Reino Unido

Reino Unido encerrará a los refugiados en un barco-cárcel

Llega a un puerto de Dorset una barcaza-cárcel con capacidad para 500 personas, horas después de que se haya aprobado la nueva ley de fronteras

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Imagen de la llegada este martes en el puerto de Portland, en Dover, Inglaterra, del primer barco que será utilizado como alojamiento para los migrantes.

LondresHoras después de que la Cámara de los Lores haya aprobado la medianoche del lunes la polémica nueva ley de fronteras de Reino Unido, con la que el primer ministro Rishi Sunak quiere demostrar a los británicos que no le tiembla la mano para detener la entrada de migrantes sin papeles en el país, este martes por la mañana ha llegado al puerto de Portland, en Dorset (suroeste de Inglaterra), el primer buque-cárcel para alojar a refugiados mientras no se resuelve su situación administrativa en las islas. La iniciativa, de la que han hecho bandera tanto Sunak como la ultra ministra del Interior, Suella Braverman, ha sido muy criticada por las organizaciones de derechos humanos. También lo han criticado las organizaciones vecinales de Portland, por el posible impacto en la ciudad.

El gobierno pretende que dentro de dos semanas el Bibby Stockholm, que es como se llama la barcaza, ya aloje a los primeros ocupantes. Downing Street ha justificado la decisión –y otras similares– como una medida para ahorrar recursos a los contribuyentes. Hasta ahora, la factura de la acogida de refugiados tenía un coste, de acuerdo con datos del ministerio del Interior, de cinco millones de libras diarios. Este primer barco, modificado ad hoc para albergar hasta 500 personas, dispone de 250 habitaciones dobles.

Pero no solo las organizaciones humanitarias se han opuesto a la iniciativa, también el parlamentario conservador por la circunscripción de Dorset, Richard Drax, ha alzado la voz: "Hemos hecho todo lo posible para detener su llegada, por razones prácticas y pragmáticas", ha declarado a la BBC. "No ha habido ninguna consulta. Deberemos dar cabida a estos jóvenes cuando lleguen. Tengo mucha simpatía por el gobierno en esto; miles [de personas] están cruzando el Canal; tenemos que hacer algo, pero ponerlos en una barcaza no es la respuesta". Drax se ha comprometido a inspeccionar él mismo la prisión flotante para comprobar sus condiciones.

Entrada del 'Bibby Stockholm' en el puerto de Portland, en Dorset, Inglaterra, donde estará atracado.

Este barco y la deportación a Ruanda de los migrantes que entren en Reino Unido a través del Canal de la Mancha son las apuestas claves del gobierno Sunak para detener la entrada de los migrantes, uno de los cinco compromisos de gobierno adquiridos por el primer ministro ante los ciudadanos a principios de este año. Sunak espera, por un lado, un descenso de los solicitantes de asilo en Reino Unido y, por otro, un reavivamiento electoral, ya que las encuestas le van totalmente en contra de cara a las elecciones generales del año próximo. Y antes habrá elecciones parciales, que pueden resultar indicativas del castigo a los conservadores. Precisamente este jueves se celebran tres, entre otras cosas para renovar al parlamentario de la circunscripción del dimisionario Boris Johnson, que renunció al cargo a raíz del informe de los Comunes sobre su actuación durante los escándalos del Partygate.

Iniciativas con muchos interrogantes

Tanto la entrada en servicio de las barcazas como la aprobación de la citada nueva ley de fronteras, que ya solo debe recibir el consentimiento real para entrar en vigor, plantean preguntas que, de momento, el gobierno no ha contestado. Por ejemplo, ¿cuánto tiempo pasará antes de que la barcaza esté llena y deban encontrarse más? De hecho, en virtud de la nueva legislación, casi todas las personas que lleguen por el Canal de la Mancha buscando protección como refugiados en Reino Unido deberían ser, en teoría, detenidos y expulsados en 28 días, en vez de ser alojados sea donde sea mientras se estudian sus solicitudes.

A través de los llamados "vuelos de la vergüenza", con la nueva ley el Parlamento también ha impuesto a la administración la obligación de trasladarlos a otro país –de momento , solo Ruanda–, para que su solicitud de asilo se considere mientras permanecen allí. Pero en promedio, las llegadas son de 500 a la semana. El sistema diseñado, más que resolver la situación, obedece a fines propagandísticos y electorales y no da abasto. Además, la opción de Ruanda está, por ahora, paralizada, a la espera de una decisión del Tribunal Supremo, que no se espera antes de mediados del otoño.

Las cifras desmienten el discurso

Aunque el gobierno británico repite de forma reiterada que el país vive una auténtica invasión de refugiados, las cifras oficiales distan mucho de reafirmar esa idea. En 2020 llegaron a Reino Unido 8.713 refugiados por el Canal de la Mancha; en 2021, 28.526; en 2022, 45.723, y, de momento, en 2023 han llegado 13.200. Cinco países de la Unión Europea –Italia, España, Grecia, Chipre y Malta– han recibido 100.995 hasta el 16 de julio.

Además de la barcaza Bibby Stockholm, el ministerio del Interior ha confirmado que alojará a los solicitantes de asilo en otros lugares, en un intento de reducir dichos costes de hoteles. En marzo de 2023, Downing Street aseguró que se utilizarían tres bases militares en desuso en Essex, Lincolnshire y East Sussex: la primera con capacidad para 1.700 personas, la segunda con capacidad para 2.000 y la tercera para un máximo de 1.200. Se abrirá también una cuarta, en el norte de Inglaterra, pero todavía no se ha indicado el número de refugiados que podría acoger.

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