Estados Unidos

Luz verde en una ley que agilizará las deportaciones masivas de Trump

La norma aprobada por el Congreso obliga a detener a los migrantes indocumentados acusados ​​de delitos menores

Migrantes en el punto fronterizo de El Paso (Estados Unidos) tras cruzar la frontera entre México y Estados Unidos.
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WashingtonLa primera victoria legislativa de Donald Trump y un acelerador para el plan de deportaciones masivas. El Congreso estadounidense ha aprobado este miércoles la ley Laken Riley, una norma que facilitará la deportación de migrantes indocumentados acusados ​​de delitos menores. La norma llega en plena campaña de la nueva administración para aumentar el sitio sobre los migrantes indocumentados con la amenaza de redadas en todo el país y el envío de militares a la frontera con México.

La ley exige que el departamento de Seguridad Nacional (DHS) detenga a los migrantes indocumentados que han sido acusados ​​de delitos menores, como pequeños hurtos o robar en un supermercado. En la última votación en el Senado se amplió la lista para incluir también a los migrantes indocumentados acusados ​​de agredir a un agente de policía y de causar la muerte o lesiones corporales graves a otra persona. Hasta ahora el DHS sólo detenía a los migrantes sin papeles que habían sido acusados ​​de delitos graves como violación, violencia doméstica, asesinato y algunos crímenes relacionados con drogas.

En su primera entrevista de su segundo mandato, este miércoles en la cadena Fox, Trump ha abierto la puerta a retirar fondos federales a las ciudades demócratas que se nieguen a participar en las deportaciones. "Puedo tener que hacerlo", ha dicho. Además, según un memorando al que ha tenido acceso Reuters, la Casa Blanca ha dado instrucciones a su departamento de Justicia para abrir investigaciones al personal de las administraciones locales y estatales que se nieguen a cooperar en las redadas y deportaciones de inmigrantes.

La norma aprobada en el Congreso da mucha más fuerza a los planes de deportación masiva de Trump, ya que los agentes que trabajan bajo el DHS se sumarán de forma indirecta a los agentes de inmigración. La policía no realizará redadas como tales, pero cuando practique detenciones de migrantes indocumentados por acusaciones de delitos menores facilitará que se les traslade al circuito de los Servicios de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), lo que puede comportar que acaben deportados.

El director del ICE, Thomas Homan, ya ha anunciado redadas todo el país, y Trump ha autorizado que los agentes puedan entrar en iglesias y escuelas para llevarlas a cabo. En los primeros días de la presidencia, el republicano está centrando todas sus energías en agilizar al máximo los planes de deportación. Además, este miércoles también desplegó a más de un millar de soldados en la frontera con México, tras declarar "emergencia nacional" por las llegadas de inmigrantes al país.

Varios grupos que trabajan por los derechos de las personas migrantes ya habían advertido en reiteradas ocasiones de las consecuencias de la aprobación de esta norma, especialmente bajo la administración Trump. El American Civil Liberties Union advertía en una carta a los senadores que incluso las personas que hace años que cometieron este tipo de delitos podrían ser objeto de detención obligatoria. "Especialmente bajo una administración antiinmigrción que tiene la intención de llevar a cabo deportaciones masivas", advierte el texto en referencia al gobierno Trump.

Congresistas demócratas apoyan las deportaciones

El proyecto de ley entró en el circuito legislativo a principios de mes con la previsión de adelantar el trabajo para cuando el republicano jurara el cargo. Ahora solo falta que Trump la firme para acabar de convertirla en ley. El texto fue aprobado en la Cámara de los Representantes con 263 votos a favor y 156 en contra. Entre los votos favorables, 46 son congresistas demócratas. El apoyo de los demócratas, que antes de las elecciones se habían opuesto en bloque al texto, es un indicador de la crisis existencial que sufre el partido.

El Partido Demócrata se encuentra inmerso en un periodo de reflexión en torno al que hicieron mal durante la pasada campaña. En esta revisión de los posicionamientos y políticas, algunos demócratas consideran que deben aceptar como premisas básicas la de castigar la ilegalidad, incluso si hay discrepancias en algunos detalles. Esto es, precisamente, lo que explica los votos de algunos congresistas a favor de la ley Laken Riley.

Que los demócratas hayan apoyado una ley que incentivará las detenciones por perfil racial también es una muestra de que la retórica xenófoba de Trump ha desplazado hacia la derecha el marco político desde donde se aborda la cuestión. Hace tiempo que el Partido Demócrata ya había estado adoptando posiciones más duras contra la inmigración: el expresidente Joe Biden deportó a más personas migrantes que Trump en su anterior mandato. En la frontera, los abogados de extranjería se preparaban ya para las políticas de mano dura, tanto si ganaba Kamala Harris como si lo hacía Trump.

Amenaza a Biden

Por otra parte, en la misma entrevista en la Fox, Trump ha insinuado que podría someter al expresidente Joe Biden a la misma persecución judicial que él ha sufrido: "He pasado cuatro años de infierno. Me he gastado millones de dólares en honorarios legales y he ganado. ¿Por qué no deberían pasar por todo esto ellos, también?", ha dicho en alusión a su predecesor. La entrevista también le sirvió para defender su perdón masivo a los 1.500 condenados por el Asalto al Capitolio, de los que aseguró haber cometido "crímenes mucho menores".

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