Reino Unido

Traidor, borracho, misógino y torpe: prisión para el exoficial británico que espiaba para el Kremlin

Una operación del MI5 puso al descubierto la actividad de David Smith, guarda de seguridad de la embajada de Reino Unido en Berlín

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David Smith, ante un tanque ruso T-72

LondresUn topo, como en algunas de las más rocambolescas tramas de la Guerra Fría, y una operación de engaño para descubrir a un traidor permitieron la identificación en agosto de 2021 de David Smith, un antiguo guarda de seguridad de la embajada británica en Berlín y exmiembro de la Royal Air Force (RAF), como espía al servicio de Moscú. Este viernes, Smith, escocés de 58 años, ha sido condenado a 13 años y dos meses de prisión por el tribunal penal Old Bailey, del centro de Londres.

A diferencia de la mayoría de los personajes de las novelas de John le Carré, sin embargo, sus motivaciones no tienen mucha relación con ideales políticos; más bien con dinero y, según su testigo, con el alcohol que ingería –hasta 3,5 litros de cerveza diarios, ha admitido durante el juicio– para soportar la depresión en la que cayó, según su testimonio, después de que su mujer, una mujer ucraniana de 20 años, lo abandonara.

Cartas secretas del entonces primer ministro Boris Johnson a los miembros de su gobierno, una caricatura en la que Vladímir Putin cogía por el cuello a la excanciller alemana Angela Merkel, presentada como una jerarca nazi, o las insignias de los separatistas pro-rusos del Donbass localizadas en su casa después de su detención han sido algunas de las pruebas presentadas durante la fase oral del procedimiento.

Dos cartas

La Fiscalía ha demostrado que en 2020 Smith envió una primera carta a altos funcionarios de la embajada rusa en Alemania en la que ponía al descubierto la identidad de un diplomático –presumiblemente otro espía– británico que había trabajado en encubierto en Rusia. Una segunda carta dirigida a un agregado militar ruso en noviembre de 2020 levantó las primeras sospechas, puesto que la información que facilitaba llegó de regreso a Londres, gracias en este caso a un topo británico dentro de la seguridad rusa.

En este momento, el MI5, el servicio de espionaje interior de Reino Unido, inicia una investigación y, meses después, monta una operación de inteligencia para cazarlo, con el cebo de ofrecerle una importante información clasificada y, posiblemente, muy deseable para los rusos.

El 5 de agosto de 2021, un miembro del personal de la embajada de Berlín pidió a Smith que escoltara al interior del edificio a un presunto desertor ruso, Dmitri, en realidad un agente encubierto británico. Smith hizo una copia de un documento que el supuesto desertor había llevado con él. Posteriormente, en la garita de seguridad Smith grabó con la cámara del teléfono móvil 45 segundos del sistema de circuito cerrado de televisión capturando la imagen de Dmitri, el falso desertor. "Si trabaja en la embajada [rusa] lo conocerán", se le oye decir, sin mucha consideración por su propia seguridad, en la misma grabación.

Días más tarde, Smith fue abordado en una parada de tranvía por una falsa espía rusa, Irina –otra agente británica encubierta–, que le aseguró que alguien estaba pasando información que era "perjudicial para Rusia". Inicialmente, se mostró escéptico ante este ofrecimiento, pero aseguró a la tal Irina que tenía que hablar con alguien para decidir cómo manejar la situación. Para las autoridades británicas fue la prueba definitiva de que tenía un superior ruso a quien contactaba y a quien pasaba información. Fue detenido al día siguiente y en su casa encontraron también todo tipo de memorabilia militar rusa.

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