Cadena perpetua sin posibilidad de revisión para la enfermera que asesinó a siete bebés en el Reino Unido
Lucy Letby, de 33 años, especialista de la unidad de neonatal en la ciudad de Chester, cometió los crímenes entre junio del 2015 y del 2016
LondresEl Reino Unido ha conocido este mediodía el ejemplar castigo para Lucy Letby, de 33 años, que la prensa británica ya describe como la "enfermera asesina", la serial killer de niños –bebés, por ser exactos– más prolífica de la historia del país. El viernes de la semana pasada, Letby fue declarada culpable por un jurado de Manchester (tras 110 horas y 26 minutos de deliberación a lo largo de 22 días) del homicidio de siete criaturas y de la tentativa de otros seis asesinatos. Este lunes le han condenado a pasar el resto de su vida en prisión, sin posibilidad de pedir nunca una revisión de condena. Se convierte así en la cuarta mujer que recibe la pena más severa del sistema judicial británico. Solo saldría de prisión en caso de circunstancias extremadamente excepcionales. Sin embargo, en estos momentos es difícil imaginar cuáles podrían ser para que fuera excarcelada, probablemente ni siquiera en el caso de enfermedad terminal.
El juez ha leído la condena sin su presencia en el banquillo de los acusados, ya que la ley no puede obligar a nadie a asistir a la lectura de la sentencia. La abogada Tamlin Bolton, en nombre de los padres de las siete víctimas mortales, ha afirmado en el programa The world at one, de BBC Radio 4, que la no asistencia de Letby era una prueba más de su "desprecio" hacia las familias. "Realmente es el insulto final". "Hay un veredicto de culpabilidad, existe una sentencia, pero no afrontar las consecuencias de sus acciones habla de un desconocimiento total, no únicamente por el daño que ha causado, sino que es también un insulto a nuestro sistema judicial y al proceso", ha dicho. A raíz de esto, y la indignación de la opinión pública y publicada, el primer ministro, Rishi Sunak, ha confirmado este lunes a mediodía que el gobierno reformará la ley para que los declarados culpables de cualquier delito deban asistir a la lectura de la pena.
El juez James Goss, sin embargo, no ha ahorrado adjetivos para describir la repugnancia que sentía ante los crímenes de Letby, especialista neonatal en el hospital público Countess de Chester, 340 kilómetros al noroeste de Londres. Letby, ha dicho Goss, mostró una "profunda malevolencia, que roza el sadismo". El magistrado destaca que no hay "factores atenuantes" y que la rea no ha mostrado "ningún remordimiento" de sus actos desde que fue detenida, por primera vez, el 3 de julio del 2018. Sus crímenes constituyeron "una campaña cruel, calculada y cínica de asesinato de niños": "Mataste –en este momento se ha dirigido a ella directamente, aunque Letby no estaba presente en la sala– a siete bebés frágiles e intentaste matar a otros seis". "Algunas de tus víctimas solo tenían un día o varios días de vida. Todos eran extremadamente vulnerables", le ha recordado. "Tu crueldad es horrible".
"¿Por qué?"
Desde que el viernes se conoció el veredicto de culpable, la prensa británica ha dedicado cientos de páginas y artículos webs a la que ya es una de las asesinas más odiadas por la sociedad británica, al menos de los últimos cincuenta años. Y muchos de estos artículos se han hecho una misma pregunta: "¿Por qué?" Una pregunta que los meses de juicio –desde el pasado octubre– no han podido responder. Durante el registro que se efectuó en su casa el día en que fue detenida por primera vez, la policía encontró unas notas en las que se podía leer lo que muchos interpretaron como una confesión en toda regla: "No merezco vivir. Los maté a propósito porque no soy lo suficientemente buena para cuidarlos". "Soy una persona horrible, malvada". En mayúsculas, añadía: "Soy malvada, lo hice". Aun así, fue puesta en libertad con cargos; volvió a ser arrestada en el 2019, de nuevo liberada y, finalmente, fue arrestada y acusada formalmente en noviembre del 2020.
Más allá de las notas que la policía encontró en su domicilio, durante el juicio no ha expresado motivación alguna por unos crímenes tan inexplicables como sobrecogedores y, de hecho, rechazó todas las acusaciones. Los métodos que utilizaba para poner fin a la vida de los niños eran terroríficos. Por ejemplo, inyectar aire en las venas de los bebés, en el estómago, sobrealimentarlos con leche, practicarles todo tipo de agresiones físicas o incluso intoxicarlos con insulina.
Lucy Letby empezó a trabajar en la unidad neonatal del hospital Countess de Chester en 2012. Los crímenes por los que ha sido condenada tuvieron lugar entre junio de 2015 y junio de 2016. El jefe de neonatal del hospital, el doctor Stephen Brearey, alertó en junio del 2015 a la dirección del centro del número anormal de muertos entre los bebés –tres, en ese mes–, y siempre durante los turnos de guardia de Letby. Pero el comité del hospital que analizó los casos concluyó que se trataba de errores médicos. Brearey declaró entonces a The Guardian que las muertes ocurridas desde febrero y hasta junio del 2016 podrían haberse evitado si los ejecutivos del hospital hubiesen "respondido adecuadamente" a la preocupación de los médicos. El primer contacto con la policía tuvo lugar en el 2017.
La policía de Cheshire sigue revisando la atención a unos 4.000 bebés que fueron ingresados en el hospital Countess de Chester, y también en el de mujeres de Liverpool, donde Letby había hecho prácticas con anterioridad. La policía también debe decidir si acusa de negligencia a los jefes del hospital.