Covid-19

Crisi de oxígeno en los hospitales de Portugal en plena curva disparada de covid-19

Alemania ofrece ayuda al gobierno portugués, que se plantea activar los mecanismos de cooperación de la UE

Sònia Sánchez
3 min
Cola de ambulancias ante un hospital de Lisboa, en pleno colapso sanitario por el covid -19.

Los hospitales portugueses están desbordados. Portugal encadena tres semanas de récords mundiales de contagios y muertes por cada 100.000 habitantes. Las cifras de las últimas 24 horas lo confirman: se vuelven a batir récords con 15.073 casos nuevos registrados y 293 muertes, en un país de 10 millones de habitantes. El alud de pacientes de covid-19 está dejando a mucho hospitales al borde del colapso, en especial por la falta de presión suficiente para suministrar oxígeno a todo el mundo que lo necesita.

Todas las alertas se dispararon el martes por la noche cuando el Hospital Amadora-Sintra, en la periferia de Lisboa, anunció que tenía que trasladar a 48 pacientes a otros hospitales para evitar una sobrecarga en el sistema de oxígeno. "Lo que está pasando en estos hospitales, en particular en Lisboa, es que su capacidad ha sido sobrepasada; es lo que denominamos una catástrofe médica", explicó el jefe de la asociación de médicos portugueses, Miguel Guimaraes, a la emisora de radio Observador. Guimaraes explicó que el problema no es que falte oxígeno, sino la incapacidad de dotar al sistema de la presión suficiente para suministrarlo a tantos pacientes al mismo tiempo. "Estamos dando a los pacientes el servicio que podemos darles dadas las circunstancias. La única solución es transferirlos a otros hospitales, pero el problema es que el resto de hospitales también están llenos", añadía, según Reuters. El Hospital Fernando Fonseca, de la capital portuguesa, también ha tenido que transferir a 53 pacientes por el mismo problema con el sistema de oxígeno, y trasladará a 32 más a tres hospitales diferentes de Lisboa y Portimão, una localidad a dos horas y media de distancia.

Después del "milagro portugués" de la primera oleada, cuando el pico máximo fueron 37 muertes diarias, y de una segunda con un máximo de 98 muertes y 6.000 contagios diarios, esta tercera oleada ha visto dispararse los números, sobre todo después de unas fiestas de Navidad en las que se permitieron las reuniones familiares sin límite de asistentes y en las que se relajaron las medidas restrictivas en general, que ya se habían impuesto bastante tarde, hacia noviembre. La poca incidencia de la primera oleada hizo que los portugueses se relajaran, y el confinamiento que se empezó a aplicar en otoño no fue lo bastante contundente, según los expertos. En enero, los hospitales empezaron a registrar el ascenso de la curva de hospitalizaciones, que no ha dejado de crecer desde entonces. El gobierno señala la cepa británico, más contagiosa, como causa principal de la explosión de casos, y le atribuye una prevalencia del 20%, pero los expertos creen que la relajación de la población y la laxitud de las medidas de confinamiento, sobre todo por Navidad, son también factores importantes en esta crisis.

Sea como sea, los hospitales portugueses están al borde del colapso, con 6.500 ingresados, de los cuales 765 están en cuidados intensivos. Ante esta situación, el gobierno portugués se planteaba este miércoles activar los mecanismos de cooperación de la Unión Europea y pedir ayuda internacional. Alemania, de hecho, ya se ha ofrecido a Lisboa para ayudar a los equipos médicos portugueses con material sanitario, e incluso valora enviar a las fuerzas armadas para construir un hospital de campaña para el covid-19, según informa este miércoles el diario Der Spiegel, que dice que el movimiento responde a una petición formulada por el gobierno portugués. El portavoz del ministerio de Exteriores alemán, sin embargo, ha explicado que los dos gobiernos están en contacto para valorar si hay que mandar ayuda pero que todavía no ha habido ninguna petición formal.

En Portugal ya se han instalado algunas estructuras provisionales para atender a enfermos de covid, como la que ha visitado este miércoles el vicesecretario de estado de Salud, António Lacerda Sales, que ha explicado que el ejecutivo está estudiando activar los mecanismos europeos, pero todavía no lo ha "formalizado completamente". Los hospitales portugueses, sin embargo, se plantean incluso la posibilidad de mandar a pacientes a centros sanitarios de otros países. De momento, este miércoles, el gobierno portugués ha suspendido las conexiones aéreas con el Reino Unido y Brasil hasta el 14 de febrero.

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