de apertura del presidente chino. El mandatario ruso, en una entrevista previa a la televisión china, calificó a Xi de “amigo especial” y no escatimó elogios definiéndolo como “firme, tranquilo, pragmático y fiable, un verdadero líder mundial”. Putin espera ahondar en la cooperación en materia económica y energética. Uno de sus objetivos es firmar un acuerdo para desarrollar el gasoducto Power of Siberia-2, que pasaría por Mongolia y conectaría la península de Yamal, al oeste de Siberia, con China.

En cuanto a la parte china, que mide muy bien no traspasar la línea roja de las sanciones impuestas por Occidente, la preferencia es escenificar un apoyo simbólico para presentarse como una alianza alternativa a Occidente. Sin embargo, China contribuye con las compras de gas y petróleo a mantener la estabilidad rusa. Según Moscú, el comercio con China superará los 200.000 millones de dólares en 2023.

Orbán es casi el único líder europeo presente en el Foro

La diferencia con el último Foro, celebrado en abril de 2019, antes de la pandemia, es que la UE, junto con varios organismos occidentales, han enfriado su participación. Sólo el presidente de Hungría, Viktor Orbán, cercano a Putin y contrario a armar a Ucrania, ha viajado a Pekín. Italia, que se adhirió al proyecto, se está retirando. También participa en el encuentro el presidente de Serbia, Aleksandar Vučić, quien aspira a cerrar un acuerdo de libre comercio con China. Occidente teme el endeudamiento y la consiguiente dependencia de China que crean los grandes proyectos de infraestructuras, además de la falta de transparencia de las operaciones.

Precisamente para defenderse de las acusaciones de diplomacia de la “trampa de deuda” , Pekín anunció hace unas semanas el acuerdo para reestructurar 4.000 millones de dólares de la deuda de Sri Lanka y la voluntad de llegar a un acuerdo con Zambia.

La crisis económica también hace que de los grandes megaproyectos de infraestructuras ahora se pase a iniciativas más pequeñas centradas en la tecnología, el comercio electrónico y la energía verde.

En el Libro Blanco sobre el futuro de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, publicado la semana pasada, Pekín insiste en que el objetivo del proyecto va más allá del comercio y pretende "construir una comunidad global de futuro compartido". La propuesta inicial de crear una Nueva Ruta de la Seda que desarrolle infraestructuras y facilite el comercio entre Asia Central, Sudeste Asiático y Europa, junto con otras rutas por África y Latinoamérica, está dejando paso a un programa más ideológico para crear un nuevo orden mundial, antagónico con el actual que lidera Estados Unidos.

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