La familia más rica del Reino Unido, acusada de explotación laboral y tráfico de personas
Cuatro miembros de los Hinduja, propietarios del inmueble donde se encuentra el hotel más lujoso de Londres, se enfrentan a una petición de cinco años y medio de cárcel en Suiza
LondresLos ricos y los inmensamente ricos también pueden ser muy miserables. Al menos a los ojos de un fiscal suizo bien conocido de la justicia española, Yves Bertossa, el primer procurador de la esquina de Ginebra, que ha acusado este lunes a cuatro miembros de la familia más adinerada del Reino Unido, los Hinduja, cuya fortuna llega a los 43.000 millones de euros de acuerdo con la lista de The Times, de "gastar más dinero en su perro que en uno de sus criados". En resumen, de mantener trabajadores en régimen de casi esclavitud.
Tanto es así que el fiscal ha pedido pena de prisión de cinco años y medio para Prakash Hinduja, de 78 años, y Kamal, su esposa; y de cuatro años y medio para Ajay y Namrata, el hijo de los dos primeros y su esposa. Sin embargo, el fiscal ha exigido que los encausados depositen 1.050.000 euros para satisfacer los gastos judiciales y paguen otros 3,7 millones de euros a un fondo de compensación para el personal de la residencia de la villa que tienen en el lago Lemán.
El fiscal Bertossa, que ha llevado la causa a un tribunal de Ginebra, es el mismo que entre agosto de 2018 y diciembre de 2021 investigó la transferencia de cien millones de dólares (64,8 millones de euros) realizada en 2008 desde Arabia Saudita a la cuenta corriente de la fundación Lucum, propiedad del entonces rey de España, Juan Carlos I.
Siete euros por 18 horas de trabajo
Las condiciones laborales de los empleados de aquella residencia en el lago Lemán están en el origen del proceso criminal. Los implicados niegan cualquier irregularidad y se escudan en el desconocimiento de las condiciones en las que trabajaban sus sirvientes, contratados por una de las filiales del grupo, con sede en la India. Pero de acuerdo con el ministerio público, una de las empleadas de la mansión cobraba sólo siete francos suizos (7,32 euros) por trabajar hasta 18 horas al día, siete días a la semana, según reportó Bloomberg. La misma agencia de información ha asegurado que Bertossa ha aportado como prueba un documento presupuestario titulado "mascotas", que mostraba cómo la familia gastó 9.000 euros en un año para el cuidado y la alimentación del perro familiar, casi cuatro veces más que para la empleada.
Las pruebas también indicarían que los contratos de personal excluían ninguna referencia a horas o días de trabajo específicos. En consecuencia, el fiscal sugirió ante el tribunal que los trabajadores debían estar disponibles en cualquier momento a petición de sus dueños, y que no tenían ninguna o muy poca libertad de movimientos mientras prestaban servicio a su familia. Bertossa asegura que habían incautado el pasaporte al personal y que no se les permitía salir de casa sin permiso.
El historial de los Hinduja avalaría, en principio, las graves acusaciones del fiscal. Porque la semana pasada, la familia y su personal de la villa de Ginebra llegaron a un acuerdo en un caso civil por explotación de trabajadores, que se presentó por primera vez hace seis años. El pacto no excluye la continuidad de la causa penal por presuntos delitos de tráfico y explotación de personas.
Sin poner en cuestión la presunción de inocencia, lo cierto es que los titulares llegados desde Suiza han causado cierta incredulidad en Reino Unido. No en vano, los Hinduja son una saga muy conocida en las islas británicas. El patriarca actual, Gopichand GP Hinduja, de 84 años, nacido en India pero con residencia en Londres, es el máximo responsable del grupo, que tiene intereses empresariales en 48 países y negocios en al menos 12 sectores, desde los servicios financieros hasta la tecnología o bienes inmobiliarios , así como empresas energéticas y medios de comunicación.
Lujo sin límite
A finales del pasado septiembre, en el número 57 de la avenida de Whitehall, frente al museo de las caballerizas reales ya cien y pico metros de la valla que protege Downing Street, se inauguró lo que ahora se considera el hotel más lujoso de Londres, y posiblemente uno de los cinco más lujosos del mundo: The OWO, un establecimiento gestionado por el grupo Raffles que está situado en las antiguas dependencias del Old War Office, el ministerio de la Guerra del Reino Unido entre los años 1906 y 1964, y por donde pasaron desde TE Lawrence (Lawrence de Arabia ) hasta Winston Churchill o también Ian Fleming, el creador de James Bond.
A la fiesta de inauguración del hotel asistieron, entre otros, la princesa Beatriz, el compositor Andrew Lloyd-Webber o el tenor italiano Andrea Bocelli. El anfitrión era Gopichand GP Hinduja. Durante la fiesta prometió que The OWO sería el mejor hotel del mundo. Tiene potencial para serlo sin duda. E historia. Y es también uno de los más caros. La habitación estándar cuesta algo más de 1.180 euros la noche. La suite Haldane, en donde Churchill llegó a tener escritorio mientras dirigía el gobierno durante la Segunda Guerra Mundial, casi 30.000. Solo una noche.
El hotel tiene 120 habitaciones y el edificio, justo en la yema del huevo de Londres, cuenta también con 85 apartamentos de superlujo y nueve restaurantes. En 2016, a través de su grupo empresarial, los Hinduja compraron el edificio del antiguo ministerio de la Guerra en el gobierno británico por 415 millones de euros. En la restauración, realizada en sociedad con la compañía española Obrascon Huarte Lain Desarrollos, especializada en este tipo de trabajos, han invertido poco más de mil millones. Cuando los Hinduja compraron The OWO, todavía estaba vivo el hermano mayor de Gopichand, y entonces patriarca y jefe de la familia, Srichand Hinduja. En mayo del 2023, cuatro meses antes de la inauguración del hotel, murió a los 87 años.
El historial familiar no sólo es de disputas con empleados. También entre los miembros del clan. Hace diez años que los hijos de Srichand, Shanu y Vinoo, libran una batalla judicial con sus tres tíos: Gopichand, Prakash y Ashok. Más o menos, las crónicas judiciales del pleito tienen mucho parecido a las peleas del famoso clan Roy, de la serie Sucesión.