Europa

Suiza quiere instalar un cementerio nuclear permanente en la frontera con Alemania

El depósito subterráneo, que prevé almacenar todos los residuos de alta radiactividad del país, genera preocupación en el estado vecino

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Residus nucleares en una imagen de archivo

BarcelonaSuiza planea construir un gran cementerio permanente de residuos nucleares de alta intensidad y ha escogido como ubicación una localidad muy cercana a la frontera alemana. El futuro almacén subterráneo, que ya se ha bautizado como "el proyecto del siglo", prevé enterrar los residuos a gran profundidad en depósitos totalmente herméticos donde puedan quedarse para siempre jamás. Pero el plan ha levantado cierta polémica en el estado vecino de Alemania, donde las autoridades locales piden garantías de que no se contaminarán los acuíferos ni se pondrá en peligro la población de la zona.

La Cooperativa Nacional para la Eliminación de los Residuos Radiactivos (Nagra), el organismo que gestiona los residuos nucleares en el país, anunció el sábado la decisión. Entre los varios emplazamientos que estudiaban, han llegado a la conclusión de que el de la región de Nördlich Lägern –al norte de Zúrich y muy cerca de la frontera con Alemania– "es el lugar más seguro para un depósito: la roca que hay es la más adecuada". "El tiempo de confinamiento necesario es de unos 200.000 años para los residuos de alta actividad y de unos 30.000 años para los residuos de baja y media actividad", añadía Nagra en un comunicado. Según detalló a varios medios un portavoz de esta entidad, Patrick Studer, en el futuro cementerio nuclear los residuos estarían protegidos con arcilla opalinus a varios centenares de metros bajo tierra.

"Normalmente se buscan zonas donde hay minas de sal o materiales como la arcilla para garantizar que no habrá agua, y asegurarse así de que no pueda haber filtraciones en los depósitos", explica al ARA Juli Barceló, ingeniero y consultor de la Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). Barceló señala que otro elemento decisivo es que sea una zona sin probabilidad de terremotos o movimientos sísmicos, un punto que también destacaba Nagra sobre la región escogida. Hasta ahora, solo Finlandia, Suecia y Estados Unidos tienen proyectos para construir almacenes geológicos profundos, pero ninguno se ha completado. El más avanzado es el de Finlandia, que se prevé inaugurar en 2024 y convertirse en el primer almacén permanente de residuos nucleares del mundo. El de Suecia obtuvo en enero la luz verde de las autoridades para empezar su construcción, y el de EE.UU., que se había previsto en el desierto de Nevada, está parado indefinidamente por la oposición del estado, apunta Barceló.

Desde que empezó a producir energía nuclear hace 50 años, Suiza ha ido conservando sus residuos radiactivos en instalaciones de almacenamiento provisional y en las mismas centrales nucleares, tal como hacen la inmensa mayoría de países productores. Sin embargo, según Nagra "un depósito geológico profundo" es "la solución más segura para almacenar residuos nucleares". Y esto es lo que construirán en la región de Nördlich Lägern una vez reciban la luz verde del Parlamento y del ejecutivo. De hecho, no se espera que el gobierno tome una decisión firme hasta el 2029, y aún después haría falta que el proyecto fuera aprobado en referéndum.

Suiza tiene cuatro centrales nucleares activas que producen el 40% de la electricidad del país. Pero en 2011, después del accidente de Fukushima, decidió no prolongar la vida de ninguna de las cuatro y, de este modo, ir reduciendo la producción de energía nuclear progresivamente hasta su extinción. Las cuatro centrales seguirán abiertas mientras las condiciones de seguridad lo permitan, lo cual se prevé sea hasta la década del 2040. Los residuos llegarán al futuro cementerio permanente desde todas las centrales nucleares suizas, y se prevé que los sectores médico e industrial también puedan aportar sus residuos. Con la desnuclearización en marcha, "tiene sentido querer buscar un emplazamiento permanente para los residuos producidos", dice Barceló, puesto que los depósitos temporales que usan casi todas las centrales del mundo tienen una duración aproximada de 50 años.

Se espera que en el nuevo cementerio nuclear se instalen 9.300 metros cúbicos de residuos altamente radiactivos, cosa que equivaldría al volumen de ocho casas unifamiliares, además de 72.000 metros cúbicos de residuos radiactivos de baja y media actividad, según datos de Nagra.

Pero las autoridades de la zona y especialmente las del otro lado de la frontera, en Alemania, ya han expresado su preocupación por posibles afectaciones a las aguas subterráneas. Algunos medios locales recogían incluso pequeñas protestas en la zona alemana este domingo, el día siguiente al anuncio. "La cuestión de la protección del agua potable es una preocupación importante para la población", explicaba a varios medios Martin Steinebrunner, jefe de la oficina de coordinación alemana de la instalación de residuos prevista. "En condiciones de normalidad los contenedores tienen garantías de que no hay fisuras. Además, se pueden inspeccionar periódicamente y, por lo tanto, los escenarios de riesgo son muy bajos", dice Barceló.

La ubicación escogida está a solo unos centenares de metros de la frontera con la región alemana de Baden-Wuttenberg. Autoridades locales se han quejado también de que la estación de tren más próxima, que serviría para trasladar los residuos hasta el depósito, está muy cerca de zonas residenciales. Todavía no está claro cómo se transportará el material al depósito, pero desde Nagra se apunta que los desechos se envasarían para su almacenamiento final en la actual instalación de almacenamiento provisional de residuos nucleares en Würenlingen, a unos 15 kilómetros al sur del municipio alemán de Waldshut-Tiengen. Allí se tendrá que construir una "celda caliente", un edificio de alta seguridad.

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