El ataque ruso en Ucrania

Scholz se queda solo vetando el envío de tanques Leopard a Ucrania

Los socios europeos siguen presionando a Berlín, que puede vetar también el envío de los aparatos comprados por otros países

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El canciller alemán, Olaf Scholz, ante un tanque Leopard 2, durante una visita en una base militar el 17 de octubre del 2022.

Dortmund (Alemania)Pocas veces un canciller alemán ha recibido un ataque verbal tan frontal desde sus propias filas como ha pasado ahora con Olaf Scholz. El líder del gobierno de Berlín se va quedando cada vez más solo en su bloqueo a la entrega de carros de combate Leopard a Ucrania y nadie disimula su enojo. Ni fuera ni dentro del país. No solo la mayoría de los países europeos y Estados Unidos expresan su incomprensión por la dilación al enviar los modernos tanques alemanes para hacer frente a la invasión rusa, sino que también los socios de coalición de los socialdemócratas (SPD) en el ejecutivo germánico airean las grandes diferencias que mantienen con Scholz sobre el apoyo militar que necesita Ucrania.

La presidenta de la comisión de Defensa del Bundestag, Marie-Agnes Strack-Zimmermann, del partido liberal FDP, ha pedido al canciller que, como mínimo, dé explicaciones comprensibles de por qué no quiere entregar los tanques Leopard 2. "Estamos siempre detrás la ola. Siempre esperamos hasta que pasa algo. Alemania espera, la cancillería espera, hasta que la presión sube y entonces de alguna manera nos ponemos en marcha", ha dicho Strack-Zimmermann en declaraciones en el canal público de televisión Tagesschau24.

El bloqueo actual es "emblemático de todos los fracasos centrales de la política alemana", ha tuiteado esta parlamentaria, que también es directiva del grupo de presión armamentista Sociedad Alemana para la Ingeniería Defensiva (DWT). "La historia nos mira y Alemania, lamentablemente, ha fracasado", ha remarcado a las cámaras de la televisión pública ZDF. "La comunicación es sencillamente miserable", ha dicho, y ha añadido que la postura alemana es "sencillamente vergonzosa".

Desde los Verdes, el otro socio de los socialdemócratas en el gobierno federal, la experta en política exterior y seguridad Agnieszka Brugger ha destacado que "nuestra indecisión está dando juego al criminal de guerra Putin, que, mientras tanto, prepara una nueva y terrible gran ofensiva contra el inocente pueblo ucraniano". Brugger ha reclamado que Alemania tendría que formar rápidamente soldados ucranianos para que ya estén preparados cuando reciban los carros de combate.

Cuestión de tiempo

Este lunes el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, ha dicho que pedirá permiso a Berlín para poder ceder tanques Leopard a Kiev y que está estudiando hacerlo igualmente si el gobierno alemán se sigue negando. "Aunque que no contemos con la aprobación de Alemania, entregaríamos los tanques al ejército ucraniano. [...] Nuestra intención es crear una pequeña coalición de países y hacerlo conjuntamente", ha apuntado Morawiecki. En la misma línea, el máximo dirigente de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha vuelto a insistir este lunes en la conveniencia de entregarlos cuanto antes mejor y ha remarcado que la ministra de Defensa alemana ya dijo que no vetaría la entrega de los Leopard de Polonia a Ucrania. "Alemania no prohibirá el envío de estas armas", ha dicho Borrell en la rueda de prensa posterior a la reunión de los ministros de Asuntos Extranjeros de los Veintisiete en Bruselas, informa Gerard Fageda desde Bruselas. La entrega de Leopards es ahora, dada la presión interna y externa que recibe Scholz, una cuestión de tiempo. Precisamente ayer la ministra alemana de Exteriores, la verde Annalena Baerbock, remarcaba que su país no bloquearía la exportación de Leopards hacia Ucrania desde un tercer estado. “De momento no nos ha llegado ninguna petición, pero si se nos pide no estorbaríamos a nadie”, dijo el pasado domingo desde París. 

El Süddeutsche Zeitung ha informado de que el ministro estadounidense de Defensa, Lloyd Austin, poco antes de ser el anfitrión de la cumbre sobre el apoyo militar a Ucrania el pasado viernes en la base militar de EE.UU. en Ramstein (Alemania), se detuvo más tiempo del previsto en Berlín y mantuvo un enfrentamiento verbal con el jefe de la cancillería, Wolfgang Schmidt. Austin reprochó a este íntimo asesor de Scholz que Alemania instara a Washington a enviar sus tanques Abrams. Esta información, no obstante, ha sido desmentida por un portavoz del gobierno de Berlín.

Al cabo de poco tiempo de ser nombrado canciller en diciembre del 2021, Scholz presumió de que sería intervencionista en el ejercicio de su cargo. “Quien encarga liderazgo, obtiene liderazgo”, dijo. Pero ante las exigencias internacionales de que envíe a Ucrania los carros de combate más potentes, la frase más repetida por el canciller es que su país no actuará “en solitario”, sino con estrechada coordinación con sus aliados, en especial el presidente norteamericano Joe Biden.

Manifestantes en Berlín, la mayoría refugiados de Ucrania, en una protesta para reclamar el envío de tanques, el pasado viernes.

Evitar una nueva Guerra Fría

Ahora que Scholz queda cada vez más aislado a escala global, los políticos más leales al canciller dentro de las filas de su partido recuerdan que hace falta una gestión responsable que evite una nueva Guerra Fría, como apunta el alto cargo de la fracción socialdemócrata en el Bundestag, Rolf Mützenich. “No puede haber una guerra nuclear”, reitera Scholz, temeroso de que el presidente ruso Vladímir Putin arrastre a Alemania y a la OTAN a ser partes directas de la guerra en Ucrania. 

“¿Sabemos qué haría Putin en caso de escalada? ¿Sabemos qué hace él con armas químicas y biológicas? Hay que ocuparse de diferentes escenarios”, ha dicho el copresidente del SPD, Lars Klingbeil, mientras ha subrayado que “no hay ninguna duda de en qué lado está Alemania”. 

Berlín ha puesto a disposición de Ucrania armas, equipaciones y sistemas de defensa por valor de 3.300 millones de euros. Con el envío de vehículos blindados de infantería tipo Marder, sistemas de defensa aérea IRIS-T y otro material bélico, el gobierno de Scholz ya ha roto su principio de no enviar nunca armas a una región en guerra, recuerda Klingbeil.

El simbolismo histórico de ver eventualmente carros de combate alemanes contra Rusia hace pensar mucho a Scholz. Pero también hay razonamientos más prácticos detrás la dilación del canciller. Antes de enviar tanques Leopard, Berlín necesita llegar a importantes acuerdos con la industria armamentista para aumentar las capacidades de producción, de tal manera que el ejército alemán no pierda ninguna capacidad de Defensa.

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