Guerra en Ucrania

Un soldado ruso a su madre: "Recogemos agua de los charcos, la filtramos y nos la bebemos"

El ejército ucraniano intercepta llamadas a las familias de hombres desplegados en Ucrania que se saltan la disciplina

ARA
2 min
El hospital de Petropavlivka, región de Kharkiv, ocupado como base por el ejército ruso durante la ocupación del pueblo

BarcelonaSaltándose las órdenes, el 8 de noviembre un soldado ruso destinado a la ciudad ucraniana de Liman mandó un mensaje desesperado a su madre: "Nadie nos da de comer, mamá"; "Los suministros son una mierda, hablando claro"; "Recogemos agua de los charcos, la filtramos y nos la bebemos". Aquellos días el ejército ruso se acababa de retirar de la localidad ante el avance de las fuerzas ucranianas y, contra las cuerdas, le decía a su madre que no tenían cómo defenderse: "¿Dónde están los misiles de los que farda Putin? Tenemos un edificio alto delante y no podemos llegar". Para consolarlo un poco la mujer le aseguraba que cada mañana rezaba sus oraciones.

La conversación fue interceptada por el ejército ucraniano, que ha compartido los audios de 5 minutos y 26 segundos con The Guardian. El diario británico se ha puesto en contacto con la madre, que admitió que su hijo no estaba con ella, antes de romper a llorar. El estado mayor ucraniano ha enviado otras conversaciones, como la que tuvo el padre de un soldado con los compañeros de su hijo en la 5a compañía: "No había refuerzos. Nos dijeron que no nos podíamos retirar, que si lo hacíamos nos dispararían".

No es la primera vez que se interceptan comunicaciones de soldados rusos en Ucrania. De hecho, uno de los grandes problemas que ha evidenciado el ejército de Vladímir Putin ha sido el caos en las comunicaciones, que incluso llevó durante los primeros meses a los hombres a usar radios convencionales, que exponían los mensajes más sensibles incluso a los radioaficionados.

A pesar de que el Kremlin ha intentado tapar este agujero, no puede evitar que muchos soldados sigan llevando sus teléfonos móviles al frente para mantenerse en contacto con sus familias. Fácilmente, los servicios secretos ucranianos los pueden escuchar y obtienen así información importante sobre posiciones, líneas de abastecimiento, las condiciones en las que se encuentran las diferentes unidades y el estado de la moral de la tropa. Incluso los soldados siguen usando sus redes sociales, a veces solo para presumir, y publican imágenes con la información de geolocalización que después sirve para guiar a la artillería ucraniana. Si esto ya pasaba cuando los hombres movilizados por el Kremlin en su "operación militar especial" en Ucrania eran soldados profesionales, desde que en septiembre Putin movilizó a los reservistas la indisciplina se ha multiplicado.

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