Reino Unido

Juicio a Boris Johnson: "mintió" y "despreció" al Parlamento sobre el Partygate

El Comité de Privilegios de los Comunes hace públicas sus conclusiones sobre las fiestas ilegales en Downing Street

4 min
Boris Johnson, este jueves por la mañana, volviendo a su mansión de campo después de hacer una carrera porque los fotógrafos capten una instantánea.

LondresSin sorpresas. El Comité de Privilegios de la Cámara de los comunes ha concluido que el ex primer ministro británico, Boris Johnson, "mintió deliberadamente" y "despreció" en varias ocasiones al Parlamento en relación con las fiestas ilegales en Downing Street durante los confinamientos, el conocido escándalo del Partygate, que acabó con su liderazgo en julio del año pasado. No hay precedentes en la historia política británica de un comportamiento parecido por parte de un premier en el ejercicio de su cargo.

En un informe de poco más de cien páginas, publicado este jueves por la mañana, los siete miembros del panel –cuatro de ellos conservadores– destrozan la reputación ética y moral de Johnson como político, si es que le quedaba alguna. Afirman que en reiteradas ocasiones mintió al Parlamento y que intentó confundir a la Cámara y al Comité de Privilegios con sus declaraciones, entre otras, en relación con la distinción entre reglas, de obligado cumplimiento, y recomendaciones a seguir en cuanto a reuniones durante los mencionados periodos de confinamientos durante la pandemia.

Por "engañar deliberadamente a la Cámara", "inducir deliberadamente al error al Comité", "romper la confianza", "impugnar al Comité y, por lo tanto, socavar el proceso democrático de la Cámara [de los Comunes]" y "ser cómplice de la campaña de maltratos e intentos de intimidación del Comité", el informe concluye que Johnson tendría que ser suspendido como diputado durante noventa días. Un castigo que ya no se podrá aplicar porque, ante un adelanto del informe, que se le entregó a finales de la semana pasada, el ex primer ministro renunció al escaño como diputado y atacó de forma visceral a los diputados que lo habían juzgado.

Ante la imposibilidad de hacer efectiva la suspensión, se recomienda, pues, "que no tenga derecho al pase de antiguo diputado". Recientemente, este privilegio solo se le ha negado al expresidente de los Comunes, John Bercow, pero por otras motivaciones: precisamente la venganza del Partido Conservador por haber dado aire a los diputados de segunda fila que querían combatir el Brexit durante el periodo 2016-2019.

La dureza del castigo inicial propuesto es enorme. Porque solo una suspensión de diez días como diputado ya sería suficiente para convocar una elección parcial en su distrito. Noventa días es nueve veces el mínimo para abrir la puerta al procedimiento y pone de relieve la gravedad de la conducta del político, al parecer de los diputados.

Letra pequeña… y devastadora

En la letra pequeña del informe no sobra ni una palabra, y pone al desnudo la verdadera personalidad de un político que, como es bien sabido, ha hecho una carrera tanto periodística como después en la esfera pública basada en el engaño y la mentira continuada, sin que esto le haya supuesto ningún desgaste, más bien al contrario.

En este sentido, es clarificadora la frase en la que, después de repasar las pruebas y analizar el lenguaje y las expresiones utilizadas por el ex premier, se lee: "Pensamos que algunas de las negaciones y explicaciones del señor Johnson eran tan falsas que por su naturaleza eran intentos deliberados de engañar al Comité y a la Cámara, mientras que otras [explicaciones] demostraron deliberación debido a la frecuencia con la que cerraba su mente a la verdad. Por estos motivos concluimos que la conducta del señor Johnson fue deliberada y que ha cometido un grave desprecio a la Cámara".

La Cámara tendrá que pronunciarse sobre si acepta o no el veredicto, manifestado por unanimidad, del Comité. Como recuerdan sus miembros, sus decisiones son "discutibles y enmendables". Será el momento de comprobar, realmente, cuántos aliados tiene todavía Boris Johnson en el grupo parlamentario conservador. Cuanto menos de momento, hasta que el partido no lo vuelva a llamar para resarcirse de la más que previsible derrota a las elecciones generales del año próximo; elecciones que Rishi Sunak podría avanzar a otoño de este año, según apunta esta mañana de jueves The Independent .

Lo que ya se puede avanzar también es que un grupo de fieles a Boris ha empezado una campaña de apoyo al ex premier. A estas alturas es difícil decir hasta qué punto irán a la guerra contra el Comité e intentarán doblegar a Downing Street. Pero algún diputado ya ha expresado en Twitter su solidaridad con Johnson. Es el caso de Brendan Clarke-Smith, que ha dicho: "Estoy horrorizado por lo que he leído y las conclusiones llenas de rencor y exageradas del informe. No apoyaré las recomendaciones y hablaré en contra de ellas tanto públicamente como en la Cámara el lunes. Apoyo a la equidad y a la justicia, no a los tribunales de la farsa".

Reacción de Johnson

Menos de una hora después de la publicación del informe, Boris Johnson ha reaccionado con un comunicado todavía más duro, y algo más largo, que el del pasado viernes. En 1.700 palabras, el ex premier asegura: "El Comité dice ahora que engañé deliberadamente a la Cámara, y que en el momento en el que hablaba estaba ocultando conscientemente a la Cámara mi conocimiento de acontecimientos ilícitos. Esto es un disparate. Es mentira. Para llegar a esta perturbada conclusión, el Comité está obligado a decir una serie de cosas que son evidentemente absurdas, o contradicen los hechos”.

Como ya dijo en reiteradas ocasiones en la Cámara, los acontecimientos que muestran las fotografías hechas públicas de las fiestas y celebraciones en Downing Street eran "razonablemente necesarios para finalidades laborales y, sobre todo, no se me pasó por la cabeza, tal como dije en la Cámara de los comunes, que los acontecimientos fueran ilegales". Una vez más, Johnson muestra en esta declaración una característica muy concreta de su personalidad: hay reglas e interpretaciones de las reglas diferentes, en función de quien las tenga que acatar, si él o el resto de los ciudadanos.

Que las repercusiones del Partygate y del informe están lejos de desvanecerse lo demuestra otro de los ataques de Johnson, que dirige su ira contra el diputado conservador Bernard Jenkin, miembro del Comité de Privilegios. Boris Johnson asegura que Jenkin se tendría que haber apartado voluntariamente de la investigación después de que la web de información política Guido Fawkes alegara que asistió a una fiesta en la Cámara de los comunes en diciembre del 2020, cuando las reuniones sociales fuera de los hogares o entre diferentes burbujas de convivencia estaban prohibidas en Londres.

stats