La preciada oferta de Zelenski aTrump para no perder el apoyo de EEUU ante Putin
El acuerdo ya se negociaba con la administración Biden, pero Kiiv ha retrasado la firma para brindarle un triunfo al nuevo presidente


LondresLa visionaria declaración de Donald Trump de la madrugada del miércoles, explicando junto a Benjamin Netanyahu desde la Casa Blanca que Estados Unidos tomarán el control de la Franja de Gaza, donde se levantará una especie de nueva "Rivière de Oriente Próximo", ha eclipsado otros comentarios altisonantes que ha hecho a lo largo de esta semana. De hecho, el presidente estadounidense es una máquina sin freno de generar titulares polémicos cayendo en el riesgo de que unos escondan otros: aranceles, Groenlandia, el canal de Panamá, Guantánamo, la paz de Ucrania, etcétera. Y en medio de tanta incontinencia verbal y de tanta firma de órdenes ejecutivas, el lunes Trump dijo que quería establecer un acuerdo que permitiera que EEUU accediera a los recursos de tierras raras de Ucrania a cambio de ayuda militar y económica continuada en Kiiv.
"Estamos buscando establecer un acuerdo para asegurar lo que les estamos dando a cambio de sus tierras raras y otras cosas", dijo. Al mismo tiempo, sugirió que el gobierno del presidente Volodímir Zelenski estaba abierto. "Estamos invirtiendo cientos de miles de millones de dólares. Tienen grandes cantidades de tierras raras. Quiero seguridad sobre estas tierras raras, y están dispuestos a darlas".
En efecto, Ucrania tiene enormes reservas de estos elementos, considerados estratégicos para el mundo del siglo XXI. Un informe del World Economic Forum de julio del año pasado identificaba hasta 20.000 yacimientos de 117 elementos distintos. Ucrania es un proveedor potencial clave de titanio, litio, berilio, manganeso, galio, uranio, circonio, grafito, apatita, fluorita y níquel. A pesar de la guerra, iniciada hace ahora casi tres años, el país posee las mayores reservas de titanio de la Europa (y 7% de las reservas mundiales). El titanio es un elemento imprescindible para la industria del armamento, la industria aeroespacial, la médica, la automovilística y la naval.
Las reservas de Ucrania
Antes de la invasión rusa, investigadores ucranianos estimaron que en el este del país –la zona más amenazada por el ataque de Putin– había no menos de 500.000 toneladas de óxido de litio. En noviembre del 2021, European Lithium, una empresa australiana, informó de que estaba en proceso de asegurar los derechos de dos prometedores yacimientos en la región de Donetsk, en el este de Ucrania, y en Kirovohrad, en el centro del país. El mismo mes, la empresa china Chengxin Lithium también solicitó los derechos de los depósitos de litio en Donetsk y Kirovohrad. Ucrania es también el quinto productor mundial de galio, esencial para realizar semiconductores y leds; ha sido un importante productor de gas neón, y ha suministrado el 90% del neón altamente purificado, de grado semiconductor, para la industria norteamericana de chips, donde se juegan el futuro de la hegemonía global China y Estados Unidos.
El berilio es igualmente crucial para la energía nuclear y las industrias aeroespacial, militar, acústica y electrónica; y el uranio es esencial para los sectores nuclear y militar. El circonio y la apatita son vitales para la producción nuclear y médica. El este del territorio ucraniano también está lleno de importantes reservas de mineral de hierro y manganeso de alta calidad, fundamentales para la producción de acero verde. No por casualidad, Ucrania suministró el 43% de las importaciones de chapa de acero de la UE en 2021.
Además, Kiiv posee importantes reservas de metales no ferrosos, como cobre (es el cuarto país en Europa), plomo (quinto), zinc (sexto) y plato. En las regiones seguras de Kirovohrad y Dnipropetrovsk existen yacimientos de níquel (215.000 toneladas) y cobalto (8,8 millones de toneladas). El grafito acumulado representa el 20% de los recursos mundiales.
Un plan abortado dos veces
El acceso a toda esta riqueza es lo que quisiera Trump (el afán por apropiarse de Groenlandia también está relacionado), lo que quiere Putin con su guerra y la roca en la faja de Volodímir Zelenski para que la ayuda militar estadounidense siga llegando a Kiiv. Y también porque, en el caso de una hipotética negociación con el Kremlin, Ucrania sienta que tiene el Pentágono a su lado y no enfrente.
Este lunes, durante la misma comparecencia en la que soltó el globo sonda del pacto comercial con Ucrania, Donald Trump también dijo, en relación a una posible paz entre Kiiv y Moscú, que se había "avanzado mucho". "Ya veremos qué ocurre –añadió–. Detendremos esta guerra ridícula". Detener la guerra era un compromiso adquirido en campaña, en principio, para llegar en 24 horas, y ahora en los primeros cien días de su mandato. En ningún caso ha dicho cómo piensa hacerlo.
La idea de Trump –ayuda a cambio de tierras raras– no es nueva. De hecho, ni siquiera es suya. El acuerdo entre Washington y Kiiv ya se mascaba durante la administración Biden. Los senadores estadounidenses Lindsey Graham y Richard Blumenthal lo anunciaron en agosto del 2024, tras una visita a Kiiv. Pero según una información de mediados de diciembre del New York Times, Ucrania habría retrasado su firma hasta en dos ocasiones. Así se permitía que el presidente electo, Donald Trump, hiciera suyo el pacto y que tuviera una pista de aterrizaje para un mayor compromiso con Zelenski –hasta ahora muy reacio–. Y, de paso, para que el enorme ego del estadounidense se viera satisfecho.
El presidente ucraniano insistió, cuando se entrevistó con Trump a principios de enero, en presencia de Emmanuel Macron, en París, con motivo de la inauguración de la reconstrucción de Notre-Dame. Zelenski volvió sobre las líneas maestras de un plan que ya le había presentado en Nueva York meses atrás, en septiembre, durante la campaña electoral. Un plan que incluía el intercambio de recursos naturales estratégicos con los socios occidentales, la sustitución de las tropas estadounidenses en Europa por fuerzas ucranianas y el ofrecimiento de poderes para controlar y vetar la inversión de los intereses empresariales chinos en Ucrania. Tres años después de la invasión, el deseo del control estas tierras raras y otros materiales puede ser la clave de la paz o, al menos, de la ausencia de violencia.