WashingtonDicen que una imagen vale más que mil palabras. En el caso del presidente argentino, Javier Milei, la fotografía de Elon Musk levantando su motosierra –literalmente– vale más que cualquier otra cosa que se hubiera podido decir para darle oxígeno en medio de la crisis política que vive por el caso de la criptomoneda fraudulenta $LIBRA. "El presidente Milei tiene un regalo para mí. Javier Milei, de Argentina. ¿Sabéis de quién os estoy hablando, verdad?", preguntó Musk cuando apareció como ponente sorpresa en la conferencia ultraconservadora CPAC este jueves. Inmediatamente después, Milei ha aparecido con una motosierra que ha entregado al multimillonario.
Aunque no han trascendido detalles del encuentro entre Musk y Milei, el argentino se ha apresurado a compartir el vídeo en su cuenta de X, donde se abraza con el propietario de SpaceX al grito de "¡Hola, amigo!". El tuit lo ha publicado en la misma cuenta de X donde el sábado promocionó el lanzamiento de la criptomoneda $LIBRA. En el post, que eliminó pocas horas después de que la criptomoneda se hundiera, Milei argumentaba que ayudaría a "incentivar el crecimiento de la economía argentina". El resultado final del entramado fue que la $LIBRA se desplomó después de dispararse hasta los 4.500 millones de dólares, lo que provocó grandes pérdidas en todo el mundo que había invertido. Muchos influencers cripto han jurado venganza contra Milei, y la Oficina Anticorrupción argentina investiga la relación del dirigente con la criptomoneda.
La motosierra que Milei ha regalado a Musk es una réplica del original que tiene en su despacho y es una referencia explícita a los recortes que el multimillonario está haciendo en la administración de EEUU. "¡Esto es la motosierra para la burocracia!", gritaba Musk mientras lo levantaba delante de un público enloquecido por la aparición de uno de los ídolos de la extrema derecha. En esta ocasión no ha habido saludo nazi de Musk, aunque el ex asesor de Trump Steve Bannoní que lo ha hecho durante su intervención en la primera jornada de la conferencia ultra que se celebra en Washington. El español Santiago Abascal y el británico Nigel Farage también han hablado este jueves. El sábado se prevé que Trump cierre lo que se ha convertido en la cumbre de la internacional reaccionaria.
Sin quitarse la gorra negra MAGA ni las gafas de sol, Musk ha repetido el discurso de siempre sobre su papel como supuesto defensor de la libertad de expresión y la importancia de asaltar a las agencias estadounidenses. "En Europa cierran a la gente en prisión por hacer memes. Esto es una locura", ha dicho Musk sin ofrecer pruebas, en una afirmación que coincide con los ataques contra la Unión Europea del vicepresidente de EEUU, JD Vance, durante la Conferencia de Seguridad de Múnich.
Musk también ha atacado a los medios de comunicación estadounidenses: "Una gran parte de sus impuestos van a parar a los medios tradicionales directamente desde el gobierno". También ha dicho que estos mismos medios "solo enfocan a las seis personas" que hay en los actos de izquierdas. Con estas críticas, Musk se refiere a las suscripciones federales para grandes medios como Politico y The Washington Post.
Esta semana el departamento de Estado había ordenado la cancelación de todas las suscripciones a medios considerados "no esenciales para la misión", según publicaba The Washington Post. Del mismo modo, recientemente la Casa Blanca vetó el acceso de los periodistas escritos de Associated Press (pero no de las cámaras) al Despacho Oval porque la agencia informativa sigue utilizando el término golfo de México en lugar de golfo de América, como quiere Trump.
Ataques continuados en la prensa
Paralelamente a la campaña que el presidente estadounidense está lanzando contra el cuarto poder, los medios, Musk volvió a hablar en calidad de dirigente del grupo de trabajo que perpetró los recortes contra las agencias federales. La polémica en torno al papel de Musk dentro del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) no ha hecho más que crecer en los últimos días. El multimillonario y Trump defienden que no existen conflictos de intereses mientras Musk pasa la motosierra justamente por aquellas agencias que tenían abiertas investigaciones contra sus empresas.
Ambos magnates se escudan en la supuesta "transparencia" del DOGE. Hasta ahora, teóricamente se ha presentado a Musk como el administrador del grupo de trabajo, pero resulta que en un documento judicial la Casa Blanca dijo que el sudafricano no es el titular del DOGE y tampoco dio ningún detalle sobre quién está liderando la agencia sobre el papel. La información sobre la estructura del DOGE y quiénes son sus trabajadores escasea y ahora resulta que Musk, que actúa como si fuera la cabeza, no lo es. La Casa Blanca sigue sin dar más explicaciones sobre un equipo de trabajo que ha accedido a información crítica, como el número de la Seguridad Social de miles de contribuyentes estadounidenses.
Mientras, en la CPAC Musk lanzaba cifras al aire y aseguraba: "Las acciones que estamos haciendo, con el apoyo del presidente y de las agencias, son las que salvarán a Medicare, las que salvarán a la Seguridad Social". En una encuesta publicada este mismo jueves por Reuters, justo cuando se cumple un mes de la presidencia de Trump, el 58% de los estadounidenses declara que les preocupa que la intervención de Musk pueda retrasar programas federales como los pagos de la jubilación de la Seguridad Social y las ayudas a los estudiantes.
Vuelve el saludo nazi
La imagen de Musk levantando la motosierra que le ha regalado Milei ha sido una de las imágenes de la primera jornada de la conferencia ultra en Washington. La otra la ha protagonizado el ex asesor de Trump Steve Bannon, uno de los máximos exponentes del movimiento de ultraderecha en Estados Unidos, que durante su discurso hizo claramente el saludo nazi. "La única manera en que perdemos es si plegamos, la única manera en que no triunfamos es si nos rendimos, la única manera en que ellos ganan es si nosotros nos retiramos. No nos retiraremos, no nos rendiremos, no vamos a plegar", arengó. Ha terminado con el grito "¡lucháis, lucháis, lucháis!" y ha levantado el brazo al estilo nazi. Y aún lo ha terminado con un "¡amén!".
El gesto de Bannon ha provocado que el francés Jordan Bardella, número dos de Marine Le Pen, haya cancelado su discurso en la convención, previsto para este viernes.