¿Qué ocurrirá con los juicios de Trump ahora que ha sido elegido presidente?
El presidente electo debería comparecer en el tribunal a finales de mes para escuchar la condena por el caso Stormy Daniels, pero ya no está claro si lo habrá
BarcelonaEl segundo mandato de Donald Trump en Estados Unidos será una prueba de fuego para los límites del poder de la presidencia. Y no solo porque el ya presidente electo avisó de que quería ser "dictador el día uno", sino porque llega al Despacho Oval con varias causas judiciales abiertas que probablemente quedarán borradas por la tinta del sello presidencial.
Trump será el primer presidente de Estados Unidos de la historia que asumirá el cargo con una condena penal pendiente de sentencia. Uno más de sus hitos históricos. El 26 de noviembre, Trump debería comparecer en los juzgados de Nueva York para escuchar la condena que le impone el juez Juan Merchan por los 34 delitos por los que fue declarado culpable por un jurado popular. Todos por haber querido silenciar con dinero –un pago registrado como "gastos legales"– la actriz porno Stormy Daniels, con quien mantuvo relaciones sexuales, para que la revelación no influyera en el resultado de las elecciones del 2016, con lo que violó la ley de financiación electoral.
Ahora, sin embargo, nadie sabe si esta condena se llegará a dictar. Los abogados de Trump ya están realizando movimientos para evitarlo, y según la CNN en los próximos días presentarán una petición formal para que Merchan conceda al presidente electo la misma protección constitucional que tiene un presidente en el cargo. La política del departamento de Justicia dice que un presidente no puede ser imputado en un caso penal, pero Trump no toma posesión hasta el 20 de enero del 2025.
el próximo martes, para decidir si aplica a Trump la inmunidad presidencial que dictó el pasado julio el Tribunal Supremo, aunque ese dictamen era para otro caso. Si lo hace, los 34 cargos quedarían desestimados. Pero si insiste en salir adelante, podría imponerle una condena de hasta cuatro años de cárcel.
En procesos estatales como éste, un presidente no puede intervenir o conceder el perdón, como sí ocurre en los casos federales. Pero el hecho de que el acusado haya sido elegido presidente en las urnas, a pesar de todas las acusaciones en su contra, genera una situación sin precedentes en la jurisprudencia estadounidense, que los abogados del republicano utilizarán en su favor y que hay que ver todavía cómo afrontarán los jueces.
El segundo caso estatal contra Trump es el de Georgia, donde Trump está acusado de intentar manipular el voto en las elecciones del 2020, cuando llamó al responsable electoral del estado para pedirle que "encontrara" los 11.000 votos que le faltaban. Ese caso ya está suspendido temporalmente a la espera de que se resuelvan las dudas sobre la fiscal demócrata que le investiga, Fani Willis. Los abogados de Trump piden que se la descalifique por mantener una relación romántica con otro miembro de su equipo fiscal. La decisión sobre Willis no se espera hasta el 2025, pero si finalmente es descalificada, será difícil que otro fiscal quiera tomar el relevo en un caso que implica al presidente de Estados Unidos.
Será "muy fácil" liquidar las acusaciones federales, ha dicho Trump
Los procesos penales con mayor probabilidad de liquidarse pronto son los que ha impulsado el propio departamento de Justicia del gobierno de Joe Biden y que investiga al fiscal especial Jack Smith, nombrado por el fiscal general Merrick Garland. El primer caso es de los documentos clasificados que Trump escondía en Mar-a-Lago, que ya fue desestimado por el juez en julio al considerar inconstitucional el nombramiento de Smith, pero el departamento de Justicia ha apelado.
Y el segundo es la investigación sobre los intentos de Trump de revertir los resultados electorales de 2020 y su participación en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Es en este segundo caso que el Tribunal Supremo dictaminó que un presidente tiene inmunidad en todas sus acciones como presidente, y ahora la Fiscalía intenta demostrar que Trump actuaba como candidato a la presidencia cuando arrojó su turba hacia el Capitolio, y no como presidente. Todo está en manos de la juez Tanya Chutkan, del tribunal federal de distrito de Washington.
Tras la victoria del republicano en las elecciones, fuentes cercanas aseguran a la CNN que Smith no tiene intención de cerrar los procesos antes de que Trump se lo ordene directamente. Pero está claro que lo hará en cuanto llegue a la Casa Blanca. Trump ha prometido en campaña que despedirá a Jack Smith en cuanto sea presidente. "Será tan fácil. Le despediré en dos segundos", dijo Trump cuando un periodista le preguntó sobre la posibilidad de perdonarse a sí mismo como presidente. Pero antes de dejar el cargo, la ley obliga a Smith a presentar un informe confidencial sobre su investigación.
Además de estos juicios penales, el presidente electo tiene también tres casos civiles todavía pendientes. Al contrario de los casos penales, una sentencia de 1997 del Tribunal Supremo dictaminó –a raíz del caso Lewinski, que involucraba al entonces presidente Bill Clinton– de que un presidente no puede invocar la inmunidad presidencial para evitar un juicio civil. Pero los litigios civiles de Trump, a excepción de uno que trata también el asalto al Capitolio, ya fueron sentenciados y ahora están en proceso de apelación: son la condena que le obligaba a indemnizar por "difamación" a la escritora E. Jean Carroll, a la que se demostró que había violado, y la condena por fraude fiscal en Nueva York que le obliga a pagar una multa de 494 millones de dólares. En principio, estos casos sí continuarían en marcha durante la presidencia de Trump, aunque sus abogados continuarán poniendo tantos bastones en las ruedas como puedan.