Rusia produce tres veces más munición que Estados Unidos y la UE

Un documento de la inteligencia de la OTAN, consultado por la CNN, alerta del riesgo que esto supone para Ucrania

El presidente ruso, Vladimir Putin, en una imagen de archivo.
ARA
11/03/2024
3 min

BarcelonaRusia produce tres veces más munición de artillería que toda la Unión Europea y Estados Unidos conjuntamente. Un documento de la inteligencia de la OTAN, consultado por la cadena CNN, afirma que las potencias occidentales tienen capacidad para producir 1,2 millones de proyectiles anualmente, mientras que el Kremlin puede producir 3 millones. Esto, evidentemente, tiene consecuencias directas en el campo de batalla de Ucrania.

Fuentes militares occidentales, citadas también por la CNN, aseguran que Moscú dispara unas 10.000 balas al día, mientras que el ejército de Kiiv dispara unas 2.000, cinco veces menos que el enemigo. Anteriormente se habían publicado estimaciones similares, pero nunca la diferencia entre ejércitos había sido tan grande. Si esta tendencia sigue, el ejército de Vladimir Putin podría estar en condiciones de lanzar otra gran ofensiva a finales de este 2024.

Y en Occidente no hay ninguna señal de que apunte que esa dinámica cambiará. Más bien lo contrario. Con la guerra estancada, la fatiga es visible entre los aliados, especialmente en Washington, donde los republicanos presionan a Joe Biden para que corte el grifo en Kiiv. En este sentido, Estados Unidos se había propuesto producir 100.000 rondas de artillería al mes –aún menos de la mitad de lo que produce Rusia–, pero el bloqueo republicano en el paquete de ayuda militar de 60.000 millones de dólares impide alcanzar esa cifra . Si Donald Trump se convierte en presidente en noviembre, el horizonte será aún más oscuro para los intereses ucranianos.

Este déficit, además, se produce en el momento más delicado para Ucrania desde que comenzó la invasión, hace dos años. Más allá de la fatiga de los aliados, la fatiga también es visible entre la población y las tropas ucranianas. En el frente, la contraofensiva no ha funcionado y es Rusia, más cómoda en la guerra de desgaste, quien vuelve a llevar la iniciativa.

Los soldados ucranianos, de hecho, llevan meses quejándose de que no tienen suficiente armamento para hacer frente a las tropas invasoras. Muchos expertos y algunas voces del gobierno de Volodímir Zelenski, de hecho, atribuyen la derrota militar a la ciudad de Avdíivka y la carencia de avances por parte de las tropas de Kiiv a este hecho.

Los expertos aseguran que aunque las potencias occidentales hayan proporcionado herramientas más sofisticadas que las rusas en Ucrania, es probable que el conflicto se decida por quien tenga más munición. "Ahora estamos inmersos en una guerra de producción", ha dicho a la CNN un alto funcionario de la OTAN, quien ha añadido: "El resultado en Ucrania dependerá de cómo cada bando esté equipado para continuar esta guerra".

Situaciones diferentes

Según este alto funcionario de la OTAN, Rusia tiene en funcionamiento las fábricas de artillería "las 24 horas del día, los siete días de la semana", en turnos rotativos de doce horas. Según la CNN, unos tres millones y medio de personas trabajan en el sector de la defensa ruso. Antes de la guerra, esa cifra era de dos a tres millones. "Rusia ha puesto todo lo que tiene a su disposición en juego. Su máquina de guerra funciona a toda velocidad". También las importaciones. Putin, pese a las sanciones, ha intensificado la compra de munición y otros tipos de armamento en Corea del Norte e Irán.

Paralelamente, la invasión rusa de Ucrania ha demostrado que la industria armamentística de Occidente, especialmente la europea, no estaba preparadapara una guerra a gran escala. Un reciente análisis del Pentágono revelaba “una industria mal equipada” si se compara con la destreza productiva de épocas anteriores, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la empresa Ford podía montar un avión de combate en aproximadamente una hora. El punto de inflexión que explica este debilitamiento fue el fin de la Guerra Fría. La caída de la Unión Soviética y, por tanto, el ascenso de Washington como gran potencia mundial, hizo que la Casa Blanca no tuviera ningún competidor amenazándole directamente. Como consecuencia, el gasto militar occidental cayó en picado y la inversión se centró más en la innovación que en la cantidad. Sin embargo, la tendencia vuelve a cambiar: tanto Washington como las capitales europeas vuelven a invertir en armamento, pero el proceso es demasiado lento para los intereses ucranianos.

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