Ucrania refuerza la frontera con Transnistria mientras Moldavia avisa de una situación "muy peligrosa"

Dos explosiones golpean Kiev el día de la visita de Guterres a Zelenski

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Soldats pro-rusos ante la sede destruida de la planta de Azovstal de Mariúpol.

BarcelonaLos tambores de guerra en la frontera occidental de Ucrania suenan cada día un poco más fuerte. Mientras continúa la ofensiva rusa en el este y el sudeste del país, aumenta la preocupación por los recientes ataques en la región moldava de mayoría prorrusa de Transnistria. Las unidades de defensa de la región de Odesa han reforzado su protección en esta frontera y el gobierno de Moldavia asegura que es "un momento muy peligroso".

"Las fuerzas de defensa están preparadas para repeler al enemigo en caso de acciones provocativas en la autodeclarada república separatista de Transnistria", ha dicho a través de Telegram Serhi Brachuk, portavoz de la administración militar regional de Odesa, fronteriza con esta zona -oficialmente moldaba y no reconocida por la comunidad internacional- que esta semana ha sufrido varios ataques que han dañado infraestructuras públicas como una torre de comunicaciones y el edificio del ministerio de Seguridad del Estado en la capital, Tiraspol. Las autoridades prorrusas de Transnistria atribuyen los ataques a Ucrania, mientras que el gobierno de Volodímir Zelenski avisa de que detrás está Moscú, que busca un pretexto para justificar la entrada de esta zona en la guerra.

Algunos analistas indican que Rusia podría estar orquestando operaciones de falsa bandera para justificar una intervención que podría acabar arrastrando a Moldavia al conflicto. "El Kremlin sigue preparándose para llevar a cabo probablemente un ataque de falsa bandera con misiles", advirtió, por ejemplo, el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW en sus siglas en inglés). Según este think tank estadounidense que monitoriza a diario la situación en Ucrania, Rusia podría estar preparándose para llevar Transnistria a la guerra o para desestabilizar la propia Moldavia para ejercer una presión adicional sobre la OTAN, "posiblemente buscando reducir el apoyo militar de Occidente en Ucrania".

El viceprimer ministro de Moldavia, Nicu Popescu, advirtió este jueves de que el país se enfrenta a "un nuevo momento muy peligroso en la historia de la región". Afirmó que el gobierno constató "un deterioro peligroso de la situación" en los últimos días, y aseguró que las instituciones moldavas están en alerta máxima. "Nuestro análisis muestra que hay tensiones entre distintas fuerzas dentro de la región interesadas en desestabilizar la situación", ha dicho en un encuentro con periodistas, según informa The Guardian. Popescu, que también es ministro de Exteriores, ha destacado que las autoridades de Transnistria anunciaron la semana pasada que impedirían que los hombres en edad de luchar abandonaran la región.

Todos estos ataques han llegado justo después de que un general ruso afirmara el pasado viernes que la intención del Kremlin es controlar no solo el este de Ucrania, sino también el sur, por lo que se aseguraría no solo un corredor terrestre desde el Donbás hasta en la península de Crimea, anexionada en 2014, sino también hasta Transnistria. Para ello, las fuerzas rusas deberían tomar el control de la región de Odesa, que de momento no se ha visto involucrada directamente en los combates, dejando a Ucrania sin salida al mar Negro.

Transnistria, de mayoría rusófona, declaró la independencia en 1990, aunque no ha sido reconocida por la comunidad internacional, ni por Rusia. En 1992, Moscú intervino en la guerra entre Moldavia y Transnístria, que duró cinco meses para apoyar a los separatistas prorrusos, y actualmente mantiene en la región a unos 1.600 soldados.

En medio de las tensiones crecientes de los últimos días, este jueves el ministerio de Exteriores de Bulgaria ha instado a todos sus nacionales a abandonar Moldavia y cancelar cualquier viaje previsto a este país, donde existe una gran diáspora búlgara.

La "absurdidad" de la guerra

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, se reunió este jueves con Zelenski, tras entrevistarse el martes con el presidente ruso, Vladímir Putin. Antes, ha visitado Borodianka, una de las ciudades de las afueras de Kiev, donde se está investigando una masacre de civiles por parte de las fuerzas rusas. "La guerra es una absurdidad en el siglo XXI; la guerra es el mal. No hay ninguna guerra que pueda ser aceptable", ha dicho Guterres desde Borodianka, y ha instado a Moscú a colaborar en la investigación sobre posibles crímenes de guerra .

El secretario general de la ONU, António Guterres, y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.

Tras entrevistarse con el presidente ucraniano en Kiev, Guterres aseguró que la ONU "está haciendo todo lo posible" para hacer realidad la evacuación de la planta siderúrgica de Azovstal, en Mariupol, donde todavía resisten combatientes ucranianos y entre 300 y 400 civiles, según los últimos datos. Zelenski, por su parte, se mostró optimista: "Confío y creo, como lo hacen muchos familiares de las personas que están sitiadas en Azovstal, que el secretario general y nosotros podremos tener un resultado exitoso". Pese a que Putin aseguró a Guterres que se habían detenido todas las operaciones contra la siderúrgica, las autoridades locales insisten en que las fuerzas rusas le han seguido bombardeando.

Moscú no da tregua. Y, de hecho, poco después de que haya terminado la comparecencia de Zelenski y Guterres, a unos kilómetros al este del centro de la capital ucraniana se han oído un par de fuertes explosiones, según ha informado el alcalde de la ciudad, Vitali Klichkó. Nada hace pensar, de momento, que la misión diplomática del secretario general de la ONU en Moscú y Kiev haya tenido éxito.

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