Francia

El primer ministro francés fuerza los presupuestos por decreto y se expone a una moción de censura

La extrema derecha de Le Pen debate si derribar o no a Bayrou

Francois Bayrou en una imagen de archivo
03/02/2025
3 min
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ParísMenos de dos meses después de su nombramiento, el nuevo gobierno francés vuelve a estar en la cuerda floja. El primer ministro, François Bayrou, y su ejecutivo podrían ser censurados este miércoles. Bayrou, como era previsible, no encontró el apoyo parlamentario necesario para aprobar los presupuestos de este año y anunció que no los someterá a votación en la Asamblea Nacional. El gobierno utilizará una herramienta constitucional, el artículo 49.3 de la carta magna francesa, para aprobarlos sin necesidad de que el Parlamento les vote ni pueda revocarlos.

Recurrir al 49.3 comportará la presentación inmediata de una moción de censura por parte de algunas formaciones de izquierda, que se votará previsiblemente el miércoles. El guión es el mismo que el de hace dos meses, cuando la Asamblea censuró al gobierno del conservador Michel Barnier sólo tres meses después de ser nombrado. Barnier aprobó los presupuestos sin pasar por la Asamblea y el bloque de izquierdas y la extrema derecha le derribaron de inmediato.

Bayrou podría terminar como su predecesor. El primer ministro ya hizo frente a una primera moción de censura hace cuatro semanas, pero en esa ocasión la salvó. Ahora podría ser diferente porque la extrema derecha de Marine Le Pen duda de si votar o no la censura, mientras que los socialistas han anunciado finalmente que no apoyarán pero pueden haber votos disidentes, como ya hubo en una otra moción que se votó en enero. El resultado de la votación es, pues, incierto.

División interna

En el partido socialista hay división interna. Hay presión de una parte de la formación para derribar a Bayrou, de centroderecha, sobre todo después de hablar en una entrevista de "sentimiento de inmersión migratoria". Luego puntualizó que estaba a favor de la inmigración, pero que había que ponerle límites claros. Pese a la decisión de la cúpula socialista de no apoyar la censura -lo ha anunciado este lunes a primera hora de la tarde- se da por supuesto que algunos diputados no van a seguir la consigna de voto. Si hay una veintena de disidentes -y finalmente los de Le Pen votan la moción-, Bayrou caerá.

El ex primer ministro socialista Lionel Jospin ha hecho un llamamiento a los socialistas a no votar la censura para evitar que la crisis política se agrave y ha advertido de que es necesario un gobierno estable ante una situación económica "dramática". Según Jospin, "votar a la censura no sería responsable". Su opinión ha hecho decantar la balanza en la cúpula del partido.

Los de Le Pen siguen debatiendo internamente, calculando las consecuencias políticas de votar la censura. No para el país, sino por sus propios intereses. Por un lado, supondría demostrar que tienen la sartén por el mango. Pero por otro, contribuir al caos ya la inestabilidad política que vive Francia podría girársele en contra a Le Pen, que aspira a ser la próxima presidenta de Francia. Reagrupament Nacional ha anunciado que decidirá esta noche el sentido de su voto, cuando Bayrou haya confirmado que no someterá los presupuestos a votación –este lunes por la tarde ya debe debatirse la primera parte de las cuentas, la que hace referencia a la Seguridad Social– y algún partido de izquierda haya presentado la moción de censura.

La situación de inestabilidad política que vive Francia es la consecuencia de la inexistencia de mayorías claras en la Asamblea Nacional. Desde las elecciones legislativas de julio del año pasado, ningún grupo político tiene una mayoría clara, lo que obliga al gobierno a buscar mayorías sumando diferentes fuerzas. Desde julio, ningún gobierno ha logrado pactar los presupuestos.

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