El éxodo casi total del Alto Karabaj: más del 80% de la población ya ha huido a Armenia
Más de 100.000 personas ya se han ido del enclave, controlado ahora por Azerbaiyán
BarcelonaEl Alto Karabaj está quedando desierto a marchas forzadas. Lo que tantos preveían, el éxodo masivo de armenios, es ya una realidad. En poco más de una semana, desde que Azerbaiyán recuperó el control de esta zona en una rápida operación militar, más de 100.000 personas han huido hacia Armenia, según la cifra que han difundido este sábado por la mañana tanto el gobierno de Ereván como el Alto Comisariado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Antes de la ofensiva azerí del 19 de septiembre, en el Alto Karabaj vivían unas 120.000 personas: más del 80% han huido desde entonces. Y en las redes sociales se siguen difundiendo fotos y vídeos de largas colas de coches que esperan para poder entrar en Armenia.
"Muchos [de los refugiados] llegan hambrientos y exhaustos y necesitan asistencia inmediata", ha dicho el jefe de ACNUR, Filippo Grandi, en la plataforma X (antiguo Twitter). Y ha añadido que la agencia de la ONU y otras organizaciones humanitarias están intensificando su apoyo a las autoridades armenias, pero que hace falta ayuda internacional "muy urgentemente". Armenia pidió asistencia a la Unión Europea para gestionar la gran cantidad de refugiados que está recibiendo, según informó el gobierno italiano este sábado. En concreto, Ereván ha pedido refugios temporales y productos médicos.
Este viernes la ONU anunció que durante el fin de semana enviaría una misión al Alto Karabaj para evaluar la situación e identificar las necesidades humanitarias. "No hemos tenido acceso en unos 30 años, así que es muy importante poder entrar", dijo el portavoz de la secretaría general de la ONU, Stéphane Dujarric, quien añadió que la misión cuenta con el apoyo del gobierno de Azerbaiyán.
Final abrupto a 30 años de conflicto
El conflicto del Alto Karabaj –un enclave de mayoría armenia dentro de territorio azerí–, que llevaba tres décadas latente –con dos guerras por el camino–, culminó de forma violenta y abrupta cuando la semana pasada Azerbaiyán lanzó una ofensiva militar que acabó con la rendición de la autoproclamada república de Artsaj sólo 24 horas después. Bakú anunció entonces que el territorio sería reintegrado al sistema legal y administrativo de Azerbaiyán y el gobierno separatista karabajiano anunció este jueves que la república dejará de existir en enero de 2024.
Gran parte de los refugiados tienen familia o amigos en Armenia con quienes pueden quedarse a vivir temporalmente, mientras que unos 32.000 han aceptado alojamientos ofrecidos por las autoridades, según los últimos datos oficiales. El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, ya afirmaba este jueves que en pocos días no quedaría ningún armenio en el Alto Karabaj, una situación que ha calificado reiteradamente de "limpieza étnica" por parte de Azerbaiyán, algo que Bakú niega. La ONU ha asegurado que el respeto de los derechos de las minorías es una cuestión prioritaria de la misión sobre el terreno.
Manifestaciones en Ereván
Mientras, en Armenia se siguen organizando concentraciones para criticar la gestión del gobierno con la crisis en el Alto Karabaj. Este sábado varios miles de personas se han reunido en la capital, Ereván, para pedir la dimisión del primer ministro, al que acusan de haber abandonado la autoproclamada república de Artsaj, informa la agencia Efe. Entre los manifestantes, concentrados en la plaza de la República, se escucharon gritos de "Nikol, traidor!", pero no se produjeron incidentes.
La manifestación la ha convocado el opositor Comité Nacional, creado el 19 de septiembre, cuando se produjo la primera protesta contra la inacción del gobierno de Pashinián para proteger a los armenios del Alto Karabaj. Las concentraciones se repitieron todos los días hasta que se suspendieron el martes de esta semana para centrar los esfuerzos en atender a los refugiados. Según la oposición, hasta el 25 de septiembre la policía detuvo a más de 200 participantes en las protestas.