Trump y Putin en un encuentro en 2028
27/06/2025
2 min

El perfil de Vladimir Putin desde su impulso expansionista –a partir de la anexión de Crimea y del Donbás en 2014– fue presentado como el de un autócrata calculador, retorcido e impredecible, que nunca da pistas de sus planes y, si es mujer, son falsas. –dictador, sí, empiezan a señalarlo algunos medios– ha demostrado cómo utiliza la confusión y las falsedades en el ataque a Irán. sorpresa. Viendo y sintiendo lo que ha pasado, estoy tentado de plantear: ¿ ¿hasta qué punto el cálculo improvisado del autócrata negociante americano supera la rigidez sistemática de cálculo del viejo kagebista ruso? Ucrania. Pero cuidado: que Irán pueda cerrar el estrecho de Ormuz –gracias, no lo olvidemos, al ataque de Trump– podría subir el precio del petróleo, y esto beneficiaría a Rusia. Es una posibilidad que es necesario mantener en el escenario. Vamos hasta 2004, cuando el régimen de Putin se consolidó gracias precisamente a la subida del crudo. No hay que perder de vista que el dictador ruso es autor de una tesis doctoral sobre la utilización del petróleo como herramienta geoestratégica necesaria para el ascenso imperial de Rusia. Entre 2000 y 2004 el Kremlin utilizó la subida de precios del crudo y nacionalizó empresas que se habían privatizado. El resultado fue una producción de entre 9 y 11 millones de barriles diarios, de los que se exportan 4 millones.

A Putin le iría muy bien que la crisis iraní provocara una fuerte subida de los precios del petróleo, porque sería una inyección para una economía que no ha dejado de tambalearse a consecuencia de las sanciones internacionales aplicadas al Kremlin por el ataque a Ucrania, y que genera todo tipo de pronósticos inquietantes. El economista Torbjörn Becker, director del Instituto de Economía de Estocolmo, no duda en señalar que la falta de inversiones extranjeras amenaza a la economía rusa a largo plazo. El fondo de la cuestión sería hasta dónde puede aguantar una economía militarizada. Y si puede aguantar más que Ucrania y sus aliados europeos.

O Trump o Irán

Putin podría acabar situándose frente a un dilema: ser un buen aliado de los ayatolás, que al fin y al cabo son "moralmente" sus amigos, o intensificar la buena la sintonía con Trump, que, mira por dónde, habría hecho posible con su ataque a Irán la subida de precios del petróleo que tantos beneficios daría a Rusia. ¿Sería posible una política de equidistancias de Putin con Trump con los ayatolás en medio? De momento el Kremlin no está de mostrarse formalmente indignado por el ataque, y ha ido hacia el Consejo de Seguridad de la ONU de la mano con China. Pero no hay que precipitarse, porque sabiendo cómo es y cómo actúa Trump, no es descartable que todo acabe antes de empezar. O bien, cuanto más se esfuerce Washington en negociar la paz con Irán, más empeore el conflicto. Y mientras, los precios del crudo pueden empezar a oscilar, subir y bajar día sí día también, y llegar o no en su punto anhelado por Putin.

stats