El primer cara a cara contra Trump, una prueba doble para Harris

Ambos candidatos llegan al primer debate presidencial con unas encuestas que les sitúan codo con codo en la carrera electoral

4 min
Harris y Trump

WashingtonDonald Trump y Kamala Harris debatirán por primera vez este martes a las nueve de la noche (hora local) en el National Constitution Center de Filadelfia, en Pensilvania, uno de los estados clave de estas elecciones. El cara a cara televisivo organizado por el ABC News durará 90 minutos y será un doble test para la candidata demócrata para demostrar su aplomo contra Trump y para darse a conocer mejor entre los electores. Los estadounidenses ya han visto debatir a Trump y conocen su programa. Harris, que lleva solo un mes y pico de campaña, es la "novedad" que acapara los focos. Una posición envenenada, puesto que todo lo que haga y diga (para bien o para mal) resonará bajo el escrutinio público.

Las expectativas sobre Harris son aún mayores si se tiene en cuenta el desastroso debate de Joe Biden contra Trump en la CNN el pasado mes de junio. En medio de un verano turbulento que ha precipitado la campaña, Harris ha resucitado las esperanzas de los demócratas de ganar la Casa Blanca. Mantener esa euforia implica superar con éxito el duelo contra Trump y evitar que se puedan encontrar semejanzas con la frágil actuación de Biden hace tres meses. Harris buscará transmitir la imagen de una candidata dura y se aferrará a la idea de la confrontación entre la fiscal (ella) y el candidato convicto (Trump). Probablemente, querrá repetir con Trump el clip viral que logró durante el debate de vicepresidenciables contra Mike Pence en el 2020. En aquella ocasión, Harris cortó a Pence, que le estaba interrumpiendo, con un seco y firme: "Estoy hablando yo".

Pero la demócrata no tendrá ocasión de recrear la escena: después de un toma y daca entre los dos equipos de campaña se ha mantenido el acuerdo inicial de silenciar el micrófono cuando no se tenga el turno de palabra . Esta medida fue exigida por los demócratas cuando Biden aún era el candidato durante el primer debate contra Trump. Inicialmente, la medida debía favorecer a Biden, aunque al final resultó beneficiosa para el republicano, que transmitió una imagen más moderada y racional. Ahora los demócratas querían que los micrófonos estuvieran abiertos todo el rato. Hecho al que Trump se negó.

En cuanto al resto de normas, serán las mismas: no habrá público, no habrá presentación inicial y se empezará directamente con las preguntas de los moderadores. Habrá dos minutos para responder a cada pregunta, uno para la réplica y otro para la contraréplica. No se permitirán gráficos ni similares y durante las dos pausas publicitarias los candidatos no podrán hablar con sus asesores.

Un debate crucial

El debate será crucial en la carrera presidencial (el último fue el inicio del fin de la candidatura de Biden) y tiene el potencial de poner fin al roce de Harris y Trump en las encuestas. El último sondeo publicado por el New York Times y Siena College sitúa al republicano por delante de Harris con el 48% de los apoyos, sólo un punto más que la demócrata (47%). Después de tres semanas con Harris liderando los sondeos, es la primera vez que Trump le da la vuelta a la tendencia. El sondeo de la cadena CBS con YouGov apuntaba lo mismo, con Harris un punto por delante en el estado clave de Michigan.

La carrera vuelve, pues, al inicio tras la retirada sorpresa de Biden en julio y de la euforia exhibida por los demócratas en su convención en Chicago el pasado mes. La polarización sigue siendo la tónica. El resultado de la encuesta es calcado en julio, después de que Biden decidiera tirar la toalla.

Aunque hay un pequeño matiz respecto a la situación de julio: el interés que genera Harris. La encuesta del New York Times destaca que el 28% de los posibles electores sienten que necesitan saber más sobre Harris antes de tomar una decisión. Sólo el 9% dice esto sobre Trump. La curiosidad que despierta Harris es aún más relevante si se tiene en cuenta que el 18% de los votantes de los estados bisagra todavía no han decidido su voto, según apuntan los últimos sondeos, y muchos de ellos se muestran más dispuestos a escuchar lo que Harris tiene que decir que no a Trump.

El interés por Harris no sólo responde a su reciente irrupción sino también a una campaña que durante el último mes se ha alimentado a base de euforia y esperanza, sin entrar demasiado en propuestas concretas. Acabada la luna de miel del estreno del ticket electoral entre Harris y Tim Walz, ahora la ciudadanía quiere saber cómo será el primer día de la demócrata si logra sentarse en el Despacho Oval.

Trump lleva semanas protagonizando salidas de tono e intenta dar golpes de efecto sin resultado para recuperar el foco mediático. Tras mostrarse como un candidato sereno y firme contra Biden, será interesante ver cómo se traduce esa intranquilidad en el cara a cara contra Harris. Especialmente, después de que se haya quedado sin su principal carta para atacar a su rival: la edad. El bronceado anaranjado no será suficiente para camuflar lo evidente a simple vista: ahora es él el anciano, de 78 años, que compite con una mujer de 59 años para gobernar el país.

Sin embargo, mantener las capacidades de Trump sería un error. El magnate es un animal televisivo con sobrada experiencia frente a las cámaras y si algo le caracteriza es su imprevisibilidad. Aunque lo más destacable no son las dotes performativas sino las cifras de las encuestas. La euforia demócrata ha subido a Harris como la espuma, pero el malestar de los republicanos no se ha trasladado a los sondeos. El foco puesto sobre la candidata demócrata ha hecho que la estabilidad de los apoyos a Trump en estas últimas semanas pase desapercibida. Pese a tener el viento en contra, el magnate ha continuado manteniendo la carrera ajustada. Se trata de algo que no se puede infravalorar y que abre la puerta a la posibilidad de que, en cualquier momento, el republicano pueda volver a girar la tortilla.

Es la economía

La economía y la inflación, más que los debates identitarios, son los principales argumentos de los votantes de Trump: entre los trabajadores blancos sin educación superior encuestados, el 53% opina que Trump favorece sus oportunidades. En los siete estados clave se repite el empate: Harris tiene una ventaja en Wisconsin (50%-47%), Michigan (49%-47%) y Pensilvania (49%-48%).

stats