Stormy Daniels sobre el encuentro sexual con Trump: "Se interpuso entre yo y la puerta, no de forma amenazante"
La actriz porno, uno de los testigos clave en el caso penal contra el expresidente, ha declarado este martes en el tribunal de Manhattan
WashingtonLa declaración de la actriz Stormy Daniels este martes en el tribunal de Manhattan ha sido tensa: su testimonio ha provocado varios enganches entre la defensa y la acusación sobre el grado de detalle que debía dar sobre su relación con el expresidente Donald Trump, y además ha provocado la ira del magnate en varias ocasiones. Daniels ha explicado la relación sexual que tuvo con Trump en un hotel en el 2006 y por la que después el magnate le pagó 130.000 dólares a cambio de su silencio. La actriz ha explicado que su idea era marcharse sin que pasara nada, pero que cuando salió del lavabo de la suite Trump "se interpuso entre yo y la puerta, no de forma amenazante".
Daniels ha explicado que después de cenar con el expresidente acudieron a la habitación de él. Cuando ella salió del lavabo se encontró a Trump sobre la cama con "unos bóxers y una camiseta". En ese momento Daniels se asustó, ya que la intención del magnate era "mucha clara", y la idea de Daniels era marcharse. Tras esta escena, la actriz asegura que no iba ni drogada ni bebida, pero que no es capaz de recordar muchos de los detalles sobre cómo acabó en la cama de Trump. Daniels ha explicado que durante el acto miraba en el techo y que no sabía cómo había llegado. También ha explicado que Trump no utilizó preservativo durante el coito y que tampoco hablaron de ello: "No dije nada de nada".
La actriz ha afirmado que conoció a Trump en 2006, cuando el magnate contactó con ella a través de su guardaespaldas. Entonces fue cuando fueron a cenar juntos y después se produjo el encuentro sexual descrito. La segunda vez que volvieron a verse en persona fue en el 2007, en un encuentro breve donde Trump se mostró cordial con ella. Desde entonces, aseguró la actriz, no había vuelto a ver a Trump hasta este martes cuando entró en el tribunal de Manhattan.
Algunos de los detalles que ha revelado Daniels durante su comparecencia han enfadado a Trump. Por ejemplo, ha explicado que mientras cenaba un día con Trump le espetó "¿Siempre eres así de grosero? ¿Siempre eres así de arrogante y pomposo? No sabes ni cómo tener una conversación". Según explica el New York Times, esta frase ha sido contestada con un "bullshit" de Trump claramente interpretable a partir de su gesto y el movimiento de los labios.
Una década después de haber mantenido relaciones, coincidiendo con el año de las elecciones presidenciales de 2016, Daniels estaba buscando vender su historia y fue entonces cuando Trump y Cohen llamaron a su puerta Junto con lo que en ese momento era el editor del The National Enquirer, David Pecker, estaban comprando todos los casos que pudieran manchar la imagen del candidato republicano de cara a las urnas, incluido el de Daniels. Daniels, que ha asegurado que no le importaba el dinero, aceptó vender su historia por 130.000 dólares, ya que le parecía "lo mejor que podía pasar". Aunque la actriz asegura que no lo hacía por dinero, en un correo que había enviado el abogado de Daniels a Cohen, éste se mostraba preocupado por si al final acabarían cobrando.
La cuestión del pago es central dentro de los 34 delitos que se le imputan a Trump. Pagar por comprar el silencio de Daniels no es considerado delito, lo que se está juzgando es la posterior falsificación documental de cómo se registró esta operación. Como en un inicio fue Cohen quien pagó los 130.000 dólares a Daniels, Trump después tuvo que devolverlos. Este reembolso se registró como "gastos legales", algo que supone también una falsificación y que la fiscalía consideran que está violando la ley de financiación electoral, ya que el objetivo final era evitar un escándalo que podría dañar la imagen del candidato republicano de cara a las elecciones presidenciales.
Las multas de Trump
El otro testigo clave que falta por declarar es Michael Cohen, el que en aquella época era el abogado de Trump y quien se encargó personalmente de hacer llegar los 130.000 dólares a Daniels. Tanto Cohen como Daniels se han convertido en los blancos de la ira del expresidente, quien, una vez empezado el juicio, les atacó en su red social, Truth Social, etiquetándolos de "sórdidos" (sleazebags). Esta publicación, y tantas otras en referencia al jurado, supusieron una violación de la prohibición (gag order) de atacar a los testigos y miembros del jurado que había emitido el juez Juan M. Merchan contra el magnate. El incumplimiento costó una sanción de 9.000 dólares al Trump, que esta semana ha vuelto a pagar una segunda multa de 1.000 dólares por volver a saltarse la gag order. En esta segunda ocasión el juez Merchan amenazó a Trump con la cárcel si volvía a violar la prohibición por tercera vez.
El juicio por el caso de Stormy Daniels es el único que tiene garantías de resolverse antes de las elecciones. Los otros dos casos federales (el de los papeles de Mar-A-Lago y el del asalto del Capitolio) y el estatal para intentar cambiar los resultados electorales de Georgia podrían acabar posponiéndose hasta más allá de noviembre.