Italia

Mattarella acepta la dimisión de Draghi e Italia convoca elecciones

La crisis, que desestabiliza al país y Europa en un momento crucial, puede favorecer a la derecha en las urnas

El primer ministro italiano, Mario Draghi, llegaba hoy al palacio presidencial para presentar, de nuevo, su dimisión.
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RomaMario Draghi tira la toalla. Y esta vez es la definitiva. El primer ministro italiano ha presentado este jueves la dimisión al presidente de la República, Sergio Mattarella, después de perder el apoyo de la mayoría parlamentaria que lo sostenía al frente de un gobierno de unidad nacional desde febrero del 2021. Mattarella, que había hecho esfuerzos en los últimos días para mantener a Draghi en el poder, ha aceptado la renuncia del economista y mantendrá el gobierno en funciones para gestionar los asuntos urgentes hasta la formación de un nuevo ejecutivo. Este jueves por la tarde, el presidente ha disuelto el Parlamento y ha anunciado la convocatoria de elecciones anticipadas para el 25 de septiembre. Roma ya anda hacia una nueva crisis política que añade incertidumbre e inestabilidad a un contexto difícil, marcado por la guerra en Ucrania y sus consecuencias económicas, y que resonará en todo Europa.

La crisis en el gobierno italiano se precipitó hace solo siete días. Draghi presentó su dimisión a Mattarella después de que el Movimiento Cinco Estrellas (M5E), el principal partido de la coalición gubernamental que encabezaba el expresidente del Banco Central Europeo, rechazara votar en el Senado la semana pasada un importante decreto con ayudas económicas para paliar los efectos de la inflación y el aumento del precio de la energía porque lo consideraban insuficiente. Aun así, el presidente de la República no aceptó la renuncia del primer ministro y lo instó a verificar en el Parlamento si contaba con los apoyos necesarios para seguir al frente del ejecutivo y evitar una nueva crisis política. Durante estos días, Draghi recibió apoyo y presiones desde la propia Italia, pero también desde Europa y Estados Unidos, para que mantuviera el cargo.

Así pues, el aún primer ministro compareció en el Senado el miércoles y abrió la puerta a dar marcha atrás en su decisión si los socios de la coalición se comprometían a firmar un nuevo pacto de legislatura para aprobar las reformas prometidas a la Unión Europea para acceder a los Fondos de Recuperación, de los cuales el país transalpino es el beneficiario más grande. Draghi obtuvo la confianza con 95 votos a favor y 38 en contra, aunque solo votaron 133 del total de 320 senadores. Pesos pesados como la Liga, Fuerza Italia y el Movimiento Cinco Estrellas no participaron en la votación, lo cual certificaba el final de la legislatura y condenaba a Italia a un retorno anticipado a las urnas que favorece a la derecha.

Después de una noche de reflexión, el expresidente del Banco Central Europeo se ha presentado en la Cámara de los diputados este jueves por la mañana, donde ha sido recibido con un largo aplauso. "Como veis, a veces el corazón de un banquero también se usa", ha dicho, emocionado, a los diputados. Seguidamente, ha anunciado su dimisión.

Putin, en el centro

"El gobierno ha sido derrocado por aquellos que guiñan el ojo a Putin: han sido Giuseppe Conte y Matteo Salvini los que querían hundir la agenda de Draghi", ha denunciado, poco después, el ministro de Asuntos Extranjeros en funciones, Luigi Di Maio, que abandonó el Movimiento Cinco Estrellas en junio junto con 60 parlamentarios disidentes para formar su propio partido.

Y es que la invasión rusa de Ucrania ha retratado las filias y fobias de los partidos populistas italianos, tradicionalmente alineados con Moscú, y está en el origen de la crisis que se ha llevado el gobierno del ex banquero. En el caso de la M5E --que gobernó con la Liga entre el 2018 y el 2019-- su rechazo a armar Kiev para defenderse de la agresión rusa precipitó la división del partido y la descomposición del gobierno de unidad nacional.

Matteo Salvini, por su parte, ha sido un auténtico equilibrista durante estos últimos meses, tratando de mantener el apoyo al gobierno para evitar una revolución entre los empresarios del norte del país que forman parte de su electorado, sin perjudicar la sospechosa alianza que une el Kremlin con el partido ultraderechista, el cual la Fiscalía de Milán investigó el 2019 por presunta financiación irregular por parte de oligarcas rusos próximos a Putin.

El primer ministro italiano, Mario Draghi, durante la cuestión de confianza de este miércoles en el Senado .

La derecha, favorita

La caída del tercer ejecutivo italiano en cuatro años ha provocado un terremoto político, habitual, por cierto, en el país transalpino: desde la Segunda Guerra Mundial, los gobiernos han durado una media de trece meses. A la descomposición en marcha desde hace meses en las filas del M5E se unió la abrupta salida de dos históricos miembros del partido de Silvio Berlusconi, los dos ministros del gobierno Draghi, que abandonaron Fuerza Italia acusando al Cavaliere y a su entorno de irresponsables. Y podrían no ser los últimos.

“Los italianos demostrarán en las urnas que son más sabios que sus representantes”, dijo, con amargura, el líder del Partido Demócrata, Enrico Letta, que acusó a la derecha de ser la responsable de la caída del gobierno, pero olvidó que la crisis la abrió el M5E, con quien los socialdemócratas aspiran a crear una alianza política para desafiar en las próximas elecciones la coalición conservadora formada por la Liga, Fuerza Italia y Hermanos de Italia, a quien todas las encuestas apuntan como favoritos para vencer en las urnas.

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