Escandinavia

El día que Finlandia temió que Putin le invadiera

El presidente Niinistö revela en un libro movimientos para evitar que el Kremlin ocupara una base militar para impedir la entrada del país en la OTAN

Òscar Gelis
3 min
Punt fronterizo de de Imatra, en Finlandia.

CopenhagueFinlandia se ha preparado durante décadas para responder a un eventual ataque lanzado desde Rusia. En la conciencia de los finlandeses pesa el hecho de que, bajo el imperio de los zares o de la Unión Soviética, el país ha sufrido un intento de invasión por parte de su vecino del este al menos una vez cada cien años. Ya en 2007, el entonces ministro de Defensa finlandés, Jyri Häkämies, dijo en un discurso pronunciado desde Washington: "Debido a nuestra situación geográfica, los tres principales desafíos a la seguridad de Finlandia son Rusia, Rusia y Rusia" .

La amenaza de Moscú ha marcado la estrategia de defensa nacional de Finlandia, hasta que el pasado mes de abril el país nórdico completó el paso histórico de adherirse a la OTAN. Desde el colapso de la Unión Soviética, la política de defensa de Finlandia ha estado marcada por un realismo pragmático, es decir, frente a Rusia los finlandeses han estado preparándose "para el peor escenario posible". Ahora, se han revelado nuevos detalles que demuestran que este miedo en el gobierno de Helsinki fue genuino y se materializó en febrero del 2022 cuando Rusia inició la invasión a gran escala de Ucrania.

Los preparativos que Finlandia puso en marcha para defenderse de un hipotético ataque por parte de Rusia se han destapado recientemente en el libro del periodista Lauri Nurmi, que lleva por título El camino secreto de Finlandia hacia la OTAN, publicado, de momento, sólo en finlandés. El libro se basa en más de diez horas de entrevistas que el periodista ha realizado con el presidente finlandés Sauli Niinistö y con otros miembros del anterior gobierno liderado por Sanna Marin.

Según se explica, el escenario que se preveía desde Helsinki en las horas inmediatamente posteriores al inicio de la guerra en Ucrania era que desde Rusia se intentara provocar un conflicto “congelado” con Finlandia. En el libro, fuentes militares revelan que el temor era que fuerzas rusas de paracaidistas intentaran tomar el control del aeropuerto de Ivalo, la base aérea más al norte del país, cerca de la frontera rusa.

En una entrevista con ARA, Lauri Nurmi asegura que el objetivo de Moscú con este ataque habría sido impedir la petición de Finlandia de ingresar en la OTAN, ya que los estatutos de la alianza militar no permiten la adhesión países que están en conflicto abierto. Otros detalles del libro revelan la gravedad de los momentos vividos en el país nórdico, como el hecho de que se desplegaron armas de asalto entre la guardia fronteriza para defender los aeropuertos. En el libro, la alcaldesa de la ciudad de Kerava, en las afueras de Helsinki, también explica que se avisó a los municipios de que se prepararan para un posible bombardeo a la población civil. Además, también hubo un plan para que instituciones estatales, como los tribunales, se prepararan para trasladar sus actividades a búnkeres subterráneos.

La versión del presidente

En una de las entrevistas recogidas en el libro, el presidente Niinistö explica que los servicios de inteligencia del Reino Unido ya alertaron de los temores de un ataque ruso en Finlandia tres meses antes del inicio de la guerra en Ucrania . En la cumbre por el clima celebrada en Glasgow en noviembre de 2021, el entonces ministro de Defensa británico, Ben Wallace, ofreció a Niinistö fortalecer la cooperación militar bilateral entre ambos países.

Las páginas del libro también detallan los esfuerzos del presidente finlandés cuando ya se estaban acumulando en la frontera ucraniana. Un mes antes del inicio de la ocupación, a petición del presidente estadounidense Joe Biden, Niinistö habló con Vladimir Putin con el objetivo de reconducir la situación y evitar el conflicto. Pese a la larga conversación, que duró varias horas, Niinistö constata su frustración ante la falta de éxito de su misión diplomática. La conversación acabó con Niinistö utilizando un tono duro hacia Putin, advirtiéndole de que si comenzaba una invasión en Ucrania, Finlandia reconsideraría su estatus de no adhesión a la OTAN: “Putin entendió el mensaje”, dice Niinistö , pero no le importó demasiado.

El trabajo de Nurmi también revela algunos episodios que sirven para ilustrar el deterioro de las relaciones entre Finlandia y Rusia desde el año 2012. “Rusia siempre ha representado un socio comercial muy importante para Finlandia, pero las relaciones diplomáticas han estado marcadas por la tensión y la desconfianza” explica el autor. Durante un encuentro entre Sergei Lavrov, ministro de Exteriores del Kremlin desde 2004, y su homólogo finlandés, Pekka Haavisto, el ruso pidió beber vodka finlandés Koskenkorva. Siete rondas después, Lavrov parecía inmune a los efectos del alcohol, mientras que Haavisto estaba completamente ebrio y temía revelar algún secreto ante las preguntas insistentes del ministro. Haavisto finalmente admite que Lavrov le puso una trampa con el vodka.

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