Los Estados Unidos completan la retirada de Afganistán

La marcha de los últimos soldados pone el punto final a veinte años de guerra y a una evacuación caótica y que ha dejado a miles de afganos atrás

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Cotxe utilizado para disparar cohetes dirigidos al aeropuerto de Kabul, el Afganistán

SabadellYa no hay soldados norteamericanos en Afganistán. Prácticamente veinte años después de la invasión del país, el 7 de octubre de 2001, como respuesta a los atentados del 11-S, los últimos efectivos del ejército de los Estados Unidos han abandonado Kabul este lunes por la noche, antes de lo que se esperaba y sin previo aviso. De hecho, los últimos aviones se han elevado del aeropuerto internacional Hamid Karzai prácticamente a la medianoche (las 21.30 en Catalunya), es decir, en el momento en el que en Afganistán empezaba el día 31 de agosto, el plazo fijado para completar la retirada de tropas.

De este modo se pone fin no solo a un conflicto bélico que se ha alargado durante dos décadas (es la guerra más larga en la que han combatido nunca los Estados Unidos) sino también a la caótica operación de evacuación que Washington y sus aliados occidentales han llevado a cabo durante las dos últimas semanas para ayudar a huir del país a los ciudadanos extranjeros y a los afganos que los han apoyado durante la guerra, y que se considera que están en peligro en un país que, desde el 15 de agosto, vuelve a estar bajo control de los talibanes. Desde entonces, 122.000 personas han podido ser evacuadas, pero miles de colaboradores locales no han tenido ocasión de marcharse del país y quedan ahora a merced del nuevo régimen.

El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha insistido durante los últimos días en que la decisión de marcharse de Afganistán (que tomó inicialmente su antecesor, Donald Trump, y que él confirmó) estaba justificada porque, según él, el objetivo de la misión no era "construir una democracia" sino "evitar ataques terroristas en suelo estadounidense". Y esto, dice, ya hace tiempo que se consiguió.

El alto comisionado de la ONU para los refugiados, Filippo Grandi, ha destacado este lunes que la operación de evacuación "indudablemente ha salvado decenas de miles de vidas", y esto es "loable", pero ha recordado que, "cuando se acabe la evacuación y la histeria mediática, la inmensa mayoría de los afganos, unos 39 millones, seguirán dentro de Afganistán". "Necesitan que los gobiernos, las organizaciones humanitarias y los ciudadanos de a pie estemos a su lado y no nos demos por vencidos", ha añadido.

Prácticamente a la misma hora que los últimos efectivos militares norteamericanos abandonaban Kabul, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobaba una resolución en la que expresaba su confianza en el hecho de que los talibanes permitan "una salida segura y ordenada de Afganistán a los afganos y a todos los ciudadanos extranjeros" a partir de ahora. El texto, elaborado conjuntamente por los Estados Unidos, el Reino Unido y Francia, ha sido aprobado por 13 votos a favor y las abstenciones de Rusia y China, y finalmente no hace ninguna referencia al hecho de crear una "zona segura" en Kabul, tal como había sugerido este domingo el presidente francés, Emmanuel Macron.

Nueve ataque frustrado

La operación de evacuación se ha llevado a cabo en un contexto de amenaza terrorista constante, especialmente desde que el jueves un terrorista suicida, miembro del ISIS-K (la rama afgana del Estado Islámico), se hizo estallar a las puertas del aeropuerto, donde se amontonaban centenares de personas que intentaban entrar con la esperanza de ser evacuados. El atentado dejó como mínimo 170 muertos. Inmediatamente, los Estados Unidos anunciaron que responderían, pero también que la amenaza de nuevos ataques contra el aeropuerto era cada vez mayor.

Este lunes, de hecho, el ejército norteamericano ha interceptado un ataque con cohetes que iba dirigido al recinto aeroportuario, en el que ha sido, según el Pentágono, el segundo atentado frustrado contra la infraestructura en poco más de 12 horas. El subdirector de logística del estado mayor norteamericano, el general Hank Taylor, ha explicado que alrededor de las 7.30 h (las 5 h en Catalunya) se han disparado cinco proyectiles contra el aeropuerto. Tres han impactado cerca del recinto aeroportuario sin causar daños importantes, y los otros dos han sido interceptados por el sistema de defensa aérea de los Estados Unidos y tampoco han provocado víctimas. En un comunicado recogido por Efe, el ISIS-K ha reivindicado el ataque, que ha consistido, según la organización terrorista, en el lanzamiento de seis cohetes que "han golpeado sus objetivos". Medios afganos precisan que los cohetes se han disparado desde la parte posterior de un vehículo y, de hecho, hay imágenes de un coche calcinado y custodiado por milicianos talibanes en Kabul que sería el vehículo que han utilizado los terroristas para llevar a cabo el ataque.

Diez civiles muertos

Este domingo los Estados Unidos ya aseguraron que habían impedido la comisión de otro atentado del ISIS-K: un dron del ejército norteamericano atacó un coche cargado de explosivos que, según el Pentágono, representaba un peligro "inminente" para el aeropuerto. Pero sobre este episodio hay todavía varias versiones contradictorias. La posición oficial de los Estados Unidos es que de momento no hay constancia de víctimas civiles, a pesar de que las "potentes explosiones siguientes" demuestran que dentro del vehículo había "una gran cantidad de material explosivo que podría haber causado víctimas adicionales".

En cambio, medios como la BBC o el New York Times recogen el testimonio de una familia afgana que afirma que diez de sus miembros (entre los cuales seis niños de entre dos y doce años) murieron debido al ataque norteamericano. El proyectil habría impactado contra la parte posterior del coche de una de las víctimas, identificada como Zemari Ahmadi, trabajador de la ONG Nutrition and Education International, justo cuando llegaba a casa. "Al principio pensé que habían sido los talibanes, pero lo hicieron los norteamericanos", ha dicho al New York Times Samia Ahmadi, la hija del conductor asesinato. "¿Por qué han matado a nuestra familia, a nuestros hijos? Están tan quemados que no podemos identificar los cuerpos ni las caras", ha dicho a la BBC Ramin Yousufi, un familiar de las víctimas. El secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, ha reconocido este lunes que están "investigando" si el ataque dejó víctimas inocentes.

Pero todavía hay más versiones: una fuente afgana citada por Efe confirma las diez víctimas mortales, además de cinco heridos, pero las atribuye a un ataque con cohetes que tenían como objetivo el aeropuerto pero que impactaron en la zona de Khawaja Bughra, al norte de Kabul. Según esta agencia, los talibanes mantienen desde ayer que el ataque norteamericano y este lanzamiento de cohetes son dos hechos sin relación entre ellos, y un portavoz del grupo islamista, Bilal Karimi, rebaja a siete el número de muertos confirmados en este segundo episodio. En todo caso, a diferencia de lo que ha pasado este lunes, el supuesto lanzamiento de cohetes de domingo no ha sido reivindicado por el ISIS-K ni por ninguna otra organización.

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