La polémica sobre la aplicación de la eutanasia a personas con enfermedades mentales
El caso de Zoraya, una chica de 28 años que ha pedido morir porque sufre depresión, sacude a los Países Bajos
BarcelonaLos Países Bajos llevan la libertad por bandera. Fue el primer estado del mundo en aprobar el matrimonio igualitario, y uno de los primeros en legalizar el consumo de marihuana o en regular la prostitución. Los neerlandeses también fueron pioneros en aprobar una ley de eutanasia. Lo hicieron en el 2002, aunque desde los años 80 existían ya disposiciones judiciales para llevarla a cabo en algunos casos concretos. Ahora, el caso de Zoraya Ter Beek, una chica de 28 años que ha pedido poner fin a su vida por el sufrimiento que le causan sus trastornos mentales, ha reabierto el debate en el país: ¿hasta qué punto debemos ser libres para escoger cuando morimos?
Zoraya tiene autismo y trastornos de personalidad y lucha contra una depresión desde hace más de una década. Vive con su pareja, de la que dice estar “felizmente enamorada”, en Oldenzaal, un pueblo cerca de la frontera con Alemania. Tomó la decisión después de que su psiquiatra le dijera que "no mejoraría más" y que "no había nada más que hacer".
Su caso ha provocado cierto trasiego, pero el hecho es que Zoraya cumple todos los requisitos que pide la ley de eutanasia de los Países Bajos, una de las más laxas del mundo. La aplicación de la eutanasia, o bien la ayuda al suicidio, son legales en el estado neerlandés siempre que el paciente tenga un sufrimiento insoportable sin previsión de mejora, su médico le haya informado de su situación y de las opciones que tiene, y haya sido una decisión voluntaria y bien meditada. El médico debe estar convencido de que no existe alternativa razonable, y debe corroborar el diagnóstico con al menos un segundo médico. Una vez que lo ha hecho, debe garantizar que el paciente tendrá la atención médica adecuada para poner fin a su vida.
A diferencia de España, donde en cada comunidad existe una comisión que revisa una por una todas las solicitudes, los Países Bajos supervisan los casos una vez el paciente ya ha recibido la eutanasia. Un comité de expertos regional (RTE por sus siglas en neerlandés) controla a los médicos y puede abrir casos penales contra quien no haya seguido todos los requisitos.
Eutanasia y enfermedades mentales
Si un paciente tiene un trastorno mental que le provoca un sufrimiento insoportable, la eutanasia es legal. Sin embargo, para casos en los que el sufrimiento del paciente viene motivado únicamente por enfermedades mentales, se pide a los médicos una especial atención. Se recomienda siempre, aunque no sea obligatorio, que uno de los dos médicos que debe revisar el caso sea psiquiatra. Además, debe determinarse claramente que la capacidad de juicio del paciente no se ha visto afectada por su enfermedad. De momento, 115 personas con una enfermedad mental se han sometido a una eutanasia en Países Bajos, lo que representa el 1,3% de total.
De hecho, de los pocos estados que actualmente tienen ley de eutanasia sólo los países del Benelux permiten pedirla en casos de enfermedad mental. La ley en España no lo prohíbe explícitamente, pero el Tribunal Constitucional sentenció a raíz de un recurso presentado por Vox de que la enfermedad debe ser “somática en su origen” y, por tanto, no considera “sufrimientos graves la enfermedad psicológica o la depresión”. Canadá, que aprobó su ley de eutanasia en el 2016 y la amplió en el 2021, se dio dos años para acordar cómo trataría estos casos y el mes pasado amplió este plazo hasta el 2027. En Francia, donde Macron acaba de presentar un proyecto de ley de eutanasia, el texto prevé que sólo puedan poner fin a su vida las personas que tengan una condición que les conduzca a la muerte "a medio y corto plazo".
Más allá de los debates éticos, la eutanasia es una opción que los neerlandeses eligen cada vez más. Incluso el ex primer ministro Dries Van Agt escogió morir así en febrero con su esposa, Eugenie. En 2022, 8.720 personas optaron por esta vía, es decir, el 5,1% de las muertes totales ese año, según datos de los RTE. Es una cifra muy por encima de los 370 españoles que han pedido la eutanasia, pero cercana a la de otros países donde hace más años que la ley se aprobó, como Canadá (el 4% en 2022) o Bélgica (2 ,5%).
En su informe anual, el director de los RTE, Jeroen Recourt, explica que el aumento de solicitudes ralentizó el tiempo de revisión de los casos y anuncia que “intentarán aumentar la plantilla” para hacerle frente. También se resiente de este incremento el centro neerlandés de experiencia en la eutanasia, que apoya a médicos y pacientes inmersos en este proceso. “Ahora mismo nos es difícil honrar todas las peticiones de consejo y ayuda que recibimos”, confiesan al ARA.