¿Por qué crece el discurso antiinmigración, aunque bajan las llegadas de inmigrantes a la UE?
Frontex registra una fuerte reducción de la llegada de recién llegados al bloque europeo tras los acuerdos de la UE con terceros países y el incremento de controles fronterizos
BruselasLa entrada de inmigrantes en la Unión Europea se redujo el pasado año hasta los niveles de los años de las restricciones de la pandemia de la covid. Según un informe publicado esta semana por la agencia fronteriza del bloque europeo, Frontex, el número de recién llegados a territorio comunitario en 2024 fue un 38% menos que en 2023. Esta disminución se debe sobre todo al descenso de la ruta del Mediterráneo central, que se va reducir en un 59% y contrarrestó el incremento registrado de, por ejemplo, la ruta de las Islas Canarias. A pesar de estos datos, durante el 2024 la inmigración se ha erigido aún con mayor fuerza en el gran tema de debate político en toda la Unión Europea, y la extrema derecha ha obtenido sus mejores resultados de la historia en unas elecciones a la Eurocámara y ha conquistado aún más gobiernos europeos.
Así pues, ¿cómo puede que gane bastante el discurso contra los inmigrantes mientras disminuyen las llegadas? "La obsesión política y mediática de Europa por la inmigración es indiferente a la realidad, a que las llegadas bajen o suban", responde al ARA la experta en inmigración el centro de investigación Cidob, Blanca Garcés. En la misma línea, la investigadora en migración y diversidad del European Policy Centre (EPC) Anastasia Karatzas recuerda en declaraciones a este diario que las "reclamaciones" de medidas antiinmigratorias no tienen que ver con preocupaciones o cuestiones tan objetivas como el número de inmigrantes y, por este motivo, el discurso contra los recién llegados se desentiende a menudo de los indicadores como los recoge Frontex.
En este sentido, Garcés constata que la inmigración "se ha convertido en un tema de politización de determinados partidos, sobre todo de extrema derecha", y lo vinculan a "la sensación de inseguridad" o, entre otros , esparcen la "idea de ser invadidos" por culturas extranjeras. "Es un elemento que aporta votos a algunas formaciones políticas y, claro, sigue estando en la agenda política", apunta la investigadora.
Por otra parte, Karatzas añade que el descenso del número de inmigrantes que llegan a la Unión Europea también puede ser utilizado por estos mismos partidos y administraciones para demostrar que sus políticas, como los pactos con terceros países para detener a los flujos migratorios, o los centros de retorno de inmigrantes fuera del territorio comunitario, funcionan. De este modo, tal y como señala la experta, "pueden justificar que deben ampliar o seguir tomando este tipo de medidas para reducir aún más" las cifras de recién llegados que logran entrar en el bloque europeo.
Los peligros de los acuerdos con países terceros
Ante esta reducción de los inmigrantes que llegan a la UE por la ruta del Mediterráneo central, Garcés reconoce que los acuerdos de Bruselas y distintos estados miembros con países terceros "tienen un impacto a corto plazo", como los que ha firmado la Comisión Europea de Ursula von der Leyen o la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, con Túnez y Libia. sin embargo, Madrid ya había tomado medidas similares con los acuerdos con Marruecos. "En este sentido, España ha sido pionera", afirma la experta.
Sin embargo, la experta Karatzasles explica que las tendencias de los flujos migratorios no dependen sólo de un factor como pueden ser los acuerdos con países terceros o el incremento de controles fronterizos, sino que "suelen deberse a diferentes motivos" y, por ejemplo , puede estar relacionado con la situación política y económica de los países de origen de los migrantes. Además, estos pactos tienen costes muy elevados, sobre todo en términos de derechos humanos y en países como Libia, Túnez o MarruecosLo mismo ocurre en la ruta de los Balcanes, que el año pasado se redujo un 78%. inmigrantes "restringiéndoles sus derechos" y, entre otros, "cometiendo detenciones sin garantías y devoluciones en caliente".
Otro de los peligros de la externalización de la gestión migratoria es la instrumentalización que hacen estos socios terceros de la UE de la inmigración En el caso de Marruecos y España, por ejemplo, es una constante, y Rabat exprime políticamente Madrid, especialmente en lo que se refiere al reconocimiento del Sáhara Occidental. En cambio, otros estados como el de Túnez o Libia han recibido contrapartidas principalmente económicas y han logrado una lluvia de millones por parte de gobiernos europeos y la propia Unión Europea.
En todo caso, estas medidas han hecho que en parte las rutas del Mediterráneo central y de los Balcanes hayan perdido peso y, de rebote, hayan crecido rutas como la de las Islas Canarias. El pasado año registró un incremento del 18%, y en total pasaron unas 47.000 personas, la cifra más alta desde que en 2009 Frontex empezó a recoger datos. También contribuyó a este incremento, según Garcés, "la situación de países de origen como Malí y de tráfico, como toda la costa africana occidental". De hecho, estos factores son clave para entender el crecimiento de la ruta de las Islas Canarias, aunque sea más peligrosa que las rutas más frecuentes y tradicionales. "Por eso aumentan el número de fallecidos", lamenta Garcés.