Jeff Sharlet: "La Familia cree que Trump ha sido escogido por Dios, y eso es lo único que les importa"

BarcelonaJeff Sharlet publicó por primera vez The Family en 2008, después de haber vivido infiltrado en Ivanwald, la mansión que tiene en Arlington (Virginia) la organización religiosa conocida como La Familia o The Fellowship. El libro, que ahora publica en castellano Capitán Swing, expone las interioridades de la que es considerada la organización religiosa más influyente de Washington, que desde 1953 organiza el Desayuno Nacional de Oración, al que han asistido todos los presidentes de Estados Unidos desde Eisenhower. Congresistas, senadores, generales e incluso dictadores extranjeros que se reúnen para orar a Jesús y realizar negocios. La historia de La Familia, fundada por Abraham Vereide en 1935 y liderada desde los años 50 por Doug Coe, que murió en el 2017, ha salido a la prensa varias veces desde los años 60, pero el documental publicado en el 2019 a partir del libro de Sharlet hacía su relato más exhaustivo hasta ahora. Sharlet les llama "las raíces invisibles del fundamentalismo en Estados Unidos", una red de apoyo a los poderosos que no cree en la democracia y que venera a los líderes fuertes, como Donald Trump.

¿Por qué el libro y el documental no generaron ningún gran escándalo?

— Cuando salió mi libro fue bestseller una semana, pero después hubo un esfuerzo concertado por decir que aquello no podía ser real. Sólo captó la atención masiva el próximo verano cuando políticos republicanos utilizaron la red de La Familia para tapar asuntos extramatrimoniales bastante escandalosos. La prensa americana entiende el escándalo sexual, pero no tanto la corrupción de poder o la influencia internacional. Y el tema se desvaneció rápidamente.

Pero ¿La Familia sigue activa?

— Sí, pero ha cambiado. En el documental hablábamos de Mike Pence, que había estado implicado en La Familia. Él fue una adquisición y fusión: el mundo de Trump adquirió el evangelismo. Pero ahora ya no necesitan Pence. Yo al principio pensaba que La Familia podía ser un dique de contención contra lo peor del trumpismo. Pero, como ha ocurrido con todas las organizaciones cristianas de derechas, para ellos era cuestión de sumarse a ella o desaparecer, así que se convirtieron en una organización afín a Trump. Esto es lo que es hoy, aunque algo disminuida por la muerte de Doug Coe, su líder histórico. Ahora tiene menos peso porque el trumpismo ha absorbido muchas de sus ideas: autoridad sin rendición de cuentas, fuerza y cristianismo musculoso, que dice que Cristo es un hombre de acción. La Familia abrió el camino, pero Trump es un fenómeno propio.

¿La Familia ha sido clave en el auge del autoritarismo global?

— No son el único actor, pero sí. Pero no quiero decir que sea una conspiración. No son titiriteros secretos, sino una expresión del poder americano. Han influido muchos líderes y han buscado siempre mantenerse invisibles, trabajando con dictaduras si esto servía a sus intereses, como el dictador de Somalia Siad Barre, que les decía: "Si ruego a Jesús, ¿puedo tener más armas?" Su modelo de Jesús es el del hombre fuerte, el líder autoritario.

Porque no son evangélicos, ni católicos ni ortodoxos, sólo hablan de Jesús. ¿Pero qué ideología hay detrás?

— Es difusa, pero se basa en el capitalismo bíblico, que es una especie de capitalismo no puro sino oligárquico, que quiere decir que si eres rico es porque Dios te ha elegido para ser rico. líderes. Han sido capaces de aglutinar tanto evangélicos como católicos de derechas que no reconocen a la autoridad del Papa, siempre que se alineen con su visión política. a sustituir a Dios por un culto a la personalidad. No tienen ningún problema con la violencia, como demuestra su apoyo al dictador Suharto en Indonesia, pero no hacen una la celebración abierta de la violencia, que sí hace el trumpismo.

¿La Familia está detrás de la agenda anti-LGBTI de Trump?

— No directamente. La agenda anti-LGBTI viene de think tanks como la Fundación Heritage, uno de los impulsores del llamado Proyecto 2025, muy vinculado a La Familia. En Uganda, La Familia participó en la redacción de lo que se llamó la ley mata gays, pero la organización central en Washington no escribe leyes así.

¿Se puede saber cuántos congresistas o senadores están vinculados a La Familia?

— Hace tiempo que no lo investigo, pero tienen listas muy precisas de los "miembros", de los que son "solo amigos" o los que "sólo acuden a los estudios bíblicos". Todavía hay un desayuno de oración semanal en la Cámara de Representantes y en el Senado. Mike Pence, cuando era vicepresidente, dirigía un estudio bíblico semanal para La Familia. Cada año organizan el Desayuno de Oración, a donde va todo el mundo y que está lleno de lobistas de todo el mundo, incluso oligarcas rusos.

Usted habla de lobismo pero también de sobornos, evasión fiscal... ¿Qué ilegalidades pueden imputarse a La Familia?

— Siempre se han organizado financieramente en torno a lo que llaman "el método del hombre", que quiere decir que hacen pagos directos, sin pasar por los libros de cuentas, a aquellos que hacen de "embajadores de su idea de Cristo", o pagan el salario de alguien que trabaja para un senador que les gusta, lo que es ilegal, es. Además, existe toda una red de corporaciones y de fundaciones [muchas libres de impuestos] interconectadas, pero si miras a los consejos de administración todos se superponen y muchas van a parar a las mismas direcciones de Virginia. Algunos congresistas han sido muy descarados en su corrupción en nombre de Dios, como el que [financió] el dictador de Sudán Omar al-Bashir, con esta idea de los "musulmanes mesiánicos", que dice que "puedes ser musulmán siempre que adores a Jesús", algo que parece bastante contradictorio.

¿Trump es visto como un elegido por Dios dentro de La Familia?

— Sí, para ellos Trump ha sido escogido por Dios. Sus groserías o contradicciones no les importan. Al principio del libro explico que el hijo de Doug Coe se acercó a un joven de La Familia y le contó la parábola del rey David, quien según la Biblia hizo cosas muy malas pero había sido escogido por Dios. Le preguntó al joven: "Si vienes y me dices que has violado a tres niñas pequeñas, ¿qué pensaría yo de ti?", y el joven le dice: "Que soy muy malo". Y él responde: "No, no lo pensaría, porque eres un escogido". Y esto es el trumpismo.