Harris aprovecha el malestar de los puertorriqueños para ganar posiciones
Los comentarios racistas podrían costarle a Trump el estado clave de Pensilvania, donde la comunidad latinoamericana representa al 6% de los electores
Allentown (Pensilvania)Donald Trump tiene dos problemas a una semana de las elecciones: el malestar de los puertorriqueños por los comentarios racistas que se hicieron en el Madison Square Garden y el equipo de Kamala Harris, que ya trabaja para romper la tendencia al alza que el expresidente estaba consiguiendo entre los latinoamericanos. El 15% del electorado total en Estados Unidos son latinoamericanos y en estados decisivos como Pensilvania, la población latina con derecho a voto es ya de casi 580.000 votantes, lo que representa un 6% de los electores, según el informe publicado en septiembre por el Latino Policy & Politics Institute. En total, hay 472.000 puertorriqueños residiendo en este estado.
El humo del incendio que se está esparciendo entre los puertorriqueños ya se podía oler el lunes: el arzobispo de Puerto Rico hacía un comunicado en el que recriminaba los comentarios y exigía a Trump que se disculpara personalmente; en Pensilvania un grupo independiente de puertorriqueños hacía correr una carta en la que pedía no votar por Trump en las elecciones, y en Allentown, la tercera ciudad más grande de Pensilvania, se ha convocado una manifestación para este martes en contra del mitin que hará el expresidente.
Trump tiene previsto pedir el voto en una ciudad donde más del 50% de los habitantes son latinoamericanos dos días después de que el humorista Tony Hinchcliffe dijera en su mitin que Puerto Rico es "una isla de basura" y que "a los latinos les encanta hacer bebés". Ambas frases hacían que este lunes la cara de Fernando Garrida, vecino de Allentown y seguidor de Trump, se transmutara de una sonrisa convencida a un gesto serio, de disgusto. "No lo había oído eso porque fui a dormir temprano –decía, ya sin sonreír–. Si alguien se refiere peyorativamente a los latinos, creo que está fuera de lugar. Los latinoamericanos son una fuerza de trabajo, que produce riqueza . Somos gente que viene a trabajar".
"No lo apruebo, siento que fue un chiste de mal gusto", recrimina Jackelien Rivera, que forma parte de la sección local del Partido Republicano. Aunque enseguida también cierra filas con el discurso oficial: "Sé que los demócratas están intentando darle la vuelta para que parezca que son los valores del Partido Republicano, pero no refleja Trump ni el partido en absoluto". ¿Estaría bien que Trump condenara públicamente los comentarios racistas? "No creo que sea necesario porque, si lo hiciera, quizás daría más bola a los demócratas para seguir atacándole con esta historia", explica Rivera, que, aun así, reconoce que quizás los chistes del humorista hacen perder votos al magnate. "No va a perder los suficientes para perder las elecciones", dice convencida. Las encuestas siguen dibujando un empate técnico entre Harris y Trump en Pensilvania. En las pasadas elecciones, Joe Biden logró llevarse el estado por una diferencia de unos 80.000 votos. En Arizona, logró ganar por tan sólo 10.000 votos.
Goteo de condenas
El goteo de miembros latinoamericanos que condenan los hechos sigue todavía. El senador republicano de Florida Marco Rubio, más que condenar los hechos, les ha intentado justificar: "No fueron las palabras de Trump. Fueron chistes de un comediante cuyo humor se basa en ofender prácticamente a todo el mundo" rato, porque esto es lo que hacen este tipo de comediantes". Acto seguido cargó contra Harris: "Lo que no es una broma es cómo Kamala ha destruido nuestra economía".
Desde Mar-a-Lago, Trump compareció este martes y lo más cerca que fue de referirse a los comentarios racistas fue cuando dijo que el mitin de Madison Square fue "un festival de amor" " y que "nunca había habido un evento tan bonito". Antes, en una entrevista en ABC, Trump había intentado sacudirse el tema de encima. “A él no le conozco, alguien le puso aquí. No sé quién es”, dijo el expresidente sobre el humorista Hinchcliffe. También aseguró que no había oído el chiste, aunque no ha parado de reproducirse en las redes sociales.
Los republicanos están intentando aplicar una política de contención de daños que se basa en lo que exponía Rivera: intentar hacer ver que aquí no ha pasado nada y, con suerte, la gente se olvida de cara al 5 de noviembre; aunque el período para que esto ocurra es corto. Los demócratas ya están trabajando para que esto no ocurra. El equipo de campaña de Harris ya ha lanzado un nuevo vídeo con el clip del humorista diciendo que Puerto Rico es una "isla de basura" en la que resalta que la vicepresidenta sí respeta y tiene en cuenta a los puertorriqueños. La naturaleza de la relación de Puerto Rico con Estados Unidos hace que los ciudadanos de la isla no puedan votar en las elecciones federales. Sólo pueden estar empadronados en alguno de los estados o en el distrito de Columbia.