Los desafíos globales que pondrán a prueba el liderazgo de León XIV
Uno de los retos será intentar reconstruir lazos con Tel Aviv, enfrentado con el papa Francisco por sus críticas a la guerra de Gaza
Roma"La paz esté con todos vosotros". Así empezó el pontificado de León XIV. Volcado en el balcón de la basílica de San Pedro, en el Vaticano, el nuevo líder espiritual de 1.400 millones de católicos lanzó un alegato a favor de la paz en su primer mensaje en el mundo. "Una paz desarmada", invocó. Pese a la cara afable y la voz casi temblorosa, el programa político del nuevo papa ya se apreciaba en su discurso. En estos tiempos convulsos, la prioridad del pontífice estadounidense será conseguir alcanzar el fin de los conflictos. Un ambicioso objetivo que pondrá a prueba el liderazgo del sucesor de Francisco.
Esta búsqueda incesante de la paz señala un elemento de continuidad con el pontificado del papa argentino, especialmente en Ucrania y Oriente Próximo, donde la diplomacia vaticana no ha logrado frenar el derramamiento de sangre. Y no es por carencia de iniciativa. Con el primer ataque de Rusia sobre Ucrania, en febrero del 2022, la maquinaria diplomática liderada por el secretario de estado, Pietro Parolin, se puso en marcha para intentar frenar la ofensiva. "La Santa Sede está dispuesta a todo por la paz", dijo entonces Francisco. Y sólo 24 horas después de que el primer misil ruso cayera sobre Kiiv, se presentó por sorpresa en la embajada de la Federación Rusa ante la Santa Sede.
En estos tres años de conflicto, el Vaticano ha enviado a varios cardenales a Kiiv y Moscú para tratar con los representantes locales de la Iglesia ortodoxa, pero ninguna iniciativa de mediación, y ni siquiera la autoridad moral de la que gozaba el pontífice argentino, han logrado frenar la escalada. Francisco murió sin ver cumplido su deseo de visitar el país devastado por la invasión rusa. El pontífice aseguró estar dispuesto a viajar a Kiiv, pero con la condición de ir también a Moscú. "Voy a ambos sitios oa ninguno", dijo en una entrevista. Estaba convencido de que debía mantener cierta neutralidad aunque esto le aportara fuertes críticas.
"Ucrania aprecia profundamente la posición constante de la Santa Sede en la defensa del derecho internacional, la condena de la agresión militar de la Federación Rusa contra Ucrania y la protección de los derechos de los civiles inocentes", reconoció el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en el mensaje de felicitación tras el felicitación tras el fallo. "Esperamos el continuo apoyo moral y espiritual del Vaticano a los esfuerzos de Ucrania por restablecer la justicia y conseguir una paz duradera", añadió.
El mismo día que el cardenal Robert Prevost se convertía en el papa León XIV, a tres mil kilómetros de distancia de Roma, en Moscú, Vladimir Putin recibía en el Kremlin al presidente chino, Xi Jinping. El líder del Kremlin también envió un mensaje de congratulación en el que se mostró confiado en que el diálogo constructivo y la interacción establecidos entre Rusia y el Vaticano continuarían desarrollándose sobre la base de los valores cristianos que los unen.
Recomponer los lazos con Israel
La guerra entre Ucrania y Rusia será, sin duda, uno de los desafíos geopolíticos más delicados a los que tendrá que hacer frente León XVI. Fuera de Europa, el papa norteamericano deberá intentar recomponer los lazos diplomáticos con Israel, que llegó a cancelar un mensaje de pésame tras la muerte del papa Francisco en represalia por los reiterados mensajes en los que el jesuita argentino pidió el fin de la operación israelí en Gaza e denunció a los bombardeos el enclave palestino. De hecho, hasta el último momento, Tel-Aviv no confirmó el envío de su embajador ante la Santa Sede como único representante diplomático en el funeral del pontífice argentino.
"Esperamos mejorar las relaciones entre Israel y la Santa Sede y fortalecer la amistad entre judíos y cristianos en Tierra Santa y en todo el mundo", dijo, por su parte, el presidente de Israel, Isaac Herzog, tras la elección de León XIV, mientras que su primer ministro, se va menos conciliador a Benjamin Netanya.
El país natal de Prevost respondió entusiasmado al nombramiento del primer papa estadounidense. Un hecho histórico que rompe una tradición milenaria. En este momento histórico de fuertes tensiones internacionales, las dos personas más influyentes del mundo han nacido en Estados Unidos. Pero está por ver si los orígenes de León XIV influirán en las siempre delicadas relaciones diplomáticas entre el Vaticano y la Casa Blanca, especialmente cuando en el Despacho Oval se sienta Donald Trump.
Diálogo con Pekín
De todos los frentes abiertos, uno de los más inmediatos a los que tendrá que hacer frente el Papa es el desafío chino. Pekín felicitó oficialmente a León XIV y expresó su esperanza de que el Vaticano mantenga una actitud "constructiva" en el diálogo entre ambos países, que no mantienen relaciones diplomáticas desde 1951. Desde entonces, en China, los más de doce millones de católicos están divididos entre los pertenecientes a la Asociación Patrio y la autoridad del papa, y los católicos fieles a Roma, que son perseguidos. Francisco impulsó en el 2018 un histórico acuerdo que permite a ambas partes participar en el nombramiento de obispos, y que fue muy criticado por algunos sectores por considerarlo una concesión a Pekín.
Aunque el pontífice argentino siempre defendió el acuerdo –que se renueva periódicamente– como un éxito diplomático, lo cierto es que las relaciones entre ambos países parecen encontrarse en un punto muerto. Pekín ha nombrado a dos nuevos obispos desde la muerte de Francisco, durante el periodo de su vacante, y no envió a ningún representante a su funeral ni permitió asistir a ningún obispo chino, lo que suscita algunas dudas sobre las verdaderas intenciones del régimen. "Es un buen acuerdo, pero el Vaticano esperaba pasos más importantes en estos años, como un viaje del papa a China", reconoce al ARA el sinólogo Francesco Sisci. La duda es si será León XIV el primer papa en pisar el país comunista.