La EMA no descarta que haya que adaptar las vacunas a la variante ómicron
La OMS alerta del riesgo de las reuniones navideñas
BarcelonaUn año después de haber dado luz verde a la primera vacuna contra el covid-19 en la UE –la desarrollada por Pfizer/BionTech–, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) admite que todavía no hay suficiente información para saber si las vacunas existentes servirán ante la variante ómicron, si habrá que administrar dosis adicionales o si habrá que desarrollar vacunas adaptadas.
“Los primeros datos demuestran que hay una caída en la capacidad de la vacuna de neutralizar la ómicron. Sin embargo, parece que una dosis de refuerzo de las vacunas que ya tenemos proporciona una buena neutralización cruzada”, ha dicho Marco Cavalieri, responsable de vacunas del organismo europeo. Esto quiere decir que los anticuerpos generados contra la variante delta actúan también contra las otras. Pero la EMA avisa de que todavía es pronto para llegar a esta conclusión: “Todavía tendremos que esperar algunas semanas para tener datos reales sobre la eficacia de las vacunas actuales, antes o después de la dosis de refuerzo. No solo ante la infección sintomática, sino también ante la hospitalización y la enfermedad grave”, ha añadido.
Por lo tanto, el criterio de la EMA es de prudencia: “Tenemos que empezar a pensar en vacunas adaptadas a la variante ómicron, porque si al final son necesarias tenemos que estar preparados: no sabemos si en abril tendremos que recomendar una vacuna adaptada o nuevos refuerzos”, ha añadido Cavalieri.
Alerta de la OMS por Navidad
Por otro lado, el jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha alertado del riesgo de que las reuniones navideñas lleven a muchos países a “un incremento de casos, el desbordamiento de los sistemas de salud y más muertes”, y ha pedido posponerlas. “Es mejor suspender una reunión que suspender una vida”, ha dicho.
La OMS constata que la variante ómicron se propaga más rápidamente que la delta y que es capaz de infectar a las personas vacunadas o a las que se han recuperado de la enfermedad. Sus expertos también alertan de que es demasiado pronto para concluir que sus efectos son más leves, como se ha sugerido inicialmente.
La jefa científica de la organización, Soumya Swaminathan, ha alertado de que “con las cifras en alza, todos los sistemas sanitarios estarán tensionados” y también que la variante puede evadir algunas respuestas inmunes, para lo que aconseja que los programas de refuerzo vacunal prioricen a las personas con sistemas inmunitarios más débiles.
Se ha visto que los anticuerpos neutralizantes, que son los que tienen capacidad de destruir el virus, menguan con el paso de los meses, pero varios estudios demuestran que la inmunidad celular, que es la otra parte del sistema inmunitario, mantiene su actividad intacta. Probablemente esto puede tener un peso importante en la respuesta defensiva, pero estos estudios se basan en modelos animales y todavía no hay una conclusión clara.
La principal esperanza, según el equipo de la organización internacional, son las llamadas vacunas de segunda y tercera generación y el desarrollo de nuevos tratamientos. “Esperamos poder reducir esta enfermedad a una forma relativamente leve, que sea fácil de prevenir y fácil de tratar”, ha apuntado Mike Ryan, experto de emergencias de la OMS. “Si podemos minimizar la transmisión, podremos acabar con la pandemia”, ha afirmado.
Tedros también ha instado a China a revelar más datos sobre el origen del virus: "Tenemos que presionar más porque tendríamos que aprender de lo que pasó para hacerlo mejor en el futuro", ha dicho, y ha aseverado que el 2022 "tiene que ser el año en el que acabemos con la pandemia". Pero también ha admitido que el surgimiento de la variante ómicron ha complicado mucho las cosas: "Parece que el número de infectados se duplica [en un periodo que va] de cada día y medio a cada tres días. Y esto es realmente muy rápido".
Todo ello cuando millones de personas vulnerables en todo el mundo todavía no han recibido ninguna dosis de la vacuna. Por eso, la OMS y toda la comunidad científica están de acuerdo con que la prioridad tendría que ser vacunar a estas personas antes que dar dosis de refuerzo a los adultos sanos en los países más ricos, que han acaparado las vacunas.