Estados Unidos

Donald Trump, encausado con siete delitos por esconder y retener documentos clasificados en Mar-a-Lago

El expresidente se convierte en el primer mandatario, en activo o retirado, en ser imputado por el departamento de Justicia y tendrá que presentarse el martes ante el Tribunal Federal de Miami

El expresidente de los Estados Unidos Donald Trump en una imagen de archivo.
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WashingtonDonald Trump ha recibido durante esta madrugada su segunda imputación histórica en tan solo dos meses. El fiscal especial Jack Smith, nombrado por el departamento de Justicia, ha imputado el expresidente para retener y esconder los documentos clasificados que encontró el FBI en su mansión de Mar-a-Lago, en Palm Beach (Florida). Tendrá que comparecer ante el Tribunal Federal de Miami el martes a las 15 horas (a las 21 hora catalana) para su rendición y lectura de cargos. Así lo ha comunicado el mismo Trump a través de su red social, Truth Social, y lo han confirmado los principales medios de comunicación norteamericanos.

El departamento de Justicia, dependiente del gobierno federal, no ha hecho todavía públicos los cargos por los cuales se imputa el expresidente, pero varias fuentes han confirmado que se trata, al menos, de siete delitos criminales. Según The New York Times, se le acusa de violar la ley de espionaje para retener voluntariamente secretos de seguridad nacional, de hacer declaraciones falsas, así como de conspiración para la obstrucción de la justicia. Este último cargo implica la participación de otra persona para la comisión del delito.

Trump no solo se llevó a su residencia de Palm Beach más de trescientos documentos clasificados y decenas de miles de otros documentos gubernamentales, sino que además se negó a entregarlos cuando así se le requirió. Ante esta negativa, el departamento de Justicia requirió a agentes del FBI que registraran la mansión en agosto del año pasado. Trump ha defendido desde el primer momento que tenía potestad para quedarse con los documentos clasificados cuando abandonara la Casa Blanca, y ha llegado a afirmar falsamente que los había desclasificado.

Recientemente, los fiscales federales obtuvieron el audio de una reunión grabada el verano de 2021, después de que Trump dejara la presidencia, en la que el magnate reconocía tener en su poder un documento clasificado del Pentágono sobre un hipotético ataque en Irán, según publicó la CNN el pasado viernes. Esta y otras pruebas incriminatorias habrían llevado a la acusación formal de Trump, a pesar de que todavía se espera la confirmación oficial por parte del departamento de Justicia.

Trump vuelve a jugar la carta victimista

Después de la imputación que recibió Trump en abril en Nueva York –la primera a un presidente en activo o retirado–, donde fue acusado de 34 delitos de falsedad por ocultar pagos a la actriz Stormy Daniels para comprar su silencio sobre una aventura extramatrimonial, el ex mandatario ha vuelto a pasar a la historia. Por primera vez, un expresidente ha sido encausado con cargos federales, que además están relacionados con el ejercicio de su mandato. Y en caso de ser condenado por los siete cargos criminales que presumiblemente se le imputan, podría llegar a pasar decenas de años a la prisión. El 10 de mayo pasado, además, fue condenado por abuso sexual a la periodista y escritora E. Jean Carroll y sentenciado a pagar cinco millones de dólares.

"La corrupta administración Biden ha informado a mis abogados que he sido acusado, aparentemente por la farsa de las cajas, a pesar de que Joe Biden tiene 1.850 cajas en la Universidad de Delaware, además de cajas en Chinatown, DC, y todavía más cajas en la Universidad de Pensilvania, y documentos esparcidos por su garaje, donde aparca el Corvette", ha publicado Trump en Truth Social, anunciando al mundo su imputación. "Soy un hombre inocente. La administración Biden es totalmente corrupta. Esto es una interferencia electoral y la continuación de la caza de brujas más grande de todos los tiempos", ha dicho en un vídeo publicado en la misma red social.

Como ya hizo con la imputación en Nueva York, Trump ya ha empezado a utilizar esta imputación para victimizarse con objetivos políticos. Al candidato para las primarias republicanas, que domina con comodidad las encuestas (con el 53,8% de los apoyos, 32,5 puntos por encima del segundo clasificado, Ron DeSantis), le fue bien políticamente esta acusación, desde la cual ha doblado su ventaja respecto al gobernador de Florida, y espera volver a sacar rédito de esta situación. Y es que incluso imputado, o incluso con una condena, no hay nada que le impida legalmente ser candidato a la presidencia. La Constitución norteamericana solo especifica tres requisitos básicos: ser mayor de 35 años, haber nacido en el país y residir en él al menos los últimos 14 años.

El expresidente más perseguido por la justicia

Sin embargo, este caso es diferente: en Nueva York se le juzgará por unos hechos relativos a su vida personal, que pasaron antes de que fuera presidente, mientras que en Miami se le juzgará para llevarse centenares de documentos con información catalogada de "alto secreto" y "clasificada" durante sus años de mandato, y por negarse a entregarlos cuando así se le requirió. En comparación, a Biden –que también está siendo investigado– se le han encontrado tan solo decenas de documentos y los entregó por iniciativa propia al departamento de Justicia cuando los encontraron sus asesores.

Además de estos dos casos judiciales, Trump también tiene cuentas pendientes con la justicia en Washington y Atlanta, donde está siendo investigado por su implicación en el asalto al Capitolio y por intentar falsear las elecciones presidenciales de 2020 en Georgia. Por los dos casos, también podría llegar a enfrentarse a cargos criminales, es decir, podrían implicar más años de prisión.

Ante todos sus casos judiciales, la estrategia de Trump acostumbra a ser la de intentar alargar el proceso tanto como sea posible, con recursos, apelaciones y otras estrategias legales. Así lo ha estado haciendo desde antes de entrar en política y se prevé que lo continúe haciendo con los casos que planean sobre él. Según varios expertos legales, las tácticas dilatorias del expresidente podrían postergar el inicio del juicio, al menos, hasta la primavera del año que viene, en medio del proceso de primarias republicanas.

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